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Mariano López de Ayala Granda, autónomo del sector ovino. HOY
«Hemos pasado un mes de infierno absoluto para el ovino»

«Hemos pasado un mes de infierno absoluto para el ovino»

Mariano López de Ayala Granda | Ganadero ovino ·

El cierre de restaurantes han causado un notable descenso en las ventas de cordero, que se recuperan ligeramente ahora con el Ramadán

ESTRELLA DOMEQUE

Don Benito.

Viernes, 1 de mayo 2020, 10:24

Mariano López de Ayala Granda es autónomo y gestiona de forma multidisciplinar las fincas de su madre, María Dolores, destinadas a cultivos de regadío y secano, junto a la típica dehesa de encinar con oveja.

–¿En qué momento se encontraba el sector del ovino?

–Todos los sectores del campo estaban fatal, no cubrían costes. En el ovino, para hacerse una idea, basta con mirar las cifras: en el año 2000 había en España unos 24 millones de ovejas, en 2020 no llegamos a los 15 millones. Para el precio, si nos vamos al Instituto Nacional de Estadística para ver las rentas, en 1980 un cordero de 23 kilos valía 10.000 pesetas y si te vas al actualizador del INE marca que en la actualidad ese dinero equivaldría a 378 euros. Eso en teoría, pero la realidad es que en 2019 el precio era de alrededor de 70 euros, más 13 euros que te dan por oveja. Normalmente, el ganadero intenta sacarle un cordero de venta a la oveja y el recrío aparte. Por tanto, para cubrir costes tienes que intentar vender un cordero por unos 80 euros. El 18 de marzo estábamos en 77 euros por cordero.

«Igual que se publicita el plátano de Canarias, tendría que hacerse con el cordero de Extremadura, es un producto de lujo»

–¿Cómo ha sido el último mes?

–Con el estado de alarma empezó ya la gente a no querer cordero y ese viernes pasó en la lonja algo que no había pasado nunca, que es que todas las categorías estaban sin operación. Hemos pasado un mes de infierno absoluto entre el 18 de marzo y el 18 de abril. En esas semanas no éramos capaces de vender absolutamente nada, principalmente debido al cierre de bares y restaurantes, porque el cordero es un plato de celebraciones o de comer fuera de casa, porque requieren una preparación especial.

–¿Tenía salida el cordero?

–La única salida era hacia el mercado árabe por la celebración del Ramadán. Al principio con el estado de alarma se asustaron y los puertos en Argelia echaban para atrás los barcos. Hemos perdido mucho en Francia e Italia, mercados mucho mejores que el árabe que consume un cordero demasiado pesado, eso ha fallado de forma rotunda. En mi caso los he vendido a un precio peor en este último mes con tal de que se los llevasen, porque cuanto más tiempo lo aguantes más dinero pierdes por el peso que va ganando y el pienso que tienes que comprar de más.

–¿Y ahora?

–Ahora se empieza a recuperar algo, el precio está en 59 euros los animales de 23 kilos y, por lo menos, se los llevan. En estos días, con dificultad, pero se los llevan. Es cierto que en Villanueva existe una sociedad cooperativa que se llama EA Group que realiza una actividad que creo que es estupenda: preparan el cordero para cualquier tipo de cocinado y te lo lleva a casa. Eso está teniendo mucho éxito y además va con el certificado de Corderex.

–¿Qué necesita el sector?

–Empresas como las que comentaba que facilitan el consumo de este producto, pero también la promoción de un producto que es de lujo. Igual que se publicita el plátano de Canarias, también tendría que hacerse con el cordero de Extremadura. Por el producto es bueno y no tiene competencia con otros corderos fuera de España. El merino extremeño y el cordero lechal, de Castilla y León, son dos productos distintos que no tienen nada que envidiar a ningún cordero del mundo. Lo que necesita este producto es concienciar a la gente de que es un buen producto y ecológico. La raza merina se intenta vender por 23 kilos, que es cuando mejor está para el paladar y para todo. Las hembras con un par de kilos menos. A partir de 23 kilos empiezan a engrasar y da ese sabor que no le gusta a la gente.

–El regreso de la hostelería sería positivo.

–Estaríamos como antes de la crisis, que estábamos mal, pero no como ahora. Ha sido un mes de horror, con hoteles y restaurantes cerrados. Cuando pase todo esto, volveremos a la misma situación que estábamos en febrero. Pero lo importante es fomentar el consumo, esa es la clave.

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