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Izado de la casaca roja del ejército británico en Nottingham, el 6 de abril de 2015. :: nottingham post
Nottingham celebra el ‘Badajoz Day’

Nottingham celebra el ‘Badajoz Day’

Un regimiento británico conmemora cada 6 de abril la toma de la capital pacense por las tropas de Wellington durante la Guerra de la Independencia

miguel veríssimo

Jueves, 7 de abril 2016, 00:18

La escena se repite cada 6 de abril. En la ciudad inglesa de Nottingham, capital de las aventuras de Robin Hood, se recuerda a Badajoz. Un día al año, los militares del ejército de Su Majestad vuelven la vista hacia la sangrienta primavera de 1812 en un acto protagonizado por una casaca escarlata.

El Badajoz Day se ha convertido en una celebración tradicional en Nottigham (más de 300.000 habitantes, a unos 200 kilómetros al norte de Londres), especialmente para sus militares. Los veteranos del antiguo regimiento 45 de Nottinghamshire izan el 6 de abril en el castillo de la ciudad una casaca roja, símbolo de la victoria que este destacamento británico cosechó en la capital pacense en 1812, durante la Guerra de la Independencia.

Ayer, el privilegio de izar la casaca recayó en el veterano Frank Leonardo. El año pasado, el acto estuvo organizado por Phil Twells, quien en declaraciones al periódico Nottingham Post aseguraba que la batalla de Badajoz es «un momento esencial en la historia de nuestro regimiento». David White, con cerca de 45 años de servicio en el regimiento, participó también en el acto de 2015. Su esposa, Janet, explicaba entonces que «la casaca roja es un símbolo que prueba que los soldados salieron victoriosos».

Que los británicos vencieran en aquella batalla, al igual que en la de La Albuera, fue clave en el devenir de la Guerra de la Independencia. Las tropas de Wellington asediaron por tercera vez las murallas de Badajoz al amparo de la noche de aquel 6 de abril de hace 204 años. La ciudad se encontraba entonces en manos francesas, protegida por unos 5.000 soldados. Mientras tanto, a los pies de las murallas se apostaban fuerzas portuguesas e inglesas. Los primeros momentos del asedio fueron de una extrema crudeza. Desde que se dio la voz de alarma, las fuerzas galas se defendieron e intentaron taponar las brechas por las que pretendían entrar los británicos. En apenas dos horas, unos 2.000 hombres fallecieron o quedaron seriamente heridos.

Mientras tanto, el 45 Regimiento de Nottinghamshire, integrado en la Tercera División del General Picton, comenzó el asalto a la ciudad por la parte norte. Lo que en un principio estaba diseñado como una maniobra de distracción para dar ventaja a las tropas que pretendían entrar por las brechas principales de la muralla, acabó siendo un movimiento clave.

A la cabeza de una de las escalas utilizadas para trepar a los muros se encontraba el joven teniente James MacPherson, que a duras penas consiguió subir a las murallas. El disparo de un soldado enemigo le acertó en el pecho, pero un milagro hizo que el proyectil rebotase en uno de los botones de plata de su casaca roja. Sólo sufrió daños en las costillas, aunque cayó de nuevo hasta las laderas de la muralla. Ayudado por sus hombres, volvió a subir. Junto MacPherson, miles de ingleses treparon por los muros de la ciudad y comenzaron a ganar posiciones dentro de la muralla pacense.

El teniente fijó entonces su objetivo en la Torre de Santa María, junto a la antigua catedral de Badajoz, levantada sobre los cimientos de la mezquita. Allí, a pocos metros de donde hoy se encuentran la Biblioteca Regional y la Facultad de Comunicación y Documentación, MacPherson puso su mirada. La bandera francesa ondeaba en lo alto de la torre.

El teniente llegó hasta lo más alto, desde donde bajó la enseña napoleónica. Sin embargo, la historia asegura que en ese momento se dio cuenta de que no llevaba consigo una bandera británica. Decidió entonces despojarse de la casaca escarlata que le había salvado la vida y la izó como si de una bandera se tratase. De esta forma las tropas inglesas conocieron que habían tomado la plaza de Badajoz.

Conocimiento británico

La conmemoración de la batalla de Badajoz está marcada en el calendario del segundo batallón del regimiento de Mercia, los herederos del 45 regimiento de Nottingham. «Es un celebración propia del ejército, pero conocida en la ciudad», asegura el pacense Rafael García, que estudió durante cuatro años Relaciones Internacionales en esta ciudad británica.

El simbolismo de esta celebración es tan fuerte que ha llegado incluso hasta Afganistán, donde también se ha izado la chaqueta roja. Allí, en 2009 los militares británicos conmemoraron el Badajoz Day levantando al aire la casaca encarnada. Al igual que hiciera el teniente James MacPherson en la torre de Santa María la noche del 6 de abril de 1812.

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