El refinamiento y la maestría de los orfebres que trabajaron en el siglo V. a. C. se perciben al detalle en el Museo Arqueológico de Badajoz, que este miércoles inauguró una muestra en la que se pueden apreciar los cambios que experimentó la joyería antigua ... en tierras pacenses de la mano de las influencias orientalizantes.
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Como un reclamo más para conocer la historia extremeña, los visitantes pueden acudir hasta el 13 de octubre a la exposición dedicada al tesoro de Segura de León cuando se cumplen 40 años de su descubrimiento de forma accidental, en un cerro de la Sierra de La Martela. Un hallazgo del que dio cuenta este diario en una página titulada 'Encontradas piezas de gran valor arqueológico' y que también puede verse en la muestra. La visita permite admirar de cerca uno de los «conjuntos áureos más importantes de Extremadura» y que comparte importantes semejanzas con el tesoro de Aliseda. Las piezas elaboradas con oro repujado salieron a la luz en 1984 en el pueblo pacense del sur extremeño y datan del siglo V a.C..
La filigrana y el granulado destacan en la rica ornamentación de un tesoro de unos 25 gramos de peso. Lo componen cuatro piezas de oro: tres placas de corte trapezoidal y un colgante decorado con forma de bellota, uno de los elementos que más llama la atención.
Las placas comparten una compleja decoración que cubre toda la superficie de una de sus caras. Representan rostros humanos y lo que parecen ser cabezas de animales, flanqueadas con cabujones donde debieron lucir piedras preciosas, ya perdidas. El motivo central de estas joyas se asemeja a una flor o roseta. En este viaje al pasado se constata la transformación de los gustos que propiciaron la aparición de figuras como animales o la propia representación de bellotas, detalles propios de un arte íntimamente relacionado con el Mediterráneo y los nuevos influjos fenicios que llegaron de la mano del intercambio comercial.
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Los expertos en Arqueología consideran que el colgante en forma de bellota es común en la iconografía fenicia y púnica. Algunos ejemplos son joyas halladas en Cerdeña o de Túnez, y en territorio peninsular, en la provincia de Cádiz, donde también han salido a la luz representaciones de este fruto, tan característico del Mediterráneo y de Extremadura, en tiempos contemporáneos.
La muestra evidencia además que nada tienen que ver estas ligeras joyas profusamente decoradas, elaboradas a partir de finas láminas de metal, con los pesados torques y pulseras fundidas que, siglos atrás, lucieron algunos habitantes de tierras pacenses. Basta contemplarlas de cerca para darse cuenta de que poco comparten en su configuración con los aros de oro macizo, con alrededor de los dos kilos de peso, como el torques de Sagrajas, o aquellos otros fragmentos de brazaletes procedentes de Bodonal de la Sierra al final de la Edad de Bronce. Para la fabricación de los colgantes del tesoro de Segura de León no emplearon tanta cantidad del valioso metal.
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Además de las piezas que conforman el Tesoro de Seguro de León, en la misma sala se exponen las cuentas de oro de Cancho Roano y la arracada de la Lacimurga, procedente del entorno de Puebla de Alcocer y Navalvillar de Pela, y que se expone al público por vez primera.
Completan el conjunto algunos objetos de diferentes épocas -desde la Prehistoria hasta el periodo romano- hallados durante las catas arqueológicas que se realizaron tras el descubrimiento.
Pascual León
Uno de los primeros visitantes
Se trata objetos recuperados en las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de la Sierra de la Martela, el lugar donde supuestamente se encontró el tesorillo. Para conocer las circunstancias del hallazgo, se practicaron varias catas, en las que se advirtió una interesante secuencia arqueológica, desde la Prehistoria hasta la conquista romana.
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Entre esos objetos, figuran instrumentos de piedra, fragmentos cerámicos modelados a mano, herramientas de hierro, objetos de bronce y hasta una moneda hispano-romana, entre los siglos II y I a.C. Se encargaron de aquellas excavaciones los arqueólogos Juan Javier Enríquez y Alonso Rodríguez Díaz, actualmente catedrático de Prehistoria.
En la inauguración de la muestra han estado presentes el secretario general de Cultura de la Junta, Francisco Palomino, el director del museo, Francisco Javier Heras, además de miembros de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico y los concejales José Antonio Casablanca y José Luis González.
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Pascual León ha sido uno de los primeros visitantes y recomienda vivamente la experiencia. «La muestra me ha resultado maravillosa. Nunca deja de sorprenderme y emocionarme la altísima calidad de las piezas creadas y el refinamiento de nuestros predecesores en el territorio, que nos vuelven a demostrar que en esta nuestra tierra se vivieron épocas de un enorme intercambio cultural. Especialmente emocionante ha sido ver esa bellota de oro, que tanto representa para nosotros y que está ahí presente y que permanece, por encima de todas las civilizaciones que han pasado por Extremadura».
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