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Cáritas de Mérida-Badajoz ha decidido trasladar su proyecto de reinserción de personas sin hogar a las 20 viviendas que la Junta de Extremadura acaba de cederle por un período de diez años en la barriada de Suerte de Saavedra. Esos 20 pisos forman parte ... del bloque que ha sido recuperado por la administración regional tras un largo proceso de deterioro que comenzó cuando decenas de familias okupas se apropiaron de los pisos que había dejado vacíos la Guardia Civil.
Varios años después, la Junta de Extremadura ha vuelto a poner en uso 40 viviendas y la mitad han sido cedidas a esta organización para que pueda darles uso. «Nuestra intención es desinstitucionalizar el programa de reinserción de personas sin hogar y apostar por un modelo de recuperación en el que las personas puedan ser mucho más autónomas», explicó este jueves José Manuel Rodríguez Muñoz, director de Cáritas en Mérida-Badajoz.
En realidad, Cáritas ya cuenta con seis viviendas autónomas en la ciudad de Badajoz dedicadas a la reinserción de personas que, por distintos motivos, se encuentran en situación de exclusión. Pero ahora se incrementa la cifra de forma importante en un edificio que también contará con unas dependencias en las que trabajará el personal de Cáritas.
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El objetivo es que las personas que ya hayan alcanzado competencias suficientes para reinsertarse en la sociedad puedan vivir en pisos que les sirvan de trampolín a la reinserción definitiva. Por este motivo, las estancias en esas viviendas no podrán superar el año y medio de duración. «A partir de ese momento la intención es que estén en disposición de alquilarse una vivienda para vivir de forma completamente autónoma».
El perfil de las personas que se beneficiarán de ese programa de reinserción será variado. Por una parte, serán personas procedentes del Centro Hermano de Huerta Rosales que carecen de hogar; por otro, familias que viven en infraviviendas que no reúnen las condiciones de habitabilidad necesarias; y también se dará apoyo a jóvenes procedentes de centros de menores que carezcan de hogar y a personas inmigrantes. «Nuestra intención es personalizar el itinerario de cada una de estas personas para que puedan recuperar su dignidad».
En la planta baja del bloque cedido a Cáritas estarán las oficinas en las que trabajará el personal de esta organización, que contará con un equipo multidisciplinar formado por el director del programa, cinco educadores sociales, dos psicólogos y un trabajador social, a quienes se unirán voluntarios.
Encima estarán las viviendas, distribuidas en varias plantas y destinadas a los distintos colectivos que apoyará Cáritas. «También habrá algunos pisos a disposición del Ayuntamiento para atender las posibles situaciones de emergencia que se puedan presentar. Por ejemplo, si una familia pierde su vivienda a causa de un incendio podrá hacer uso de esos pisos de emergencia».
Valora José Manuel Rodríguez Muñoz el esfuerzo que ha hecho la Junta de Extremadura para poner en uso estas viviendas, una inversión económica que no evita a Cáritas de Mérida-Badajoz afrontar un gasto de 170.000 euros. «Es cierto que vamos a tener una ayuda de la Junta y del Ayuntamiento, pero la mayor parte del dinero va a ser puesta por Cáritas a través de las aportaciones de sus socios y donantes. Nos va a suponer un esfuerzo importante».
El consejero de Infraestructuras, Transporte y Vivienda de la Junta de Extremadura, Manuel Martín Castizo, confirmó que esas 20 viviendas forman parte de un bloque en el que han sido invertidos casi 2,5 millones de euros, una cantidad que ha permitido acondicionar las 20 viviendas cedidas a Cáritas y otras 20 viviendas para alquiler social que también ayer fueron entregadas directamente por los Servicios Sociales de la Junta a familias sin recursos.
«Hoy no solo estamos entregando viviendas, hoy estamos construyendo oportunidades», dijo el consejero en un discurso marcado por la sensibilidad hacia las familias seleccionadas. «Es importante saber que las viviendas entregadas a Cáritas van a ser puestas a disposición del programa de atención a personas sin hogar y en situación de exclusión, un programa que además de ofrecer una vivienda digna facilitará medidas de acompañamiento».
Mientras hacía esta afirmación, Martín Castizo dirigía su mirada a Francisco Maya, vicario general en la archidiócesis de Mérida-Badajoz, que estuvo acompañado por la secretaria general de Cáritas, Ana Correa, y por el anterior responsable del programa de personas sin hogar, Pedro Herrera. «Todos tenemos la obligación de que nadie esté sin vivienda», añadió el alcalde Ignacio Gragera durante el acto de entrega de llaves.
El director de Cáritas en Mérida-Badajoz agradeció el apoyo recibido de las administraciones y anunció que la intención de esta organización es replicar el nuevo modelo de atención a personas sin hogar de Suerte de Saavedra a Mérida y Amendralejo.
Al tiempo, anunció que el centro de emergencia para personas sin hogar de Bravo Murillo se trasladará al Centro Hermano de Huerta Rosales, por lo que el edificio ubicado en el Casco Antiguo cerrará sus puertas.
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