![«Puedo hacer el mismo trabajo que un hombre, aunque no se lo crean»](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202106/04/media/cortadas/161211532--1248x1826.jpg)
![«Puedo hacer el mismo trabajo que un hombre, aunque no se lo crean»](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202106/04/media/cortadas/161211532--1248x1826.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER SÁNCHEZ PABLOS
IBAHERNANDO.
Viernes, 4 de junio 2021, 08:03
Jara Mena, de 30 años y procedente de familia ganadera, ha estado ligada al campo desde pequeña. Estudió primero Comercio y Marketing en Cáceres y después, Administración y Dirección de Empresa, en Badajoz. Mientras ultimaba estos estudios universitarios, hizo el curso de incorporación al mundo ... ganadero. En 2018, dio el paso definitivo con la compra de 54 vacas para montar su propia explotación.
–¿Su formación le ha servido para el mundo del campo?
–Creo que me ha venido muy bien. Prueba de ello es que yo casi no voy a la oficina veterinaria, salvo para cosas muy concretas. A través de Internet, hago todos los trámites, como la realización de las guías y las altas y bajas de los chotos. Todo lo que tiene que ver con la gestión de la empresa ganadera, lo ejecuto yo.
-¿Cómo es su explotación?
–Son vacas para carne. Cuando tienen entre 5 y 7 meses, las vendo a un intermediario para que terminen el proceso. Cuando decidí montar la exportación, era complicado conseguir todos los animales de una misma explotación. Por tanto, fui cogiendo partidas. Eran de diferentes razas y edades. Son todas cruzadas. Lo cierto es que me gustaría tender a limusín, que es una raza que siempre la hemos tenido en casa y me gusta. Además, son los animales que más carne dan en menos tiempo. Por tanto, tienen un alto rendimiento, además de que se adaptan bien al terreno. También en un futuro, si tengo posibilidades, no me importaría trabajar la genética, para tener unas vacas de primera, más aún. Ahora me centro en esas 54 vacas. Gracias a la familia y a sus consejos, vamos poco a poco. Es una responsabilidad muy grande.
–¿Qué es lo más complicado?
–Para mí, sin duda, son los saneamientos. Es lo que más miedo me da por si sale una vaca mala por tuberculosis. Además, muchos de los positivos que salen luego son falsos positivos. Por tanto, paralizan la explotación sin tenerlo que haber hecho. Cuando me llaman para hacer un saneamiento, ya no duermo tranquila hasta que pasa.
–¿Cómo se maneja en un mundo dominado por los hombres?
–La verdad que a veces cuesta. Parece que no se creen que sea capaz de hacer una determinada acción o que tenga ese número de vacas con mi edad. Yo me pregunto, ¿por qué no voy a poder? Es verdad que recibo ayuda, pero igual pasa con otros ganaderos. Cuando tienen saneamiento, llaman a otras personas para que les ayude. Puedo hacer el mismo trabajo que un hombre, aunque no se lo crean. Es verdad que, a través de la plataforma nacional 'ganaderas en red', una se da cuenta de que no está sola, hay muchas ganaderas con distintos tipos de explotaciones. Aquí compartimos muchas cosas.
–Ha compaginado la labor del campo con otros trabajos, ¿le gustaría dedicarse cien por cien a la ganadería?
–El campo es sacrificado. Hay que soportar días de mucho calor, días de lluvia y de frío. Sin embargo, no hay nada como trabajar para ti, ser tu propio jefe. Además, lo principal es que el campo me gusta y disfruto de lo que hago. Estoy a gusto. De hecho, cuando estoy en una oficina, estoy pensando en cómo estarán las vacas o qué estaría haciendo si en ese momento estuviera allí con los animales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.