MIRIAM F. RUA
Jueves, 11 de agosto 2016, 07:45
«Mi familia somos los Franco de Villafranco. Ahora qué, ¿también me tengo que quitar el apellido?». Esto se preguntaba ayer Joaquín Franco Guzmán, quien llegó a Villafranco del Guadiana desde Valdelacalzada con su padres y sus ocho hermanos cuando tenía 7 años. Él conoce bien la historia de esta pedanía pacense nacida bajo el paraguas del Plan Nacional de Colonización en plena dictadura y cuyo nombre rinde honores al dictador.
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Este es el motivo que ha llevado al Ayuntamiento de Badajoz, del que depende esta pedanía, a iniciar el proceso para cambiar su topónimo como ya adelantó ayer HOY, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que lleva nueve años en vigor.
La noticia ha revolucionado a este poblado de 1.521 habitantes de las Vegas Bajas que nunca pensó que llegaría el momento de rebautizar a su pueblo. ¿Y ahora, cómo nos vamos a llamar? Con esta pregunta se despertaron ayer sus vecinos.
Algunos se resisten al cambio y, entre ellos, hay quienes se sienten deudores de la obra de Francisco Franco. «Mis padres vinieron aquí con una mano detrás y otra delante porque les daban un cacho de pan para criar a sus hijos. Si Franco hizo esto, creo que lo lógico es que lleve su nombre». Esta es la opinión de José Adame, de 69 años, quien llegó con 11 años desde Fregenal de la Sierra.
Esta opinión no es generacional, también hay jóvenes que piensan igual. Es el caso de Sergio Acevedo, de 27 años: «Mucha de la gente que vivimos en este pueblo no es que le tengamos que dar las gracias a Franco, pero nos hemos mantenido por el Plan Badajoz que hizo él».
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Entre los que rechazan buscar un nuevo nombre, también están los que apelan a la identidad o a la tradición. «Para nosotros seguirá siendo Villafranco, el cambio será legal o administrativo pero ya está», decía María José Carballo, de 33 años. Su paisana, Estela Pesado, de 18 años, opinaba que: «Se nos identifica como Villafranco, no quiero que se cambie el nombre, que no le hace daño a nadie».
Pero también hay quienes aplauden que por fin puedan soltar el lastre de que su pueblo lleve el nombre de quien se autoproclamó caudillo de España. Lorenzo Martínez habla con vehemencia: «Se hizo una Ley de la Memoria Histórica, pues cúmplase. No tiene por qué quedar ningún vestigio ni de la dictadura ni del dictador». Este vecino de 72 años relata qué requisitos tenían que cumplir los colonos para instalarse en las tierras del plan de parcelación agraria: «Haber hecho la guerra con los nacionales, no tener antecedentes penales, tener como mínimo tres hijos y estar apuntado al Sindicato Vertical». Su padre lo solicitó y le dieron primero una casa en Barbaño, tan próxima al río que en invierno se anegaba. Por eso pidió un cambio y así fue como llegaron a Villafranco en 1958, pero espeta, «yo no tengo nada que agradecerle a Franco».
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«No soy un caso raro»
De la misma opinión es su paisano Juan Esquivel: «Yo quiero que se cambie el nombre y no soy un caso raro en el pueblo. Sí, nos dieron una parcela y una casa pero mis padres y los cinco hermanos fuimos esclavos de este señor -en referencia a Franco-, trabajando día y noche para que luego viniera un capataz, nos aforaran y se llevaran el 90 por ciento de la cosecha para ellos y con el resto teníamos que vivir la familia durante todo el año».
José Antonio Sánchez, de 19 años, cree que el cambio de nombre «para mucha gente será un alivio, porque no se puede justificar con el bien que hizo en el pueblo todo lo malo que hizo en un país entero».
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Y, después, también hay en el pueblo vecinos para los que el cambio de denominación no es un problema, porque realmente lo que ellos quieren es la independencia de Badajoz.
A detractores y a partidarios les toca repensar un nombre para su pueblo. Todos descartan llamarle Villafranca, para evitar que les confundan con el municipio de Tierra de Barros. Y Guadiana quieren mantenerlo como 'apellido'. Así, la opción más repetida y con más aceptación por los vecinos es Villa del Guadiana. Y el hecho de que muchos coincidieran en ese nombre ayer es la prueba de que ya se está pensando en la alternativa.
«Villa del Guadiana sería una buena opción, se quitaría el 'franco' y todos contentos», opina José Antonio Sánchez.
La misma propuesta hacía Sergio Acevedo, pero él tenía dudas con el gentilicio resultante del cambio de nombre: «Se especula con que nos llamemos Villa del Guadiana y a mí me gusta, pero si ahora somos villafranqueños, luego qué seremos, ¿villanos?».
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Todavía tienen tiempo los vecinos de Villafranco del Guadiana para darle vueltas a su nuevo nombre. El Ayuntamiento de Badajoz ha dicho que les consultará, pero aún no sabe ni cuándo ni de qué forma. «Va a ser el año de las votaciones», comentaba José Antonio Sánchez. Y es verdad, los paisanos de Villafranco van a tener oportunidad de votar por primera vez el nombre de su pueblo y a su alcalde pedáneo.
«No tiene por qué quedar ningún vestigio ni de la dictadura ni del dictador»
«Para nosotros seguirá siendo Villafranco, el cambio será legal o administrativo pero ya ésta»
«Villa del Guadiana sería una buena opción, se le quitaría el 'franco' y todos contentos»
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