3.000 pacenses se suben a la bici en un domingo de sol radiante

La de ayer fue la segunda edición de Hugo, David y Logan. Pero el año pasado, con solo cuatro años, Hugo fue en una bici sin pedales. La de este año es ya un vehículo 'de mayores'. Los tres llegaron sonrientes, hicieron los 5,5 kilómetros que distan del centro Carrefour de la carretera de Valverde al de Valdepasillas sin rechistar y al término del recorrido aún tenían ganas de jugar.

Hugo y su pandilla forman parte del pelotón de 3.000 pacenses que dedicaron el domingo a dar un paseo en bici.

Hay muchos padres con hijos pequeños, abuelos con nietos, pandillas de amigos y otros que hacen el recorrido en solitario, pero integrados todos en un equipo que paseó por el Cerro del Viento, Valdepasillas, el paseo de la margen izquierda del río y Huerta Rosales.

Las primeras caídas no se hacen esperar. Justo en la salida del recorrido, en el acceso a la rotonda de la avenida Marcelo Nessi, la enorme pendiente hace que varios pierdan el equilibrio y terminen en el suelo. El patrón se repite y rápido se suben de nuevo a darle a los pedales.

La primera prueba de resistencia se da en la avenida de Jaime Montero de Espinosa, donde la cuesta arriba se hace difícil. Ahí ya se escucha a algunos padres animar: «Venga, tanta 'play', tanta 'play'. ¡Dadle fuerte!».

Esta actividad organizada por la Fundación Municipal de Deportes y Carrefour con la colaboración de HOY y otras empresas de la ciudad no es una carrera. Es un paseo que coincidió con un domingo de sol radiante. Quizás por eso, más pacenses se animan a última hora y se suman por el trayecto.

Al coger por la avenida de Godofredo Ortega y Muñoz, el pelotón se estrecha y algunos se paran. Los que vienen por atrás, por tanto, dudan y mueven el manillar. Los padres más animados piden a los pequeños que no se paren. «Seguid de frente, venga, que no pasa nada».

Por Tomás Romero de Castilla se ven algunos peatones pidiendo a la Policía Local que les dejen pasar. Pero los agentes no lo permiten. Este domingo forman uno de los dispositivos de tráfico más grandes del año, tras la maratón y las medias. Al menos hay un policía en cada cruce para que los ciclistas sean más importantes que conductores y viandantes durante una hora de un domingo.

Llegados al Paseo Fluvial, algunos ciclistas animan a los que empiezan a quedarse rezagados. «¡Venga, que ya casi llegamos al río! Una vez que salgamos del parque ya está hecho», repiten a los pequeños.

Quizás uno de los puntos más estresantes es el camino de tierra junto al solar del mercadillo de los martes. Es angosto, a algunos les entra la prisa y otros se sienten casi arrollados. Menos mal que pronto se pasa a la calle Emigrante Pacense y ya, enfilada la avenida Príncipe de Asturias, el ciclista siente que ha cumplido con el domingo. De ahí a la entrada de Carrefour hay dos pedales y, ya bajados de la bici, toca recoger el agua, comerse un plátano y ponerse la camiseta de regalo. Han pasado unos de 60 minutos desde que el pelotón salió del otro centro Carrefour. El locutor José Luis Lorido ya está anunciando los sorteos y recordando que hay doce bicicletas esperando dueño.

Hugo, David y Logan están felices. Han pasado la meta. Objetivo cumplido.