José Manuel Álvarez, con sus varillas para encontrar agua. J. S. P.

«Para encontrar agua, primero estudio el terreno con la vista»

José Manuel Álvarez, vecino de Ibahernando y buen conocedor del mundo del campo, localiza puntos con corrientes subterráneas

Viernes, 1 de septiembre 2023, 08:22

Desde muy pequeño ha estado ligado al campo haciendo un poco de todo. «Yo, a los diez años, ya tenía un hacha», explica José Manuel Álvarez, natural de Ibahernando (Cáceres). Ha trabajado desde labores con una yunta y una mula, hasta haciendo carbón, pasando por ... la poda de encinas, entre otras tareas. Con el paso de los años, se ha alejado de esta actividad y ya solo está dedicado, sin cobrar, a localizar los puntos donde hay agua subterránea en los terrenos, como fincas ganaderas. Ejerce de zahorí.

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–¿Cómo comenzó con esta desconocida actividad?

–Estuve trabajando para una empresa con una maquinaria haciendo pozos de sondeo. Cuando iba a hacer el primero, el encargado me dijo que pinchara en una zona, que parecía que estaba totalmente seca, pero salió agua. A base de hacer este tipo de trabajos, de perforaciones, aprendí y hasta ahora. Es una cuestión que me gusta y no la he dejado.

«El campo está mal y cuando te necesitan, llaman. También he ido para riego de árboles frutales»

–¿Cómo es esa labor?

–Lo primero que hago es estudiar el terreno con la vista, veo los componentes y materiales del lugar para localizar una zona. Luego voy andando con dos varillas, una en cada mano, que tienen forma de 'L'. Cuando se detecta el agua en un hueco de la tierra, se ponen a girar. Ahí se marca el terreno donde hay agua. Cuanta más agua hay, más giran esas varillas. Por tanto, en ese lugar es donde hay que pinchar para hacer el pozo de sondeo. Las varillas son metálicas. Las he intentado hacer a mano, pero no funcionan.

–¿Quién le llama para este tipo de trabajos?

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–Me llaman, sobre todo, de explotaciones ganaderas. El campo está mal y cuando te necesitan, llaman. También he ido para riego de árboles frutales, incluso para casas de campo. Al final, hay interesados por diferentes causas. Además, hemos tenido llamadas no solo de la zona de Trujillo, sino también de otros puntos. Nos hemos movido por toda Extremadura, incluso por Toledo y algunas zonas de Portugal.

–¿Cómo son los terrenos?

–Normalmente, la pizarra tiene más agua que la zona granítica. Nosotros nos fijamos, por ejemplo, si vamos una charca o si ya han llevado a cabo una excavación o en los materiales que hay, como el cuarzo.

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–Habrá personas que se sorprendan de esta labor.

–Sí, es cierto, pero para mí es una gran satisfacción encontrar agua. Tengo ejemplos, incluso llamativos. Una familia tenía en su explotación seis o siete pozos secos. Como tengo amistad, fui a la finca, les marqué un punto y con tan buena suerte que les encontré un pozo con gran abundancia de agua, incluso, subía por el nivel de la boca. Para mí, eso me supone una gran alegría. Tan solo lo que hice es ver y estudiar el terreno. Vi que los pozos donde estaban no era el sitio idóneo y me fui a otra parte para pinchar. A otra familia le dije, ya por teléfono, que, en la zona que le habían indicado para hacer un pozo, no sacaría agua y así fue. No me hizo falta ver la zona, porque ya la conocía ese lugar.

–¿Con la sequía, le llaman más?

–Esto es a temporadas. Hay a veces que llaman mucho y otras no tanto. Este año no llevo muchos. También llovió en primavera y eso influye. No obstante, con los años que llevo, he marcados mucho. Ahora, lo que hago es que yo los marco y estoy en contacto con una empresa. El jefe lo mira antes de hacer la perforación.

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