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Manuel Márquez, expresidente de Amigos de Badajoz, fallecido esta semana. HOY
Adiós a Manuel Márquez

Adiós a Manuel Márquez

COSAS DE PALACIO ·

Hacen falta más pacenses que pongan su esfuerzo personal en lograr mejoras colectivas, como hizo el expresidente de Amigos de Badajoz fallecido este martes

Rocío Romero

Badajoz

Domingo, 21 de junio 2020, 08:40

Como la vida es un juego y en su despedida suele ser cruel, la de Manuel Márquez nos ha sorprendido a todos esta semana. El infarto a cuenta de una sartén ardiendo, o una sartén ardiendo a cuenta del infarto, se ha llevado a una de esas personas que ponen su empeño y su pasión en lo que es de todos. Aunque en la mayor parte de las ocasiones nunca venga acompañado de un reconocimiento.

Conocí a este licenciado en Derecho cuando se puso a los mandos de Amigos de Badajoz. Esa asociación que tanto ha hecho para que los pacenses se sientan orgullosos de su patrimonio. Llegó al cargo de repente, sin buscarlo, cuando Antonio Manzano se marchó en medio de la larga lucha judicial que terminó por ordenar el derribo parcial del Cubo de Biblioteconomía.

Fue entonces cuando Manuel Márquez dio un paso al frente, en una situación tremendamente complicada. Amigos de Badajoz levantaba por aquellos tiempos tantas simpatías por ganar a las administraciones en los juzgados como antipatías. Empezando por los alcaldes (tanto Celdrán como Fragoso, que siempre estuvieron en contra de la sentencia) y siguiendo por muchos otros pacenses que demonizaron a la asociación. La que suscribe, por ejemplo. Márquez asumió, sin embargo, que Amigos de Badajoz había luchado por lo que consideraba una injusticia y dio la cara hasta el final de las obras. Lo hizo con prudencia y calma.

Viéndolo con distancia, las obras no han reducido el tránsito de estudiantes hacia la Alcazaba. Además, las administraciones han extremado el cuidado a la hora de plantear proyectos en entornos patrimoniales con el fin de evitar irregularidades que acaben en un proceso judicial.

Cinco años después dejó de estar al frente de la asociación para dejar paso a gente más joven y se dedicó a otro colectivo: el de familiares de extremeños con trastornos de la personalidad. Ahí cumplió una misión mucho más importante.

Pero creo que Manuel Márquez nunca se desvinculó de ese cariño por la ciudad que llegan a desarrollar los que nacen fuera y en Badajoz forman su casa. Una de sus últimas batallas se centró en el Puente de Gévora, que le llevó a peregrinar por las administraciones para ver de quien dependía e intentar que lo rehabilitaran cinco siglos después de su construcción. No ha sido la única. Lo mismo estaba al quite de que salía a la venta un cuadro importante y le pedía a la Diputación que lo adquiriera para el MUBA, como reclamaba más inversión en la Alcazaba y luchaba porque la ciudad tuviera de una vez por todas una bandera. A pesar de su empeño, no lo logró.

Es el ejemplo de persona altruista, que sin afán de mediar profesional ni políticamente, pone todo el empeño individual en lograr beneficios colectivos. En este caso, el patrimonio de Badajoz que tanto se ha descuidado y que desde hace unos años intentan recuperar. Por eso creo que hacen falta más pacenses como Manuel Márquez. Descanse en Paz.

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