Ángel Fernández está en estos días con la poda de la viña. :: g. c.

«Esta es nuestra medicina, el campo me gusta mucho»

Ángel Fernández Bote Jornalero, 55 años en el campo ·

A sus 71 años, sigue dado de alta como jornalero para ayudar a su hijo en los momentos en los que más mano de obra se necesita

GLORIA CASARES

Viernes, 25 de enero 2019, 08:29

Ángel Fernández Bote empezó como jornalero con 16 años. «Antes no había otra cosa para elegir, no había estudios», confiesa. Ahora con 71 años ha vuelto al campo y se ha dado de alta en la Seguridad Social para poder echar una mano a su hijo en las tareas agrícolas.

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-Imagino que le gustará el campo.

-Sí, mucho. Ésta es nuestra medicina, el campo. Si no estuviéramos aquí, ¿qué haríamos).

«La gente joven no quiere campo, no quieren pasar frío y el campo es muy sufrido» «Gracias a los extranjeros que llegan para trabajar en el campo, si no no se podría»

-¿Ha cambiado mucho el campo en este tiempo?

-Sí, bastante. La tarea es la misma, pero ahora se trabaja menos horas y con más comodidad. El trabajo es el mismo que antes, pero las herramientas hacen que no se haga tan duro. Sin embargo, la gente joven no quiere campo.

-Pero ahora se recoge más cosecha.

-Sí, y además antes las cosechas valían nada y menos, estaban tiradas de precio, y ahora se gana más con lo que se coge.

-¿Y qué más transformaciones hay en el trabajo de un jornalero en Tierra de Barros?

-Es verdad que ahora las viñas en espaldera han hecho que cambie la cosa, sobre todo para el que trabaja el campo, pero esto obliga a hacer grandes inversiones.

-En esta fecha el campo está lleno de gente, ¿qué tarea están haciendo?

-Ahora se están podando las viñas y eso requiere mucha mano de obra. Es la tarea junto a la vendimia que más gente necesita en el campo. Por eso vengo aquí con mi hijo para echarle una mano. Además, hay mucha gente ahora trabajando en el campo que no está el resto del año.

-¿Qué se hace con el sarmiento?

-Ahora se quema. Hay empresas que se dedican a recoger el sarmiento y hacen subproductos que se utilizan. Te lo recogen en el campo, se lo llevan con su maquinara y se van. Nosotros no lo hacemos, pero yo sé que hay gente que lo han hecho, agricultores de Almendralejo.

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-Su hijo ha pasado de ser jornalero a ser empresario agrícola. ¿Cómo se logra, porque en el mundo de la empresa no es tan fácil?

-Los jornaleros vamos más tranquilos, pero es bueno. Pues mi hijo se metió en la compra de tierras gracias a las ayudas de la Junta de Extremadura y de la Unión Europea. Te dan subvenciones y compras las tierras. Y también hay ayudas para maquinarias. Gracias a eso, si no no se metía nadie en el campo. Hay muchos así.

-¿Sigue habiendo problemas de mano de obra en el campo?

-Sí, porque la gente joven no quiere campo. No quieren pasar frío y el campo es muy sufrido. Y eso que ahora los salarios están mejor y son menos horas de trabajo y vienes en coche y antes tenías que llegar al campo con las bestias.

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-¿Cómo se va solucionando?

-Pues gracias a los extranjeros que llegan para trabajar en el campo, sin ellos no se podría. Hay que reconocer que los contratos que se hacen en el campo no son por años, son por días. Pero sabiendo de campo, en Extrremadura trabajo no te va a faltar.

-¿Cuál es el principal problema que tiene hoy en día un agricultor?

-Pues el precio del producto. Este año parece que el vino extremeño no se está moviendo. Parece ser que en La Mancha hay mucho vino y se vende muy barato y las bodegas no pueden vender el de aquí. Ese es el problema más grande que tiene el agricultor, porque si ellos no venden los vinos, no te van a coger las uvas, y si te las cogen, pues muy baratas. Todos los años estamos al vaivén de los mercados, de si sube o baja el vino o la aceituna y así es difícil hacer cálculos de lo que se va a ganar por el trabajo en el campo.

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