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Los estudiantes de Medicina, Enfermería y Fisioterapia terminan los exámenes del cuatrimestre el 29 de enero. Esta es la fecha límite que tiene la ... Facultad para terminar la mudanza del antiguo al edificio al nuevo, cuyas obras terminaron en 2023 y cuyas aulas están ya equipadas desde septiembre del año pasado.
Pero más allá de las aulas, aún está teniendo lugar el traslado del mobiliario de la biblioteca, la cafetería, el decanato y el área de simulación clínica. Una mudanza que está previsto finalizar antes del 30 de enero para que los estudiantes comiencen a ocupar la nueva facultad.
«Queremos terminar ya la mudanza para que los estudiantes ocupen la nueva Facultad al inicio del segundo semestre; es decir, entre el 31 de enero o el 1 de febrero», cuenta a HOY el rector de la Universidad de Extremadura, Pedro Fernández.
El máximo responsable de la institución académica destaca la amplitud con la que cuenta el nuevo edificio, que tiene 10.000 metros cuadrados y capacidad para acoger a más de 4.000 estudiantes. «Este es un edificio mucho más abierto y que cuenta con una zona central muy diáfana y con mucha luminosidad, algo que no tenía el edificio actual, que es bastante antiguo ya que fue de los primeros que se construyó en el campus», explica.
Las tres plantas que componen el edificio de Medicina están destinadas a la docencia y la administración, y se han equipado a lo largo de estos meses. Para ello la Junta de Extremadura ha destinado 1,5 millones de euros, con los que se ha adquirido el nuevo mobiliario.
Más allá del equipamiento, el edificio, que tiene más de 10.000 metros cuadrados, ofrece mejores posibilidades ya que cuenta con aulas para la docencia teórica y práctica más adecuadas que las que disponían hasta ahora. «Creo que les va a servir para tener unas condiciones de estudio más acorde a lo que reclaman los estudiantes actualmente, ya que en ciertas asignaturas había limitaciones de espacio», apunta.
La eficiencia energética es otro de sus puntos fuertes, además cuenta con accesos mucho más fáciles y amigables que el actual. «Se trata de un edificio atractivo que dotará de modernidad al campus universitario», zanja.
Con la obra del aulario ya concluida aún está por poner en pie la segunda parte del proyecto. Una torre de nueve plantas dedicada a la investigación completará la nueva Facultad de Medicina. «El proyecto ya está aprobado y se prevé que esté terminada a finales de 2026. Allí se ubicarán los laboratorios y los departamentos docentes», explica.
Hasta entonces los alumnos solo podrán hacer en el nuevo edificio las prácticas clínicas. En cambio, para hacer uso de los laboratorios acudirán a la antigua facultad, que seguirá en uso hasta que termine la segunda fase de la obra.
Esta torre, que costará 8,1 millones de euros y se levantará en la misma parcela que el nuevo edificio, ocupará 7.589 metros cuadrados. El proyecto completo tiene un presupuesto de 21 millones de euros y cuenta con la financiación de fondos europeos.
Estará conectada con el edificio de docencia mediante un túnel cubierto. «El presupuesto ya está redactado y aprobado, y esperamos que la obra se pueda iniciar en breve», asegura el rector, que asegura que es muy necesario terminar esta segunda fase de la obra para completar la mudanza. «Me gustaría que esté terminada a inicios del próximo año para tener ya la nueva facultad en marcha al completo», subraya Fernández.
Si se cumplen los plazos, será a partir de 2027 cuando quede vacío el antiguo edificio y todas las áreas estén ya en el nuevo edificio cuyas aulas tendrán capacidad para acoger entre 130 y 160 alumnos. Además de la mejora de las instalaciones, la nueva facultad también abre la puerta para que la UEx pueda plantear la nuevas titulaciones.
Pese a que aún estará en uso un par de años, la Universidad ya tiene sobre la mesa varias ideas para hacer con el antiguo edificio de Medicina.
Pese a ello, el rector asegura que aún no se puede acordar nada al respecto puesto que aún se está haciendo uso de sus departamentos y laboratorios. Por lo que prefiere prudencia ante una decisión de este tipo, ya que se trata de un edificio antiguo. «Fue uno de los primeros edificios que se construyó en el campus y suma ya 50 años, por eso antes de darle otro uso habría que hacer un estudio sobre la situación real en la que se encuentra el inmueble y que zonas habría que reforzar o modificar, así como cuál sería el uso más conveniente para él», subraya.
El rector no ve viable hacer una ocupación completa de la facultad. «Si hace falta un espacio limitado para alguna actividad concreta se podría pensar, pero como edificio en su totalidad no tenemos decidido el uso que se le va a dar», argumenta convencido de que la segunda vida de la Facultad de Medicina no tiene por qué estar vinculada a esta rama, pero sí es previsible que tenga relación la salud y con actividades universitarias y docentes, pues según cuenta han recibido propuestas para que sea así.
«Antes de autorizar nada tenemos que saber que el edificio se encuentra en perfectas condiciones de uso. Ahora lo está pero habría que hacer alguna actuación para mejorarlo y para actualizarlo desde el punto de vista energético», cuenta.
En relación al deterioro de otras facultades, Pedro Fernández cuenta que otros edificios del campus también necesitarían nuevas instalaciones, ya que cuentan con la misma antigüedad que el de Medicina, pero para poder repararlo la Universidad depende de que se consigan fondos. «No sabemos hasta qué punto vamos a poder hacer edificios nuevos en otras facultades que también son antiguas como Ciencias, Filosofía, Turismo... No es algo que dependa de la UEx porque son obras con costes muy elevados que no salen de la universidad».
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