![Apnaba considera que las plazas de la nueva residencia son insuficientes](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2025/02/10/198715015--1200x840.jpg)
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María Isabel Hidalgo
BADAJOZ.
Lunes, 10 de febrero 2025, 08:00
A sus 83 años, Antonio Martínez ayuda a su hijo de 50 a asearse y vestirse cada mañana.
Lo hace antes de llevarlo al centro que la Asociación de Padres de Personas con Autismo (Apnaba) tiene en el barrio pacense de Valdepasillas. Allí acude desde ... hace años a las clases y terapias que ofrece la asociación para las personas que sufren este trastorno, que a su hijo le ha causado una discapacidad del 90%.
Desde hace años Antonio está en lista de espera para conseguir una de las once plazas que Apnaba tiene en su actual residencia, donde la elevada demanda imposibilita la entrada a muchas familias. Estás se encuentran esperanzadas desde que en septiembre comenzaron las obras del nuevo edificio.
«Somos muchos los padres que luchamos desde hace años para que nuestros hijos puedan tener un futuro que a nosotros nos de tranquilidad», cuenta Antonio, que le preocupa qué será de su hijo cuando él no lo pueda cuidar.
Este es el motivo por el que desde hace 19 años la asociación reivindica una residencia en la ciudad para personas con TEA.
Es un edificio necesario para los padres, ya que esta asociación es la única de la región que ofrece servicios especializados para personas con autismo, una patología que aumenta cada año en su diagnóstico. «Esta obra que se está haciendo es insuficiente para cubrir la demanda que existe porque solo tendríamos una en toda la región», subraya el director de Apnaba, Rafael Hernández, que indica que el norte y sur de Extremadura tiene más necesidades en cuanto a los servicios de autismo, ya que estas zonas se encuentran abandonadas.
Los muros de hormigón que en septiembre comenzaron a levantarse en la parcela de 2.116 metros en Huerta Rosales han dado tranquilidad a Antonio, que confía en que su hijo sea uno de los usuarios del nuevo centro que contará con 36 plazas, 15 más que el actual.
«La lista de espera de la residencia y la distribución de las plazas es tarea de la Junta, que es quien está realizando las obras. Y aunque nosotros nos hagamos con la concesión para su gestión las competencias para el acceso siguen siendo suyas», explica el director de la entidad.
Cabe recordar que en un primer momento fue Apnaba quien intentó gestionar la obra después de que la Diputación le cediera un terreno de 2.116 metros en Huerta Rosales. Pero la asociación se vio obligada a cederlo a la Junta, ya que no contaba con fondos propios para hacer frente a la construcción de la residencia.
De este modo, la obra la está llevando a cabo la Junta, que ha destinado 5,31 millones de euros de fondos europeos para este nuevo centro.
«Hemos solicitado que la residencia se construya como un hogar, no queremos que parezca un hospital. Tiene que ser una vivienda porque es donde las personas con TEA van a vivir el resto de su vida», dice Hernández.
La residencia actual está dividida en módulos que forman pequeñas viviendas con un salón, varias habitaciones, cocina y baños. Este mismo modelo se llevará a cabo en la nueva residencia que tendrá salida independiente ya que en el edificio se utilizará como residencia y centro de día.
La estructura ya deja ver el sótano la planta baja y la primera. Está por construir la segunda, que será donde se probablemente se ubique el centro de día.
Esto quiere decir que las personas que estén internas en el centro compartirán actividades con el resto de usuarios.
Con la residencia de Huerta Rosales en funcionamiento, los módulos que ahora ocupan los once usuarios de la residencia que Apnaba tiene en la calle Félix Fernández Torrado quedarán vacíos.
«Nuestra idea de futuro cuando la residencia de Huerta Rosales esté funcionando es convencer a la administración para hacer una reforma y poder disponer de una residencia de apoyo limitado», explica Hernández. Este proyecto se debe a que no todos los usuarios de Apnaba tienen el mismo grado de dependencia, muchos de ellos no tienen grandes necesidades de apoyo, por lo que lo ideal sería que la residencia se convirtiera en un centro de apoyo limitado.
La asociación contaría con espacio para atender a todas las necesidades de sus usuarios. Se espera que sea en torno al año 2027 cuando finalicen las obras. Entonces será Apnaba quien ocupe las instalaciones ya que es el único centro TEA de la ciudad.
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