NATALIA REIGADAS
Martes, 24 de junio 2014, 07:57
El Baluarte de San Pedro, el de la Trinidad, el de Santa María, el de San Roque, Puerta Pilar, el Baluarte de Santiago, el de San José, el de San Vicente, Puerta Palmas y el Fuerte de San Cristóbal. Cuando los cañones se convirtieron en un arma de uso común, Badajoz se fortificó para resistir los ataques con un sistema de muralla abaluartada. Varios tramos se han perdido, pero gran parte de la estructura sigue en pie. En los últimos años se han llevado a cabo varios proyectos de recuperación, pero quedan muchas cuentas pendientes. La más importante, según varios colectivos, es el foso de la calle Stadium.
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La recuperación del Fuerte de San Cristóbal ha sido la intervención más importante en los últimos años. En los cuatro primeros meses abierto ha recibido 6.500 visitas. A esta obra hay que sumar la rehabilitación del hornabeque del Puente de Palmas, junto con un pequeño repaso de la propia plataforma para arreglar los desperfectos por vandalismo. Así mismo, el Baluarte de San Pedro se ha convertido en un aparcamiento dentro de la intervención en El Campillo y ahora se puede recorrer su adarve y visitar la galería de fusileros. El Revellín de San Roque, tras años de abandono, se ha transformado en un albergue municipal.
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