El sector del vacuno de leche sigue goteando explotaciones y cada vez son menos los ganaderos que continúan en esta actividad. De acuerdo con los últimos datos presentados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, desde 2018 se han perdido el 22% de las ... explotaciones, quedando ya solo 11.765 ganaderos de leche en activo. Esto no quiere decir que haya caído la capacidad productiva, ya que el fenómeno de la concentración sigue vigente. De hecho, en veinte años el número de vacas de ordeño se ha reducido en un 28,6% hasta las 797.878 en 2022; poco si se compara con la mencionada desaparición de ganaderos en solo cuatro año. De hecho, el nivel de producción de leche ha aumentado, ya que la productividad de las vacas también se ha incrementado de forma significativa en dos décadas. Todo ello ha llevado a que, también según los datos ministeriales, el valor de la producción de leche de vaca en 2022 ascendiera a 3.309 millones de euros, lo que representó el 13,2% del valor de la producción ganadera y el 5,2% de la agraria; solo por detrás del todopoderoso porcino, y del vacuno de carne.
Lo que no ha cambiado es la distribución territorial, que se mantiene similar a cinco años atrás, con la cornisa cantábrica ubicando a casi el 80% de las ganaderías de vacuno lácteo. En particular en Galicia, con el 56%, y en segundo lugar el Principado de Asturias con el 13%, seguido de Cantabria 8%, Castilla y León con el 7% y País Vasco el 2%. Extremadura es la región donde más pérdida de ganaderos se ha producido, un 41%, si bien es cierto que su relevancia es muy pequeña, existiendo en la actualidad solo 41 explotaciones.
En cuanto al precio y de acuerdo con los datos de Infolac, la leche ha estado cotizando al alza desde diciembre de 2020, cuando su valor rondaba los 35€/100kg, hasta alcanzar un máximo de 58 en diciembre de 2022. Desde entonces está cayendo, aunque menos en España que la media de la Unión Europea, que hasta esa fecha era superior a la cotización española.
Extremadura es la región donde más ganaderos se han perdido, un 41%, si bien su relevancia es muy pequeña, existiendo en la actualidad solo 41 explotaciones
Sin dejar el sector del vacuno, pero yéndonos ahora el vacuno de carne, existe mucha preocupación en este sector por la evolución de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), una patología vírica infecciosa que afecta a rumiantes salvajes y domésticos y que se transmite a través del mosquito culicoide. Por tanto, no se transmite a las personas ni se contagia entre animales. Se trata de una enfermedad característica de América del Norte, Asia, África y Australia, que en 2022 entró en Europa a través de Italia, y que ahora ha aterrizado en España. Por el momento los focos se han localizado en Cantabria, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Aragón, Andalucía y también en Extremadura, donde se han detectado casos en animales silvestres, en concreto en ciervos. En todo caso, una enfermedad animal que no tiene cura y que requiere un tratamiento animal por animal.
Hay que recordar que desde el principio el Ministerio tranquilizó a los productores informando que no había preocupación sanitaria, por lo que no se han aplicado medidas preventivas, a pesar de que las previsiones eran de que aparecieran nuevos focos. La realidad que están viviendo los ganaderos es de muchos animales afectados y más mortalidad de la esperada, aunque no son datos oficiales. Uno de los posibles factores catalizadores, es la extrema sequía y, por tanto, la mayor debilidad de los animales. Ahora la esperanza es que con la bajada de las temperaturas otoñales desaparezca la actividad del mosquito vector y de esta manera se frene la enfermedad; lo malo, la previsión por parte de los meteorólogos de un otoño templado y húmedo.
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