JAVIER SÁNCHEZ PABLOS
TRUJILLO.
Viernes, 13 de enero 2023, 10:56
Cogieron el testigo de su padre. Con sus camiones, han transportado diferentes materiales y desde hace casi ocho años están dedicados al transporte de pienso para el mundo animal, a través de la empresa Inalsa, bien a granel, bien en sacos. Son los hermanos Marcos ... y Benigno Calle Martín, con su empresa Transporte Toche.
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–¿En qué consiste su trabajo?
–Con nuestros camiones, dos de ellos de cuba, cargamos en la fábrica e intentamos dar el mejor servicio al ganadero o al distribuidor, que en la zona de Trujillo es Antonio Novella. Se puede decir que hacemos de enlace entre el ganadero y la fábrica, pero insistimos que somos transportistas, no distribuidores. Al final, tenemos un trato muy cercano y de confianza con los ganaderos. Una cosa buena es que solemos servir siempre a los mismos clientes de la empresa y eso ayuda, sin duda, a tener ese vínculo.
–¿Cómo es el día a día?
–Salimos sobre las cinco o seis de la mañana. Cargamos el 100% del pienso en la fábrica que tiene Inalsa en Torralba de Calatraba, en Ciudad Real. El pienso a granel, como norma general, va directamente al campo. Las cubas tienen seis compartimentos y cada uno de ellos puede llevar 4.000 kilos. El transporte de saco pasa por el distribuidor y las 24 toneladas se dejan en el almacén. Como el campo se está modernizando cada vez más, están subiendo los pedidos a granel y bajando los paletizados.
–¿Dónde reparten?
–El pienso que va directamente al campo lo repartimos por toda la comarca. Estamos en un territorio que es principalmente ganadero. También llevamos pienso a otros puntos de la región. No obstante, tenemos que estar una serie de horas parados por las limitaciones marcadas por el tacófrago, que hay que respetar. Por ejemplo, en verano nos gustaría trabajar más horas o más días, pero no podemos.
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–La época más fuerte de trabajo es el verano.
–Hay trabajo todo el año, porque hay ganado estabulado que come todos los días. El que está en el campo, según como esté y según el tiempo, hay que echarle más o menos de comer. Es cierto que la época fuerte es el verano y, en Extremadura, siempre llega. Ahora vamos a la fábrica con tres camiones, una media de cuatro veces a la semana. Cuando viene la época fuerte se trabaja algún sábado y se hace algún viaje más. Lo que pretendemos siempre es adaptarnos a las necesidades para intentar dar el mejor servicio. La comida del campo no es la misma siempre y, por tanto, los pedidos cambian.
–¿Cómo ha sido el año con la subida del combustible?
–El pasado año ha sido complicado, pero no solo para el transporte, sino para todo el mundo. Después de la huelga que hubo en marzo, se hizo una subida por parte de la empresa. A pesar de ello, al precio que se puso el combustible, se quedó baja. También es cierto que las entidades cargadoras no pueden asumir el cien por cien de todos los costes. Ellos asumieron su parte, pero también han tenido subidas, como la materia prima. Al final, las empresas cargadoras han asumido algo. El Gobierno dio una ayuda y las petroleras también ponían 10 céntimos y, con unas cosas y otras, hemos pasado el año. Todos los hemos pasado mal.
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