Tiendo la mano a todos los partidos para hacer una legislatura de diálogo, colaboración y concordia». Con esa intención juró el cargo de alcalde de Villanueva de la Serena Miguel Ángel Gallardo Miranda en 2003. Había cumplido 29 años una semana antes y tenía una ... larga carrera por delante hasta llegar a ser secretario general del PSOE extremeño.
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Su forma de gobernar, sin miedo a polémicas pese a aquellas palabras iniciales, le ha permitido esa proyección en la provincia de Badajoz y dentro del PSOE. Y tal vez por ello, en la campaña de primarias procuró difundir una imagen amable y familiar, con un vídeo con sus padres y su hermana incluido. Hijo de jornalero y de ama de casa, presume haber aprendido la cultura del esfuerzo de los dos.
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Sus recuerdos de infancia están ligados a los veranos de La Coronada, el pueblo de su madre. Aunque de niño le gustaban los huevos revueltos que le preparaba su abuela paterna, Antonia, y con la que pasó mucho tiempo. De joven le gustaba el atletismo, un deporte en el que fue entrenador. Y ahora aprovecha cuando tiene algo de tiempo para leer.
Inmerso en la política, no es muy dado a difundir sus aficiones. Aunque alguna vez ha reconocido que le gusta ser un manitas. «Lo mismo arregla un enchufe en casa que repara la caldera», dice un compañero del partido.
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Su formación es la de técnico especialista en Mantenimiento Electrónico, técnico en Educación Infantil y diplomado en Educación Social por la UNED. Los cuatro años anteriores a ser alcalde trabajó como operador de producción en Inpralsa, una fábrica alimentaria de Miajadas.
Se casó el 22 de septiembre de 2006 tras 14 años de noviazgo con Montse Manchado. Tienen dos hijos. Y uno de sus momentos amargos en política tuvo lugar en 2009, cuando desmontó una casa prefabricada que la pareja había levantado en el pantano de Orellana.
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Afiliado al PSOE en 1995, logró ser el alcalde más votado de la democracia en su municipio en 2007. Ha ido encadenando mayorías absolutas, pero su sueño de la fusión de Villanueva con Don Benito, que él ha promovido con entusiasmo, parece que de momento no se verá cumplido. Tras su triunfo en las primarias dejará la alcaldía para centrarse en relanzar el PSOE de cara a las elecciones de 2027.
Cómo lo hará es algo que solo sabe él. Pero sí está claro que ejercerá un mando fuerte. «Yo quiero una organización con un líder, porque la responsabilidad no puede ser coral», ha dicho varias veces.
Esta respuesta de Gallardo no es una frase vacía. Le gusta tener poder y ejercerlo. Lo saben en su ayuntamiento, donde terminó por romper con los compañeros que le precedieron tras una disputa pública. Y lo saben en la Diputación de Badajoz, donde aterrizó en 2015 como presidente.
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«Él tiene muy claro cuál es su modelo de Diputación y el equipo que quiere. Y eso lo lleva por encima de caiga quien caiga y por encima de las directrices del partido». Lo dice Juan Antonio Barrios, diputado del PP en la institución provincial desde que Gallardo es presidente, aunque también advierte una evolución: «Venía con la etiqueta de ser una persona muy echada para adelante, pero hoy es una persona dialogante con la que se puede hablar».
Entre 2017 y 2018 vinculó la concesión de subvenciones de la Diputación a un catálogo de vestigios del franquismo para cumplir la Ley de Memoria Histórica, pero el PP lo denunció y él tuvo que retractarse. Cerrado ese capítulo, el más espinoso durante sus más de ocho años de mandato en la institución provincial, los populares ya no lo ven como alguien sectario. Cuando un alcalde popular le ha pedido una reunión, lo ha recibido y le ha ayudado económicamente. Aunque, dice el político del PP, a los ayuntamientos del PSOE les suele dar un poco más.
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El histórico socialista Ramón Ropero, exalcalde de Villafranca de los Barros y vicepresidente de la Diputación durante varios mandatos, está en el equipo de Gallardo. «Es tan bueno que no le cabe el corazón en el pecho», decía esta semana antes de saber que había ganado las primarias del partido. A Rodríguez Ibarra, Gallardo le puso un puente y a Fernández Vara le dará la medalla provincial. Ahora ha logrado cogerles el testigo.
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