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Con la llegada de las caras del Turuñuelo al Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, este se llenó de visitas. Una tendencia que dos años después ... aún sigue al alza y no precisamente por las esculturas, que se encuentran a la espera de que se reforme la sala Tartessos para ser expuestas de nuevo.
Este será el lugar donde estarán los famosos rostros, para los que se ha reformado el espacio. «Se ha adaptado a los criterios museísticos actuales, las vitrinas aparecerán a menor altura y tendrá paneles informativos que sirven para poner las piezas en su contexto», cuenta el presidente de la Asociación Amigos del Museo, Julián Castaño.
Ellos, junto con los responsables del museo, son los que desde hace años piden la ampliación del Arqueológico, que está ubicado en una casa señorial del siglo XIX. Por tanto los espacios, que fueron diseñados para fines domésticos, han acabado siendo utilizados para exposiciones. «Sólo unas pocas salas, apenas dos, guardan las proporciones y amplitud adecuadas a la forma que tenemos en la actualidad de concebir un espacio expositivo», explica el director del Arqueológico, Javier Heras, que indica que un museo actual debe contar con espacios amplios, diáfanos y versátiles.
Para acoger las piezas que llegan, este cuenta con almacenes externos al edificio y que con la ampliación podrían salir a la luz. Aunque para el director lo importante es que esta ampliación potencie los valores del museo.
Por el momento, salvo las dos salas citadas, las ocho restantes son de pequeño tamaño o resultan de la suma de estancias menores o readaptadas.
Según el propio museo, la llave para que la ampliación sea una realidad la tiene el Ayuntamiento, que es el propietario del aljibe de la Alcazaba. «La única posibilidad de crecimiento está en incorporarlo. Un gran espacio subterráneo inmediato al propio edificio del museo con dos enormes salas de gran altura», subraya Heras.
A este nuevo espacio podrían pasar la mayoría de sus salas de exposición, áreas educativas o de conferencias.
De incorporar este aljibe a la galería del arqueológico, se triplicaría su superficie expositiva y se podría mejorar la capacidad de mostrar piezas.
Esta ampliación sería además la solución a los problemas de accesibilidad, ya que el museo cuenta con tres pisos. «Si al incorporar toda la superficie del aljibe logramos crear una única planta, evitamos que los visitantes tengan que salvar varias alturas, como ocurre ahora», dice Javier Heras, preocupado por este aspecto.
La ampliación del museo también permitiría mejorar «la accesibilidad cognitiva y sensorial que propiciaría la generación de un discurso renovado al poder poner al alcance de todos los contenidos que ofrece el museo».
Pero esta realidad solo será posible si el Ministerio de Cultura, que es quien tiene la titularidad del edificio, aprueba la ampliación. «Hay convenios que rigen los términos de la transferencia hacia las comunidades autónomas, donde éstas asumen la gestión y mantenimiento», indica el director del museo, que espera que la Junta o el Ministerio aprueben este proyecto, que según Heras lleva en la agenda de Cultura más de una década.
Aún así, para que esta reivindicación sea una realidad es necesaria la incorporación al proyecto del Ayuntamiento.
«Esto permitiría generar un complejo museológico muy interesante, contando además con el edificio de Polvorines, que podría formar parte de la oferta expositiva. El futuro proyecto debería ser integral y aglutinar este magnífico conjunto», zanja Javier.
La ampliación del museo no significa que el actual palacio caiga en el olvido, pues iría unido al aljibe subterráneo, que ya no acogerá el centro de interpretación de la Alcazaba que el Consistorio anunció en 2022 que abriría aquí, y que finalmente irá en las ermitas de la Alcazaba.
Antes de saber si la ampliación será posible, el Museo Arqueológico ya trabaja en la ampliación de una de sus salas; la que llamarán Tartessos, que en estos momentos se está ampliando para acoger los rostros del Turuñuelo, hallados hace dos años en Guareña.
«Me gusta decir que esta sala está destinada a convertirse en un referente de la Protohistoria nacional, por la excepcionalidad de muchas de estas piezas que albergará», subraya el director del Arqueológico, Javier Heras, que indica que esta sala será en breve una realidad que podrá visitarse por todos.
En términos de capacidad, esta sala permitiría incorporar piezas muy importantes halladas en los últimos años, entre ellas las de El Turuñuelo.
Según comenta el director del arqueológico, son muchas más las que merecen formar parte de estas vitrinas, y que tras esta modificación «cambiará la concepción del discurso museológico, los recursos didácticos e interactivos, van más allá de la estética o la simple adición de objetos».
«Esta modificación se trata de un proyecto ilusionante. Como la ampliación, la renovación de la Sala de Protohistoria, donde irá la sala Tartessos, era una necesidad inaplazable para el Museo, la ciudad y la región», subraya el director del museo.
El museo, además, debe permitir actividades que vayan más allá de la exhibición permanente de sus colecciones. Heras señala que las actuales instalaciones apenas pueden incorporar exposiciones temporales a su programación por falta de espacio. Además, indica que el aforo máximo para charlas, talleres u otras acciones divulgativas o educativas se queda muy corto. De ahí la importancia de nuevos espacios.
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