Un grupo de apicultores de Las Hurdes está más cerca que nunca de desarrollar por fin un proyecto del que se empezó a hablar en la comarca cacereña hace catorce años: un centro de cría de abejas reinas. Estará en la alquería de Robledo, ... en un edificio de nueva construcción que se levantará en una parcela de cuatro hectáreas cedida por el ayuntamiento de Pinofranqueado. Ya se ha elaborado incluso un proyecto de obra –aún sin visar–, que estima que hacer realidad esta iniciativa costará entre 1 y 1,2 millones de euros. En la región hay unos 1.700 apicultores que gestionan en torno a 660.000 colmenas.
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«Recuerdo bien que fue hace catorce años cuando empezamos a hablar de ello por cómo se produjo», hace memoria Paulino Marcos, presidente de la Asociación cacereña de apicultores. «Entonces –evoca–, el sector vivía un buen momento, y le pedimos a la Junta de Extremadura que nos trajera a alguien que nos enseñara a criar abejas reinas. Vino un argentino, porque en Sudamérica nos llevan la delantera en este tema, y nos enseñó. Nos quedamos con la boca abierta con lo que sabía. Y eso nos generó la necesidad de tener nuestro propio centro de cría de reinas».
«14 años después, ahora ya sí que parece que va para adelante», refrenda Marcos mientras avanza detalles del proyecto. «Generará de cuatro a seis empleos –anticipa–, y será un centro único en España por su modelo de gestión público-privada». La administración participará en él de la mano de la Diputación de Cáceres y seguramente también la Consejería de Agricultura, Medio rural, población y territorio. «Sabemos que podemos contar con el apoyo de la Junta», afirma el presidente de la Asociación cacereña de apicultores, que a mediados de este mes participó en una reunión con el presidente de la Diputación Provincial de Cáceres. A esa cita acudieron también otros representantes del sector apícola y el alcalde de Pinofranqueado.
«En ese encuentro –explica Carlos Carlos–, les explicamos que la Diputación respaldará económicamente la iniciativa, pero que deben ser ellos quienes le den forma primero y luego se encarguen de su gestión». «Una vez que los distintos colectivos que agrupan a los apicultores –aclara el presidente provincial– se hayan puesto de acuerdo sobre lo que ofrecerá el centro y hayan definido su participación en él, ahí estará la Diputación para ayudarles».
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Las dos partes se han emplazado a un próximo encuentro una vez que los apicultores hayan testado con sus agrupaciones el grado de compromiso que están dispuestos a asumir, ya que la idea que se maneja es formar una cooperativa o figura equiparable, en la que todos sus miembros hagan aportaciones económicas.
«El pasado martes le presentamos el proyecto a unos 250 apicultores, que luego votaron si lo apoyarían o no, y el resultado fueron todo apoyos, ningún voto en contra y solo dos abstenciones», explica Paulino Marcos.
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«Próximamente –adelanta– nos reuniremos de nuevo los apicultores para seguir perfilando el proyecto, y definir temas como cuánto aportara cada ganadero para formar el capital social, porque nos gustaría que el centro fuera realidad cuanto antes».
La necesidad de tener siempre a mano abejas reinas se explica por el rol clave que estas cumplen en las explotaciones apícolas. Toda colmena necesita uno de estos insectos, que cumplen el papel de madres. Suele haber una por colmena, y entre sus funciones está una primordial: poner los huevos que permitirán el nacimiento de una nueva generación de abejas. Sin reina, la colmena pierde su elemento principal, y resulta.indispensable que el ganadero la sustituya cuanto antes si quiere mantener la producción de miel y no perder parte de sus ingresos.
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paulino marcos
Presidente de la Asociación cacereña de apicultores
«Cada año –apunta el presidente de la Asociación– tenemos más mortandad en las colmenas. Algunos años se supera el 50%. Esto nos obliga a estar continuamente repoblando colmenas. Lo que se suele hacer es de una colmena, hacer dos. Pero una reina tarda un mes y diez o doce días en ser productiva, entre que se fecunda y empieza a generar nuevos ejemplares. Si a la primavera, que es la época en la que son productivas, le quitamos esos cuarenta días o más, el resultado es que perdemos la temporada entera».
Esto no ocurriría si se tuviera siempre a mano abejas reinas ya fecundadas, de ahí la necesidad de contar con un centro donde criarlas y venderlas. En Extremadura hay criadores de reinas, y de hecho en los últimos años se han desarrollado cursos para enseñar este oficio, como los organizados por Redex o por el Centro de formación rural de Navalmoral de la Mata. Pero no hay un centro fruto de la colaboración público-privada como el que se promueve ahora.
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Además, estas abejas conviene sustituirlas cada dos años, aproximadamente, una tarea que resultaría mucho más fácil para el apicultor teniendo cerca un centro donde las críen. En la actualidad, una reina virgen cuesta unos cinco euros, y una fecundada, sobre veinte. «Con el centro funcionando, el apicultor podría comprarla aproximadamente a la mitad de ese precio», avanza Paulino Marcos, que adelanta también que «toda la producción sería para los apicultores que participan en el proyecto, y solo se vendería fuera el excedente».
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