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Los últimos 500 metros de la carretera de Campomayor están cerrados al tráfico desde hace dos semanas. Un corte que comienza en la intersección con la calle Nevero 10 y termina en el cruce con la calle Nevero 4.
Eso provoca que los conductores de ... los vehículos que circulen por la A-5 que une Madrid con Lisboa y quieran entrar en la ciudad por este acceso se vean obligados a dar un pequeño rodeo por la avenida Antonio Nevado González, paralela a la vía que está en obras.
El tramo más afectado es la intersección de la carretera de Campomayor con la avenida Joaquín Sánchez Valverde, que desemboca en el cruce donde se ubicará la glorieta, cuyas obras influyen directamente en el área de servicio Martín.
Para agilizar el tráfico lo máximo posible el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, asegura que pese a que el plazo de la obra es de cinco meses el corte se levantará antes.
«Nuestra idea es intentar terminar la glorieta junto con los viales en los próximos tres meses para poder abrir el tráfico lo antes posible. Pese a que el desvío no es muy grande, cuanto antes lo quitemos mucho mejor», asegura el concejal.
De este modo, la rotonda podría abrir al tráfico a finales de octubre o noviembre mientras, en los dos meses siguientes, la empresa encargada de los trabajos, Extremeña de Construcciones, construirá las aceras que la rodearán. Pero aún falta para eso, ya que por el momento los trabajos se centran en el movimiento de tierras, unas tareas que han sacado a la luz una arqueta próxima a la calle río Guadajira.
Esta arqueta ha originado variaciones en el proyecto inicial, pero «nada importante», según ha contado a HOY Carlos Urueña. «Había una arqueta grande y tendremos que levantar más los acerados, unos 20 centímetros. Esto pasa habitualmente en las obras por las rasantes», explica el concejal.
En este sentido, aclara que la rotonda será rebasable para así facilitar el paso de los vehículos de emergencia por su interior, y que tendrá una elevación del 2%.
La circunferencia exterior estará rodeada por dos carriles, que junto con el arcén alcanzarán los diez metros de anchura total. Cada uno de los carriles de circulación tendrá una anchura de 4,5 metros. También se colocará una farola central que sumará 14 metros de alto.
Pero la rotonda no solo se verá rodeada por la acera. Un carril bici también bordeará la circunferencia. «La idea es hacer el carril bici por toda la carretera de Campomayor para que llegue hasta la glorieta de la autovía y facilitar en el futuro el transporte en bicicleta a las personas que vayan a trabajar a la plataforma logística», destaca el concejal.
Esta rotonda, que no es la primera que habrá en esta vía, ha sido adjudicada por un importe de 445.809,40 euros.
El resto de glorietas que hay en este tramo de la carretera se crearon en el año 2019, cuando se construyeron dos en el acceso a la A-5. Desde entonces el Ayuntamiento de Badajoz ha creado otra glorieta en el polígono El Nevero. Está situada cerca de la que se ejecutará ahora, en la avenida Joaquín Sánchez Valverde, y ha mejorado la circulación en esta zona industrial de Badajoz.
Una función que también cumplirá esta obra a la que Urueña se refiere como «muy importante porque supone el acceso a un futuro sector del polígono que estará frente al Nevero y que con esta obra ya quedaría preparado este acceso», zanja.
Desde que comenzaron las obras hace dos semanas, no solo los viajeros se están viendo afectados por el corte de la carretera de Campomayor, también algunos negocios de la zona, como el área de Servicio San Martín. Una gasolinera que habitualmente recibe a buena parte del tráfico que pasa por Badajoz para ir hasta Portugal o viceversa, y a la que ahora se accede desde el polígono y no desde la carretera.
«Recibimos un 60% menos de viajeros de lo habitual en esta época del año, que es cuando más vehículos hacen la ruta Madrid-Lisboa, la que más viajeros nos da a nosotros», cuenta el encargado de la estación de servicio, Luis Fuster.
Apenas seis coches esperaban durante la mañana su turno para repostar, una cifra muy inferior a la de otros veranos, cuando más de una veintena de vehículos esperaban a ser atendidos por uno de los dos trabajadores que se encargan de llenar los depósitos. Una tarea de la que solamente se encarga una persona desde que comenzaron los trabajos. «Hemos tenido que reducir la plantilla al 50% desde que hicieron el corte de la carretera. No solo en pista, en el bar tenemos dos camareros en lugar de cuatro», asegura preocupado porque la obra les está repercutiendo negativamente.
Alberto Fernández es uno de los viajeros que viaja esta semana desde Madrid hasta Portugal de vacaciones. Él es uno de los pocos madrileños que paran aquí estos días. Asegura que eligió ese lugar porque le habían hablado muy bien de él y aparte de repostar buscaba comer algo. «Hay que dar un poco de vuelta para llegar, y si vas con prisa no sale rentable», cuenta.
Pese a ello, Fuster confía en que la nueva rotonda les beneficie y recuperen la normalidad en el plazo que se anuncia desde el Consistorio.
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