Así hemos narrado la manita del Barça al Valencia
Purificación Mejías en la cocina de su casa, donde ha pasado los últimos cinco meses. C.MORENO

Badajoz

Cinco meses sin salir de casa por no tener un ascensor

Accesibilidad. ·

Tras años de espera, los vecinos de las 500 en San Roque tendrán el primer elevador en uno de sus edificios de cuatro plantas

Jueves, 22 de febrero 2024, 07:35

Hace cinco meses que Purificación Mejías, vecina de la calle Ronda del Colegio del barrio pacense de San Roque, no pone un pie en la calle.

Publicidad

La última vez que lo hizo fue para ir a la peluquería y pudo bajar gracias a la ayuda ... de su marido y de los albañiles que desde el mes de junio trabajan en la construcción del ascensor. «Me siento prisionera en mi propia casa, el ascensor es imprescindible para mí porque me cambiará la vida», comenta esperanzada.

Mejías vive en la segunda planta de las cuatro que tiene su bloque, construido en la década de los 50 dentro de un plan de viviendas que pretendían rehabilitar las ciudades. Por aquel entonces no era habitual instalar ascensores, lo que con el paso del tiempo ha complicado la accesibilidad a muchos de sus propietarios.

Más de treinta escalones son los obstáculos que impiden a Purificación bajar a la calle. Esta vecina, a la que diagnosticaron fibromialgia hace varias décadas, se llegó a plantear vender su casa. «Me ha limitado mucho vivir aquí, a veces han tenido que venir los médicos a verme a casa porque no podía bajar», sentencia.

Publicidad

Un problema que se acentúa en el caso de Purificación, pero que también afecta al resto de propietarios. De ahí que la presidenta de la asociación de vecinos, Encarna Urbano, comenzara en el año 2019 a preparar todos los trámites para solicitar la instalación de un montacargas en el edificio.

«Había vecinos que tenían problemas para subir a sus casas y un día paseando por el polígono La Paz vi que estaban colocando ascensores en edificios tan antiguos como este», comenta.

Fue esto lo que le motivó a proponerlo al resto de vecinos, que en su mayoría estuvieron de acuerdo con el proyecto. «Para que se hiciera la obra es necesario contar con una mayoría y nosotros la teníamos, pero nunca imaginé que se alargaría tanto en el tiempo», afirma Urbano.

Publicidad

En los cinco años que ha durado el proceso algunos propietarios que se han visto obligados a salir de su vivienda, como un matrimonio que vivía en el tercero y que por problemas de movilidad decidieron alquilar este piso para trasladarse a otro con ascensor. «La vida avanza. Cuando se construyó el edificio no se exigía la colocación de un elevador como ahora, que es obligatorio a partir de la segunda planta», explica Urbano.

Una obra de 140 mil euros

Colocar un ascensor en edificios antiguos no es tarea fácil. «Son obras muy complejas porque tienes que intervenir en una infraestructura antigua para hacer una parte nueva», indica el encargado de la obra de la empresa Excelsior, Francisco Durán.

Publicidad

A diferencia de otros edificios, el de Encarna dispone de jardines alrededor, lo que ha permitido realizar una ampliación de 12 metros cuadrados, donde se instalará el montacargas para el que los propietarios han contado con una subvención que la Junta de Extremadura ofrece con el objetivo de mejorar la accesibilidad vertical de los edificios. «Aún con la ayuda de la Junta hemos tenido que incrementar la cuota de la comunidad porque el precio del proyecto se disparó tras la pandemia», subraya la presidenta.

La obra que plantearon los vecinos en 2019 estaba valorada en 96.000 euros, pero la pandemia y las trabas burocráticas retrasaron los trámites hasta el año pasado, por lo que el coste se ha incrementado, ya que ha subido el precio de los materiales de construcción. Así, la instalación del ascensor supondrá un desembolso para la comunidad de 140.000 euros, 44.000 más que hace cinco años. «Este ha sido el mayor inconveniente ya que se han disparado los gastos de la obra», apunta Encarna.

Publicidad

Este incremento se ha traducido en un aumento en la cuota de la comunidad, pero que los vecinos enfrentan para poder mejorar en calidad de vida. «Llega un momento en el que cuesta subir las escaleras, de no ser por el ascensor yo también me habría ido», zanja.

Un avance que llega para mejorar la vida de los vecinos y que dentro de un mes devolverá a Purificación la posibilidad de salir a la calle. «Yo hubiese dado lo que no tengo para instalar el ascensor. Tenerlo no es un capricho, es una necesidad», comentaba esta vecina, que espera ansiosa el fin de las obras para bajar al jardín a cuidar los rosales que plantó hace años, cuando bajar las escaleras no era un problema.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad