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Hace un mes que Badajoz puede presumir de tener otro monumento en su patrimonio histórico. El puente renacentista de Gévora, un obra con casi 500 años de historia que ha logrado el título de Bien de Interés Cultural. Eso sí, tiene riesgo de caerse y no hay dinero para rehabilitarlo.
La buena noticia llegó el pasado 22 de junio cuando el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural.
El Puente de Cantillana está incluido en la lista roja de la asociación Hispana Nostra, un comité científico que analiza el estado de conservación de los monumentos españoles. Según estos expertos, este puente de la Edad Media está en «avanzado estado de deterioro y con riesgo de derrumbe. Tiene daños provocados por la vegetación y raíces de árboles en pilares y firme de la plataforma del puente».
A simple vista se aprecian los daños. Un tramo del puente no se puede transitar porque el suelo se desprendió y hay piedras movidas en los pilares debido al crecimiento de la vegetación. Lo bueno es que la mayor parte de la estructura de este puente de 220 metros y siete arcos, cuya plataforma es más antigua que el Puente de Palmas, aún está en pie. ¿Pero hasta cuándo?
Por no tener, el puente de Cantillana no tiene ni dueño. Se trata de un bien municipal, porque lo pagó el Ayuntamiento de Badajoz en 1531, pero no está dentro del inventario. Eso supone que ninguna administración es responsable de este monumento.
En febrero de 2019 el pleno municipal votó inmatricular el puente de Cantillana, es decir, inscribirlo por primera vez en el registro de la propiedad a nombre del Ayuntamiento pacense. Sin embargo, han pasado tres años y medio y no se han completado los trámites
Desde el Ayuntamiento de Badajoz explican que la reforma de Cantillana supone una inversión costosa, aunque mantienen su compromiso de intervenir en este puente. Pero no hay fecha, esperan que su declaración como monumento sirva para lograr una partida presupuestaria, por ejemplo una subvención, para rehabilitarlo.
Estas explicaciones no satisfacen a los responsables de la asociación Amigos de Badajoz. Esta agrupación tiene mucho que decir al respecto porque ha sido un expediente suyo el que ha logrado el título de Bien de Interés Cultural para Cantillana.
Manuel Cienfuegos, de Amigos de Badajoz, asegura que los representantes municipales merecen un tirón de orejas. «Hay que dar pasos. No solo se trata de dinero, hay cosas que se pueden hacer».
Cienfuegos lamenta que el Consistorio pacense no haya inmatriculado el monumento. Este proceso serviría para ir optando a ayudas, por ejemplo para arreglar el puente.
Cienfuegos cree además que no se trata de una inversión tan grande. «Lo que ocurre es que falta interés».
Manuel Cienfuegos espera que, además de arreglar este puente, las administraciones acondicionen los alrededores. En concreto, el camino que lleva hasta el puente de Cantillana por la carretera de Cáceres y también la vía que va desde este monumento hasta Bótoa.
A diario muchos peatones y ciclistas recorren esta ruta, pero no sin dificultades porque el camino está muy dañado.
Amigos de Badajoz también pide que se recupere el puente metálico que hay junto al de Cantillana y que espera que se utilice como mirador del monumento en el futuro.
Cantillana ha logrado el reconocimiento como BIC por múltiples razones. El expediente de Amigos de Badajoz destaca, entre otros motivos, que es un ejemplo de puente renacentista. A ello se une que puede visitarse como un conjunto de pasarelas, ya que junto al renacentista de piedra hay uno contemporáneo de metal y otros de hormigón.
Cantillana «era vital para asegurar las comunicaciones con las poblaciones situadas al norte de Badajoz y Cáceres, y por tanto fue un elemento articulador del territorio de primer orden», indica el expediente.
Una de las razones fundamentales para valorarlo es que este puente fue testigo de grandes acontecimientos históricos como el sitio de 1658, los de 1705 y las batallas de Gévora o Santa Engracia.
La asociación Hispania Nostra, un comité científico que vigila el estado de los monumentos de España, incluye el Puente de Cantillana en la lista del patrimonio por el riesgo de desaparecer, pero no es el único en Badajoz.
La lista de monumentos en riesgo también incluye las ermitas del Rosario y la Consolación (las de la Alcazaba), que por el momento no tienen proyecto para su recuperación. También está completamente abandonado el Convento de las Trinitarias, entre San Lorenzo y Concepción Arenal. Hispania Nostra también pide que se recupere el Parque Ascensión (en la avenida de Elvas) y la Fuente de Cuadrejones.
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