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ROCÍO ROMERO
Sábado, 11 de julio 2020, 09:10
Chachioo... (sic) Están cerrando bares en Badajoz por coronavirus... Aparte de la cafetería en la plaza de Santo Domingo, el Orellana y el Chat Noir... Cuidadín que se nos cuela el bicho».
El mensaje ha llegado a cientos de teléfonos móviles de Badajoz por WhatsApp, pero es una mentira tan grande como que el Orellana y el Chat Noir siguen atendiendo a sus clientes.
«Ni sé de dónde ha salido ese mensaje, ni creo haberle hecho mal a nadie para que me hagan esto. Quizás ha sido solo una equivocación, no quiero pensar mal. Pero con estos bulos se siente mucha impotencia». Lo dice Agustín Jaramillo, que ha echado los dientes en el bar Orellana (avenida de Godofredo Ortega y Muñoz). Ayudó a sus padres desde los 17 años hasta que él se hizo cargo del negocio. Estos días se pregunta quién y por qué alguien de Badajoz ha hecho circular ese escrito. Se enteró este martes por la mañana, cuando algunos de sus clientes le llamaron para preguntar qué había ocurrido.
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Al principio sintió incredulidad. Pero la avalancha de consultas le hizo dirigirse a la Policía Nacional para denunciar. La respuesta es que es imposible saber de dónde partió el bulo. Siempre aparece como 'reenviado'.
Los bares afrontan tiempos complicados tras tres meses de cierre obligados por el confinamiento. Estas cadenas de mensajes vienen a hundirles un poquito más. Aunque Agustín Jaramillo atendía ayer a HOY mientras servía tostadas y la terraza estaba llena de clientes. Pero sabe del riesgo que afronta: «Una mentira de estas o un bulo así puede cerrar un negocio. Y ya después la gente puede volver, pero con miedo».
Igual le ha ocurrido a Chat Noir, un negocio de noche ubicado en la calle Francisco Pizarro. Uno de los socios es Toni Barrado, quien supo del mensaje el viernes. Aquel nombraba directamente a su local y aseguraba que había otros tres cerrados por covid-19, aunque no los especificaba.
Al igual que en el Orellana, sus clientes le llamaron para preguntar qué había pasado y si todos estaban bien. Al principio sintió rabia, pero cree que en su caso reaccionaron con rapidez. Crearon un cartel en el que se puede leer 'Aprende a identificar un bulo' bajo el mensaje de que estaban abiertos y lo hicieron circular por las redes sociales. «Así que está moviéndose el bulo y el contrabulo», dice.
«Nadie sabe quién los lanza, pero quien sea perjudica a los negocios. Nosotros no lo hemos notado mucho porque fuimos rápidos y los hemos distribuido entre nuestros clientes. Pero también es cierto que podía haber pasado lo contrario porque les están metiendo miedo a la gente». Este negocio abre de jueves a sábado y al ser un negocio de noche, se ha llevado unos tres meses y medio cerrado. «Después de todo este tiempo, estos mensajes no vienen nada bien».
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Cristina Cándido y Álex Sánchez
Lucía Palacios | Madrid
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