¿Qué ha pasado hoy, 7 de febrero, en Extremadura?
Herminio Íñiguez es presidente de Agryga en Villanueva. E. D.

«No podemos quedarnos esperando a ver si llueve»

Herminio Íñiguez | Presidente de Agryga ·

El balance de la campaña en Villanueva de la Serena es muy negativo debido a la sequía, pero también a las altas temperaturas registradas en verano

ESTRELLA DOMEQUE

VILLANUEVA DE LA SERENA.

Viernes, 7 de octubre 2022, 14:39

El verano de 2022 se planteaba como uno de los más complicados para el sector agrícola y ya en octubre se pueden confirmar estas nefasta previsiones. Para Herminio Íñiguez, agricultor y presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (Agryga), ... se debe ya empezar a trabajar con la previsión de que no llueva.

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–¿Cuál es el balance de la campaña agrícola?

–Es un poco decepcionante. Empezamos con escasez de agua que provocó recortes en los cultivos, por ejemplo, el tomate que se ha tenido que reducir en hectáreas a un 40% o el arroz que no se ha sembrado en Orellana y ha provocado que muchos agricultores dejen en blanco sus tierras. En definitiva, unos recortes que ya de principio han resultado negativo para la actividad.

«Ha habido tomatales literalmente quemados y el recorte de las producciones ha sido muy importante»

–A esto se suma el calor.

–Exacto. Un calor que no se había conocido hasta ahora con estas temperaturas tan altas y continuadas. Esto ha provocado que gastemos más agua, además de daños a los cultivos. El tomate ha sufrido de lleno este efecto porque ha habido tomatales literalmente quemados y el recorte de las producciones ha sido muy importante en un cultivo que tiene mucho coste y además con unos costes tan elevados como los de este año. Hay fincas importantes con una media de 30 a 40.000 kilos por hectárea, no olvidemos que necesitábamos una media de 85 toneladas para cubrir costes... Son importantes las pérdidas.

–¿Y en la fruta?

–Se ha notado que ha habido menos calibre por la excesiva traspiración del árbol. Lo que realmente ha provocado el daño no es el calor diurno, sino que no había apenas diferencia de temperatura entre la noche y el día. También el maíz se ha visto afectado porque no se completa la piña provocando también reducciones importantes en la producción.

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–¿Ha funcionado el girasol?

–Esa alternativa nos ha metido en un cultivo que no es rentable, nunca lo ha sido en nuestra zona. Normalmente la pipa no produce, pero con las condiciones que hemos tenido ha sido aún peor. Por tanto, las parcelas se han quedado muy cortas en cuanto a producción, aunque es verdad que tiene un precio más alto que otras veces y al menos sacas algo.

–¿Es uno de los peores años de la última década?

–Sin duda, es un año muy negativo. De hecho, ha habido agricultores que no han podido regar nada y recibirán algunas ayudas de la Junta, pero no llega a cubrir los ingresos que necesita una familia o una explotación para pagar gastos fijos y para subsistir.

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–¿Los precios han acompañado?

–En el tomate se negoció un precio en enero que en aquel momento estaba más o menos bien, pero el precio se estancó entonces, mientras que los costes han seguido subiendo de forma desmedida. Al final, se ha quedado en un precio bajo. La fruta sí ha tenido unos precios razonablemente buenos, pero hay mucho descuento por falta de calidad; pero la rentabilidad se va a cubrir. En el cereal ha influido la guerra de Ucrania haciendo que el precio sea razonable. Pero con la subida de costes, las cuentas finales no salen en muchos casos.

–¿La sequía es la principal preocupación de los próximos meses?

–Uno de ellos porque se trata de un hándicap que nos tiene bloqueados. Estamos preparando las tierras para secano porque las perspectivas de lluvia son malas, la verdad es que nos tiene muy preocupados a todos los agricultores. Hay arroceros que este año no han podido sembrar y sería inviable para ellos estar dos años en blanco.

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–¿Esa preocupación debería trasladarse ya a la sociedad?

–Desde Agryga vamos a hacer un llamamiento, ya no solo a la sociedad, también a los políticos para que se habla de la sequía y se creen unas mesas de trabajo porque no puede pasar lo mismo del año pasado y quedarnos esperando a ver si llueve. ¿Cómo esperar a que llueva? No podemos estar a expensas de la suerte, hay que empezar a trabajar ya sobre la posibilidad de que no llueva y no haya agua.

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