Domingo, 21 de marzo 2021
Bajo mínimos. Una de las costumbres gastronómicas más arraigadas en Extremadura, la matanza, sigue en picado. En esta campaña, la 2020-2021, que empezó el 1 de noviembre y termina el 31 de este mes, se han sacrificado 4.096 cochinos para consumo familiar. La pandemia no ha impedido esta práctica pero ha introducido severas restricciones, un factor más para explicar su desplome. La campaña pasada fueron 6.625 cerdos, un 38,1% más. Hace dos ejercicios fueron 7.637 cerdos, un 46,7% más que ahora.
Publicidad
Los 4.000 guarros para consumo propio son la cifra más baja desde hace décadas. En la campaña 2001-2002, Salud Pública controló el sacrificio de casi 50.000 cerdos en Extremadura, una cifra que, a partir de entonces, empezó a caer de forma constante aunque hubo altibajos. A partir de 2009, las matanzas domiciliarias se estabilizaron durante cinco años en torno a los 15.000 cerdos, para volver a descender a partir de 2014.
Salvo algunos sorprendentes repuntes en 2014-2015 y 2015-2016, con más de 10.000 guarros sacrificados, la caída se ha ido consolidando en época reciente.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.