José Manuel Medina, con la sentencia que le da la razón en su parcela de cereal de Granja de Torrehermosa. HOY
Cerealista de Granja de Torrehermosa

«Una multinacional me pedía 1,6 millones por daños por el uso de herbicidas»

Un cerealista de Granja de Torrehermosa gana un pleito a una industria sevillana de aceite que le pedía esa cantidad por el uso de herbicidas

Lunes, 13 de noviembre 2023, 07:23

«No busco ningún tipo de venganza ni nada. Sólo quiero hacer pública una tremenda injusticia ya que el daño que han causado a mi familia y a mi ha sido irreparable». José Manuel Medina Borrego, de 48 años, respira aliviado porque ha ganado un pleito en el que se le exigía pagar 1,6 millones de euros. «Mi ruina, hubiera sido mi ruina y por algo de lo que soy absolutamente inocente», reseña este agricultor, cerealista de Granja de Torrehermosa (1.940 vecinos), en la Campiña Sur.

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Innoliva, una industria aceitunera con sede en Sevilla, con 8.000 hectáreas de olivar intensivo y superintensivo entre España y Portugal, le ha quitado el sueño a Medina en los últimos dos años y medio. Un juez de Llerena ha puesto fin a lo que –asevera el extremeño– se había convertido en una pesadilla.

Todo empezó el 7 de enero de 2021. La empresa andaluza puso una demanda en el juzgado llerenense. Le reclamaba inicialmente 524.000 euros a Medina, más intereses, porque –decía– le había causado daños y perjuicios al aceite que cosechó de la campaña de 2020-2021.

La explotación de Medina de cereal (115 hectáreas, gestionada con otros dos socios) era en parte lindera con la de olivar intensivo de más de 1.200 hectáreas que tiene la industria sevillana repartidas entre términos extremeños (entre ellos el de Granja de Torrehermosa) y otros vecinos andaluces.

Como es habitual, con la autorización de la Junta de Extremadura, usaba herbicida permitido en su finca para terminar con las malas hierbas, como hacen cada campaña los cerealistas.

La empresa aceitunera, en cambio, señalaba que al utilizar un fungicida determinado y sin control, el agricultor de Granja había dañado a sabiendas la producción oleícola. Por una «deficiente y negligente utilización», acusaba Innoliva.

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Posteriormente, la empresa andaluza amplió su demanda inicial contra José Manuel Medina. Y aumentaba su petición de indemnización, llegando a 1,6 millones, decía, por perjuicios de dos campañas de aceite.

«Es muy difícil explicar todo lo vivido y sufrido. Fue un acoso sin fundamento, como se demostró en el juzgado, porque no hice nada ilegal. Solo quisieron amedrentarnos a los cerealistas y me eligieron a mí para eso. Por eso la multinacional me pedía 1,6 millones por daños que basaba en mentiras», anticipa el cerealista.

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«Son tantas cosas que ahora, que todo ha pasado, puedo asegurar que lo veo aún más injusto porque todo estaba basado en una mentira sin más interés que el rico hacerse más rico a costa de lo que fuese», finaliza a HOY.

Falta de rigor

En el juicio quedó nítido que el cerealista usó un herbicida diferente al que decía Innoliva que había empleado. Un producto usado de «forma correcta y respetando las instrucciones de uso y medidas de mitigación de dicho herbicida», defendió Medina.

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El juez expresa en la sentencia que «existen evidentes y sustanciales errores o confusiones en varias de las argumentaciones y conclusiones» en el informe acusatorio presentado por la sociedad oleícola. Errores que corroboró el perito presentado por Innoliva. Uno de ellos, que no era el herbicida que decía la empresa.

Además, el magistrado subraya en la sentencia que no se tuvo en cuenta que quizás el producto fuera usado por otros cerealistas con fincas linderas a la del olivar y reflexionó por qué se focalizó en Medina la demanda.

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Otra «cuestión relevante que evidencia la falta de rigor» de la prueba presentada por la empresa tiene que ver con los datos de aplicación del herbicida por parte del agricultor en 2019. No concuerdan las fechas del informe presentado por Innoliva con las de aplicación del producto por el cerealista, como éste certificó.

Otro «nuevo ejemplo de la falta de rigor y criterio pericial en los informes presentados», señala el fallo, tiene que ver con el cálculo que hace la sociedad andaluza para fijar la indemnización.

«No se justifica cual es el precio del aceite. (...) El propio perito viene a reconocer que no ha tenido en cuenta si el aceite que valora como pérdida total (al sobrepasar los niveles permisibles de sustancia contaminante que impediría supuestamente su venta) y que constituye el grueso del daño tasado en cada campaña, ha sido o no vendido y, en caso afirmativo, a qué precio», se agrega.

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«¿Es fácil para un ciudadano de a pie aguantar esa presión de que te reclamen 1,6 millones?

José Manuel Medina

Cerealista

Apunta el juez que la propia empresa reconoce que el aceite «no se tira sino que se mezcla con otros sin residuos para bajar la proporción del mismo y así poder venderse. Asimismo, se afirma por dicho representante (el perito), que hay aceites que se venden fuera y otros en España».

En la sentencia se concluye que «poco más se puede decir de la nula virtualidad probatoria que tienen los informes presentados» por la empresa para justificar el hipotético daño causado, «por lo que ha de entenderse como no acreditado el mismo».

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Si a esta conclusión añadimos lo relativo a las «deficiencias, lagunas y faltas de rigor del informe pericial» presentado para acusar al productor de cereal, el juzgado de Llerena concluye que no se puede atender a la demanda de daños de la sociedad mercantil sevillana.

Sin complejos

El juicio, celebrado en enero de este año, duró más de 6 horas y «en él se vio la inconsistencia de lo que planteaban pero tuve que estar ahí. He sido acusado y mi prestigio profesional puesto en tela de juicio porque para ellos 100.000 euros es lo que se gastan en fotocopias en un año pero a mí me arruinaban por no aceptar sus condiciones», dice el cerealista granjeño.

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Se refiere a que la empresa ha sido condenada a pagar las costas del proceso, cifradas en 105.835 euros. El pago se ha realizado a finales del pasado octubre y la sentencia es firme toda vez que Innoliva no la ha recurrido.

«Sí, he ganado, se ha demostrado la verdad, pero, ¿y si en todo este tiempo hubiera tenido ese momento de rendirme? ¿Acaso es fácil para un ciudadano de a pie aguantar esa presión de que te reclamen 1,6 millones y acusarte de usar mal un producto?», añade el extremeño.

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José Manuel Medina concluye que espera que casos como el suyo sirvan para «que veamos que los agricultores que no somos tontos, que nos quitemos los complejos de una vez».

Asevera que «debemos defender lo nuestro sin dejarnos pisotear por esas grandes empresas que en muchos casos vienen a Extremadura a explotar sin miramientos lo que es nuestro».

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