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R. H.
Viernes, 23 de junio 2023, 18:43
El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, ha pedido una «solución ya» a la Junta de Extremadura en relación al antiguo estadio José Pache, cuyo derribo iniciaron el 15 de enero «sabiendo que había personas dentro» y ante lo que tendrían que haber tomado «ya la ... determinación y la decisión» y haber conseguido alcanzar un acuerdo previo para iniciar la demolición. Los edificios y las gradas, próximas al Cerro del Viento, siguen en pie y no hay fecha para su desaparición.
En su opinión, «lo que no tiene sentido» es que la ciudad «esté sufriendo el bochorno» de tener que ver, cómo en pleno casco urbano, un estadio de fútbol como el José Pache está «absolutamente en estado ruinoso y lamentable», que lo que hace es «perjudicar» a la imagen de la capital pacense, al estar, además, junto a una entrada importante como la de la carretera de Olivenza, que registra casi 10.000 coches diarios que acuden y entran a Badajoz por dicha vía.
De este modo, ha instado al Ejecutivo autonómico a que avance en esas «conversaciones» y «sobre todo» en el derribo y que le de una una solución a la ciudad.
Así lo ha señalado a preguntas de los periodistas por los trabajos de derribo del antiguo estadio José Pache, sobre lo cual Gragera ha confirmado que «no siguen» los trabajos desde la Junta y que desde esta última hablaron «en su momento» del derribo y demolición del muro perimetral, y de trabajar de manera conjunta con las personas que allí vivían en darles «una solución» para poder continuar los derribos.
No obstante, «hasta la fecha» y hasta donde él mismo conoce, esas conversaciones «ni se han seguido manteniendo, ni ha habido ningún tipo de avance», y lo que han conseguido desde la Junta «ha sido generar un problema aún mayor del que ya teníamos», porque «ya no es solo un problema humano por unas situaciones particulares de personas que están viviendo allí en unas condiciones complicadas», sino que, además, se ha eliminado un muro perimetral que hace que «por desgracia a vista de todos» se vea la situación «lamentable» en la que se encuentra el edificio.
Hay que recordar uno de los ocupantes del José Pache, un hombre de unos 60 años, murió en las instalaciones a finales de enero, solo unas días después del derribo del muro exterior.
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