Juan Diego Fuentes, jefe de explotación de la comunidad general de usuarios del Canal de Orellana, da estos días los últimos retoques a la planificación de la campaña de riego que empezará el próximo mes. Una campaña que arranca con cierta normalidad gracias a las ... últimas precipitaciones.
–¿Cuál es la perspectiva de cara a la campaña?
–Hasta Semana Santa, las perspectivas que teníamos no eran muy alentadoras porque nos daban unas previsiones de lluvia que no se estaban cumpliendo. Está previsto que la campaña se inicie en la semana del 3 de mayo y finalice en torno al 11 de septiembre, todo ello a nivel teórico porque siempre dependeremos de las condiciones meteorológicas. En base a esta planificación, como no llovía, estábamos viendo que tendríamos que empezar mucho antes porque iba a ser necesario regar las tierras para poder tener la humedad adecuada para cultivar. Gracias a estas últimas lluvias se ha facilitado todo bastante, también porque hay previsión de lluvias en esta última quincena de abril. Por lo que la campaña como tal no será necesario adelantarla.
«Las balsas de regulación están bastante vacías y el riego de emergencia irá destinado principalmente a llenarlas»
–Iniciará con normalidad.
–Sí, aunque sí daremos algún riego de emergencia para los frutales porque no es que necesite agua para el desarrollo de la planta, pero para aportar los nutrientes necesarios se emplean los sistemas de riego localizado. Las balsas de regulación están bastante vacías y este riego de emergencia irá destinado principalmente al llenado de las mismas para poder sacar el rendimiento esperado a la cosecha. Estamos intentando concienciar a la gente de que un mayor tamaño de balsa les da más autonomía e independencia, así no tienen que depender tanto de este riego de emergencia.
–Es una de las recomendaciones.
–Sí, hemos establecido una serie de pautas sobre el tamaño mínimo de las balsas y esperamos que poco a poco se vayan cumpliendo. Al final, lo que buscamos es que sean un poco más autónomos aquellos cultivos que necesitan una pre y una post campaña fuera de lo que es la campaña de riego tradicional. Estamos hablando cultivos permanentes que necesitan bastante agua una vez finalizada la campaña como podrían ser el olivar, el almendro o los frutales.
–¿Con qué dotación se parte?
–Tuvimos al principio dudas sobre si íbamos a tener la dotación que nos corresponde según el plan hidrológico, pero gracias a las lluvias que hemos ido teniendo partimos con los 467 hectómetros como corresponde a la zona regable de Orellana. Tenemos el 100% de la dotación.
–Han venido bien estas últimas lluvias.
–Sí, gracias a esto, las labores de siembra se van a realizar sin necesidad de aportación de agua. Además, aunque no veamos en superficie la presencia de agua, la tierra no deja de estar filtrando y, por tanto, inicias la campaña con la capa freática bastante elevada, de forma que una vez se inicie el riego la cantidad de agua a aportar para darle la humedad necesaria al suelo es bastante inferior, lo que supone un beneficio y una ayuda con estas lluvias.
–¿Cómo ha sido la planificación?
–Hemos repartido esos 467 hectómetros mediante la elaboración de un plan de desembalses semanales, de forma que semana a semana iremos comprobando si nos ajustamos o no a la planificación. En caso de que nos estemos excediendo bastante en el consumo, se plantea la posibilidad de realizar cortes programados. Lo que buscamos es garantizar un servicio de calidad. Serán cortes que se prolongarán entre 24 y 48 horas, dependiendo de las necesidades. De ahí también la importancia de que las balsas de regulación tengan la capacidad adecuada.
–¿Cuánto se ahorra en estos cortes?
–Entre finales de junio y el mes de julio, cada día de corte son cinco hectómetros que se ahorran.
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