

Secciones
Servicios
Destacamos
Al fin. El Ayuntamiento presentó este viernes 11 de marzo los presupuestos de 2022 con el objetivo de aprobarlos el día 22. Ya están las cifras sobre la mesa, aunque falta un mínimo de un mes para que entren en vigor. La última explicación al retraso es que han tenido que incluir los fondos europeos confirmados hace unos días (3,1 millones de euros). Hace un mes argumentaban el desconcierto de la ómicron.
Es la primera vez desde 1995 que un alcalde de un partido, Ignacio Gragera (Cs), tiene confiada la hacienda municipal en un concejal de otra formación. Es el popular Eladio Buzo. Pero no es ninguna novedad que Badajoz funcione con cuentas prorrogadas. Es habitual que el gobierno del PP primero en solitario y después en compañía los apruebe con el año ya avanzado. Y siempre hay una excusa, aunque ha ido variando en los últimos 25 años.
Miguel Celdrán llegó al Ayuntamiento en 1995 y con Nicasio Monterde como concejal de Hacienda pusieron un marcha una «economía de guerra». Repitieron hasta la saciedad que se encontraron una deuda de 13.000 millones de las antiguas pesetas. Solo dos años después, la riada complicó la economía de la ciudad.
A pesar de ello, las cuentas siempre estaban cuadradas en tiempo y forma. Antes de cada 31 de diciembre, el PP sacaba adelante los números del ejercicio siguiente sin problemas gracias a sus primeras mayorías absolutas. Solo en 2001 tuvieron que esperar a enero y al año siguiente tuvo lugar el primer retraso considerable. Los presupuestos de 2002 se aprobaron en abril. La excusa fue entonces la tardanza en confeccionar la relación de puestos de trabajo. El capítulo 1 (Personal) subió un 13%.
El gran salto fue en 2003, cuando las aprobaron en octubre del mismo ejercicio. Nicasio Monterde argumentó la modificación de la Ley de Haciendas Locales. Querían saber cómo les iba a afectar antes de cuadrar los números.
Cinco meses después, en febrero de 2004, dieron el visto bueno a las cifras de ese año, que ascendieron a 72 millones de euros. En diciembre de aquel año aprobaron las de 2005 y en diciembre de ese año cuadraron las cuentas de 2006 en 85 millones de euros.
Pero la tendencia se rompió de nuevo. El final de 2006 fue atareado porque a las cuentas se unió el PGM. El plan de urbanismo llevaba ya tiempo para salir adelante y urgía terminar el proyecto. Los dos documentos lograron autorización en el pleno del 19 de enero de 2007. Fueron las cuentas de un año electoral (84,4 millones de euros) aprobadas en una sesión intensa. La oposición votó «no» a los presupuestos y en contra de que Mesas del Río construyera el aparcamiento de Conquistadores. Años después, la empresa y el Ayuntamiento protagonizaron sonados enfrentamientos hasta que Liberbank ejecutó los préstamos.
Aquel de 2007 fue el último presupuesto de Nicasio Monterde. Un mes después tuvo lugar la crisis que terminó con el concejal de Hacienda fuera del Ayuntamiento. El detonante a unos años de distanciamiento fue, precisamente, la inclusión de un préstamo bancario en las cuentas. Nunca ocultó su desacuerdo, pero sus compañeros no veían con buenos ojos que Monterde se empeñara en la «economía de guerra» adoptada en 1995. Menos, a pocos meses de unas elecciones. La cuerda se rompió por el edil de los números.
Le sucedió Francisco Fragoso al frente de Hacienda, aunque nunca llegó a pedir el préstamo de la discordia. En su primer día al frente de la caja municipal, Fragoso anunció que daría un giro a la política económica para captar ingresos y aumentar fondos.
El primer diciembre de Fragoso al frente de Hacienda no hubo presupuestos. 2008 comenzó con los números prorrogados y esperó a mayo para presentar un incremento récord del 42%, hasta los 120 millones de euros. Lo hizo confiando en la venta de terrenos del antiguo ferial, que nadie compró porque estalló la crisis del ladrillo.
Poco después hubo un nuevo reparto de poder. Fragoso se convirtió en primer teniente de alcalde y Hacienda recayó en Alberto Astorga. En abril de 2009 aprobó sus primeras cuentas recurriendo otra vez a la venta de suelo. Si se retrasaron desde diciembre hasta abril en presentar el borrador fue, dijeron entonces, debido a la crisis inmobiliaria y la caída de ingresos por parte del Estado.
El presupuesto de 2010 se aprobó en junio porque «tenían que esperar a tener claras las condiciones del concurso para la privatización de limpieza». Y en 2011, año electoral, lo autorizaron en febrero.
2012 empezó con números prorrogados y en marzo presentaron las cuentas más bajas en cinco años. El aplazamiento se debió, decían, a que habían entrado nuevos concejales. Y la merma en las cifras, a la crisis inmobiliaria.
Celdrán dimitió en marzo de 2013 y Fragoso se centró en el relevo hasta que el 29 de julio aprobó sus primeras cuentas como alcalde. Le fue fácil porque los populares vivían su mejor momento con 17 de 27 concejales. Por eso solo unos meses después, en diciembre, aprobó de nuevo en solitario el proyecto de 2014 por 99 millones de euros.
2015 empezó sin cuentas por ser año electoral. El Ayuntamiento continuó con los números de 2014 prorrogados hasta que en abril de 2016 Fragoso llegó a su primer pacto con Cs. O con Luis García-Borruel, que era el portavoz del partido en ese momento.
La relación entre los dos socios se deterioró y terminó con Borruel fuera de Cs. En junio de 2017, Fragoso selló otro acuerdo con la que entonces era única concejala naranja, Julia Timón. Para evitar más sobresaltos y por primera vez, el Ayuntamiento programó un presupuesto con inversiones a cuatro años, hasta 2020. Así selló el final de aquel mandato.
El resultado fue aportar calma y definitivamente Fragoso perdió las prisas por aprobar cuentas.
El ex alcalde siempre ha defendido que no pasa nada porque el Ayuntamiento funcione con números prorrogados, insiste en que Badajoz puede hacerlo porque tiene una buena situación financiera y aduce el dinero ahorrado.
«Todos los presupuestos liquidados apuntan a una ejecución superior al dinero presupuestado inicialmente» es un mantra que le gustaba recordar. Si bien reconocía que lo mejor era tenerlos aprobados el 1 de enero, también que la calma permitía dedicar los esfuerzos a buscar fondos europeos o a gastar los ahorros. Y, sobre todo, desde que el PP tiene que negociar y aprobar iniciativas a partidos minoritarios que tenían otras prioridades distintas a las de Fragoso cuando era alcalde. Desde 2015, la complicación de las cuentas está en la negociación. Aunque después muchos compromisos no se han cumplido. Por ejemplo, el pabellón de gimnasia en Valdepasillas.
La peor época de la coalición PP-Cs abarcó de 2016 a 2018. Por eso, en septiembre de 2018 la ciudad funcionaba con las cifras de 2017. Los acuerdos con Julia Timón se complicaron y no llegaron hasta el 16 de noviembre de 2018.
En 2019, año electoral, ni siquiera presentaron cuentas con el argumento de que el alcalde que saliera de las urnas tuviera las manos libres. Fragoso salió de nuevo elegido por el pacto con Cs y el entonces edil de Vox. No habían presentado los números cuando la pandemia lo cambió todo en marzo de 2020. Entonces tenían las cifras de 2018.
En todo ese tiempo hicieron reprogramaciones de inversiones y modificaciones presupuestarias, pero no se aprobó un nuevo proyecto hasta agosto de 2020. Recogieron partidas para paliar la crisis de la covid, como ayudas a autónomos y empresarios. Y volvieron a prever inversiones a varios años, como los contratos de asfaltado, señalización y arreglo de aceras que son el eje de este mandato. Esas cuentas de hace 19 meses están en vigor este marzo de 2022.
Desde 2010, el Ayuntamiento ha ido aprobando planes de impulso. Estos se financian con los ahorros, por lo que tienen que certificar el final de las obras en diciembre. Varios años han argumentado que estaban volcados en sacar adelante estos planes y que eso impedía redactar los presupuestos. Desde 2020 optan por pedir un préstamo que amortizan con ahorros para sortear los plazos. La ciudad tiene este año 33 millones de euros para gastar.
Gragera tomó el relevo a Fragoso en junio pasado y quiso aprobar un presupuesto antes de final de año, pero no le ha sido fácil llegar a un acuerdo ni con los populares ni con el edil no adscrito, Alejandro Vélez. En agosto, este último le rechazó distintos asuntos económicos en un pleno como advertencia de que o agilizaba los compromisos o le echaba atrás los presupuestos. Entre sus exigencias, 1,5 millones de euros más para la concesionaria de limpieza, FCC, que ya ha logrado.
A esto se une que, por primera vez, la Hacienda local está en manos de un partido distinto al del alcalde. El edil responsable de las cuentas es el popular Eladio Buzo y el trato con la Intervención correspondía a María José Solana hasta el miércoles. Por tanto, la relación con los funcionarios del área económica corresponde al PP, que no siempre comparte los mismos intereses que el alcalde de Cs, Ignacio Gragera.
La oposición del PSOE y Podemos denuncia la tardanza y que les entregan el borrador sin tiempo para analizar. El socialista Ricardo Cabezas se quedó el pasado lunes esperando que le dieran el proyecto, como le habían prometido por séptima vez desde otoño. Pero tampoco hubo suerte.
A los intereses y discusiones políticas se suman otros motivos, como el incremento de los precios de materiales y suministros que no paran de crecer. O las exigencias de cada área en aumentar el personal. Esto obliga a modificar y cuadrar los gastos e ingresos.
Pero nada de esto ha pesado en otras administraciones, que empezaron el año con sus nuevos presupuestos en vigor. No como el Ayuntamiento de Badajoz, que lleva 20 años presentando tarde sus cuentas.
El Ayuntamiento presentó este viernes las cuentas para 2022, que ascienden a 122,6 millones de euros. Esta cifra supone un crecimiento del 9,34% y 10,5 millones de euros más que en 2020. Los concejales Carlos Urueña y Eladio Buzo argumentaron que la inversión privada tendrá repercusión en los ingresos municipales. Entre las inversiones destacan 550.000 euros para comprar parcelas en El Pico y construir un gran parque.
Los 122,6 millones de euros presentados para este año es el montante más alto aprobado para unos presupuestos en Badajoz. 2008, el primero de Fragoso como concejal de Hacienda, se quedó muy cerca, en 120. Subió los ingresos un 42% al prever la venta de los terrenos del ferial, pero la crisis inmobiliaria estalló y nadie los compró. Este año no subastarán suelo y confían en la repercusión de la inversión privada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fernando Morales y Sara I. Belled
Álvaro Rubio | Cáceres y María Díaz | Badajoz
María Díaz | Badajoz
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.