Urgente Herido y atrapado en el interior de su coche tras volcar en la EX-112 a la altura de Oliva de la Frontera
Maximiliano Blanco y Luis Manuel Martínez, ganaderos asturianos que hacen la trashumancia bovina, en Burguillos del Cerro. J. M. Romero

Desde Asturias para pastar en Extremadura

Trashumancia. ·

Ganaderos del norte del país suelen traer sus vacas a fincas extremeñas durante seis meses en una práctica ancestral que ahora algunos cuestionan por la tuberculosis

Lunes, 10 de marzo 2025, 07:28

Javier Barroso tiene 59 años, es de Mieres, municipio del Principado de Asturias, y desde que cumplió los 23 trae cada año a sus vacas a pastar a Extremadura. Siguiendo un guion preconfigurado desde hace tiempo, su ganado bovino tiene, por decirlo de alguna manera, fijada su residencia en nuestro territorio durante medio año, entre finales de otoño y finales de primavera. Son seis meses aproximadamente de estancia, en su caso en una finca situada en el término municipal de Torrejón El Rubio (535 habitantes), en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe.

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Javier es uno de los muchos ejemplos ganaderos del norte del país -gallegos, asturianos y leoneses– que siguen manteniendo una práctica ancestral, la de la trashumancia bovina. También la hacen los abulenses.

Una enfermedad, la tuberculosis bovina, hace que algunos veterinarios cuestionen ahora esa tradición trashumante, fundamental para el sostén de muchos ganaderos de esas regiones en las que el duro invierno, con las nieves cubriendo sus fincas, hacen imposible que las reses se puedan alimentar de pastos naturales. Por eso vienen desde hace siglos a Extremadura.

Las vacas asturianas o leonesas suelen estar medio año; es habitual que lleguen por noviembre

«Si hay nieve los animales no pueden comer nada más que en naves, estabulados, y eso supondría un gasto muy grande durante mucho tiempo», remarca Maximiliano Blanco González, asturiano de 61 años, vecino de Pandiello durante medio año. El otro medio lo pasa viviendo en una casa alquilada en Burguillos del Cerro (2.970 vecinos), a medio camino entre Zafra y Jerez de los Caballeros. Esa es su vida en los últimos quince años.

Pastos muy productivos

En realidad, en la casa pasa el tiempo justo, puntualiza el ganadero asturiano, porque «los que somos trashumantes nos tiramos más tiempo en el campo que en otro sitio. Ahora están las vacas pariendo y salimos de noche de la finca», puntualizaba la semana pasada al equipo de HOY desplazado a Burguillos.

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Maxi Blanco habla desde la finca Valuengo, a unos siete kilómetros del casco urbano del pueblo y no muy lejos de la presa jerezana del mismo nombre. Allí contempla con satisfacción a su ganado, 200 vacas y seis sementales de la raza Asturiana de los Valles que además de la finca Valuengo copan otra próxima. Maximiliano Blanco tiene ganadería en Asturias y en León. «Aquí en Extremadura los inviernos son más suaves, sobre todo en esta zona del suroeste», reflexiona.

«Merece la pena venir para aquí porque los pastos de Extremadura son muy buenos. Muy productivos. Si nos sale un año bueno de lluvia, como este o el pasado, mejor; si nos sale más seco, nos apañamos, pero la trashumancia la vamos a seguir haciendo», agrega.

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A su lado asiente Luis Manuel Martínez Expósito, de 30 años, que tiene repartidas sus cabezas de ganado entre fincas enclavadas en el término burguillano y el de Oliva de la Frontera. Allí pastan 50 vacas y dos sementales. Y vuelve a incidir en el uso del adjetivo productivo.

La semana pasada, junto a ellos, estaba en el campo un tercer ganadero trashumante, Juan Ramón. De 56 años, desde los 17 años baja a la región con sus vacas cuando llega el mes de noviembre.

«El que coman unos pastos tan productivos como estos hacen que tengamos unas vacas muy productivas de carne. Y eso significa mucho para nosotros», remata Luis Manuel, joven ganadero y casi un novato en la práctica de la trashumancia bovina: es su segundo año en Extremadura. Es natural de Quintes, perteneciente a Villaviciosa.

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La aparición de focos de tuberculosis en Asturias, zona libre de la enfermedad, han disparado allí la alerta

«Este año está siendo muy bueno. Hay mucho pasto y los precios compensan», agrega Luis Manuel antes de que se meta en la conversación un asunto que ha saltado en Asturias y vincula directamente a Extremadura. Es la tuberculosis bovina, una enfermedad asentada desde hace años pero nueva en Asturias. Allí ha hecho saltar las alarmas.

El 22 de enero, el mismo día que se conocía que el País Vasco había confirmado el primer foco de tuberculosis bovina de España de 2025, la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria compartió los primeros focos también del año del Principado de Asturias. Un territorio hasta entonces indemne de esa enfermedad.

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El primero de los focos asturianos se produjo en bovinos con siete animales en Mieres, en la comarca ganadera de Lena, y fue confirmado el 16 de enero. Ese mismo día fue confirmado otro foco de tuberculosis bovina en el municipio de Parres, en la comarca ganadera de Ribadesella, con cien animales sensibles.

Por otro lado, también fue confirmado otro foco en bovinos con 185 animales sensibles en el municipio de Parres, en la comarca ganadera de Ribadesella.

Una sucesión de acontecimientos que ha he hecho que algunos responsables sanitarios cuestionen la trashumancia bovina secular entre Asturias y Extremadura, ahora que la enfermedad ha empezado a aflorar en el Principado.

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Tanto que algunos veterinarios están pidiendo que se establezcan restricciones a la entrada y salida de bovinos asturianos que pasten en la región extremeña.

Veterinarios

La asociación nacional de especialistas en medicina bovina (Anembe) aconseja que se frene los movimientos a pastos «que puedan comportar un riesgo como Extremadura».

Este colectivo subraya que la prevalencia (incidencia) de la tuberculosis bovina en las explotaciones en Extremadura es cercana a un 5%. Esto es, que 5 de cada 100 analizadas en la región tendrían algún animal infectado con esta enfermedad.

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La Junta de Extremadura no ha ofrecido a HOY datos oficiales sobre cómo cerró la región el año pasado en cuanto a prevalencia de tuberculosis bovina en explotaciones. Pero expertos del sector ganadero del vacuno extremeño confirman a este diario que ronda el dato ofrecido por la asociación de veterinarios, con un leve incremento sobre el año anterior. 2024 habría acabado con una prevalencia del 4,73% frente al 4,56% de 2023.

La asociación veterinaria aboga por la limitación de movimientos. «Estamos en la élite de la sanidad animal y eso requiere de unos protocolos que pueden parecer muy estrictos pero que realmente son muy necesarios», señala su presidente, Juan Carlos González. «Es un problema revertir la tuberculosis. Si no estamos encima de ella nos puede superar en los próximos años», agrega.

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Para Anembe, si Asturias pierde el estatus de zona libre de tuberculosis bovina, volver a tener esta calificación puede suponer una década de espera.

Desde Torrejón el Rubio, Javier Barroso invita a la prudencia de los veterinarios tras los focos en Asturias. «Me parece mal que nos digan que no bajemos a pastar a Extremadura. Parece que somos apestados. Yo hago el saneamiento de mis vacas en mayo y a los 45 días lo vuelvo a hacer. Y pastamos con ovejas de Galicia y León», refrenda.

Desde Burguillos, Maximiliano Blanco sigue esa misma línea. «Creo que es una exageración [las manifestaciones de los veterinarios de Anembe y la petición de limitación de movimientos desde Asturias a Extremadura]. No digo yo que no haya zonas en Extremadura donde haya muchos jabalíes y ciervos, que son los que dan más problemas en cuanto a la transmisión de la tuberculosis», analiza el ganadero de Pandiello.

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«Pero, por ejemplo, en esta zona en la que estoy con mi ganado desde hace 23 años [entorno de Burguillos] no suele dar problemas. En cuanto a tuberculosis está bastante bien. Sale como en todas partes, pero poco. El año pasado, la prevalencia en explotaciones en la comarca ganadera de Zafra estuvo por debajo de uno», enfatiza.

«Apenas subimos durante los seis meses. Nos quedamos aquí controlando al ganado. Y como dice Maxi, no estoy viendo problemas con la tuberculosis. Quizás eso pueda ser en otras zonas de Extremadura, sobre todo en la fronteriza con Portugal de la provincia de Cáceres, pero aquí no lo es desde luego. No hay que generalizar», culmina Luis Miguel Martínez.

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