Cómo triunfar con un váter en el escenario

Moisés Ortiz ha pasado seis horas y media sentado en un váter encima del escenario del teatro López de Ayala. 'El Moi', como le llaman sus amigos, lo ha hecho a lo largo de las 20 actuaciones que han protagonizado Los Water Closet desde el año 2004 en el concurso de murgas. Lo que empezó como una broma en un grupo de amigos se ha convertido en el sello de un conjunto que ya es indispensable en el Carnaval.

Una de las quejas históricas de los murgueros es que, cuando actúa una murga que no es favorita, parte del público se marcha del patio de butacas 'al baño'. Cuando debutaron decidieron evitar este fenómeno colocando un inodoro en el escenario para que los espectadores lo usaran, aunque 'Moi' lleva acaparándolo 12 años, de ahí que decidieran bautizarse como 'Los Water Closet'.

Su estilo es de ritmo rápido, su popurrí muy pegadizo y tienen un humor muchas veces absurdo, pero que consigue que el público se retuerza en sus sillas de risa. Su marca es meterse en la cabeza del público. Por ejemplo, desde su puesta en escena del año pasado como hijos de superhéroes, es imposible escuchar la canción 'Get Luky', de Daft Punk, sin tararear: «Yo puedo volver en el tiempo. Me lo enseñó mi abuelo».

Los hijos de Spiderman, Batman, Superman, el Capitán América, el Joker... arrasaron en 2014 y lograron el primer triunfo para esta murga. Este año contraatacan con 'El Legendario Gran Nariff'. Solo desvelan que habrá un personaje central que «va a iluminar todo Badajoz», dice Juan Luis Arias, a lo que Marcos Flores añade: «Va a dar mucha sombra, una 'jartá' de sombra».

Ante todo aseguran que seguirán fieles a su particular estilo. «Será más Water que nunca. Con mucho ritmo y con nuestras tonterías». Lo que llaman sus 'payasadas' son juegos de palabras y situaciones algo surrealistas que suelen plantear en el popurrí, mientras que los pasodobles y los cuplés tratarán la actualidad.

Los Water debutaron hace doce años. Su origen está claro: llevan el Carnaval en la sangre. Tres de sus componentes, Abel Sansinena, Fernando Sánchez 'Calvino' y Juan Luis Arias, son hijos de miembros de Jarana. Se conocen desde pequeños y siempre bromeaban sobre formar su propia murga. Finalmente reunieron a sus grupos de amigos y se lanzaron.

Siguen siendo muy amigos y se nota. El buen ambiente se respira en su local de San Roque. Mientras ensayan en un pequeño estudio insonorizado, con una chuleta con las letras en la pared, intercambian bromas, se ríen y se tratan entre ellos con los motes de toda la vida: Calvino, Pilo, Chungo, Abelardo, Charlie, etc. Llevan ensayando desde finales de septiembre, pero añaden que se pasan todo el año juntos. Salen juntos, tienen un equipo de fútbol, y así desde siempre.

Los Water explican que ha sido esa amistad la que les ha ayudado a seguir porque sus primeros años no fueron fáciles. Una parte del público no se identificaba con su estilo y explican que tras cinco años sin alcanzar las semifinales pasaron un bache. Recomiendan a otras agrupaciones aguantar. «Hay que estar unidos», afirma Flores mientras sus compañeros dicen a coro: «Hay que disfrutar».

Por esa razón no sienten presión este año al llegar al concurso como vencedores. Aseguran que su único objetivo es llegar a la final. «Es lo que queremos para cantar tres veces en el concurso y por actuar el viernes, que es el día que es Carnaval», aclara Juan Luis Arias.

Saben, también, que no será fácil. «Me da pena el número de murgas de este año, que es la cifra más baja desde hace mucho, pero la calidad va mejorando. El año pasado yo creo que había 11 o 12 murgas que podían estar en la final y fue muy reñida». En cuanto al futuro, lo tienen claro, les gustaría ser una de esas agrupaciones que cumplen 20 años o más sobre el escenario del López de Ayala. «Y hasta 100», bromean.