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Natalia Reigadas
BADAJOZ.
Martes, 26 de noviembre 2024, 07:19
Eliminar pintadas, quitar las malas hierbas, hacer pequeñas reparaciones o limpiar las murallas. Es la labor de una cuadrilla de cinco operarios, los principales responsables ... de los casi seis kilómetros y medio de muralla que tiene Badajoz. El actual contrato se acaba y por esa razón el Ayuntamiento ha sacado a concurso uno nuevo. Este servicio seguirá dos años más por medio millón de euros.
En concreto, los responsables municipales han destinado 560.000 euros al llamado contrato de mantenimiento de las fortificaciones abaluartadas. Incluye la contratación de un equipo con cinco operarios que deben trabajar en las murallas a diario además de contar con el asesoramiento de un arqueólogo.
Badajoz dispone de este servicio desde 2020. El Ayuntamiento sacó a concurso por primera vez este contrato en noviembre de 2019, pero no se formalizó hasta meses después. Desde entonces se han ido encadenando contratos. En 2023 se adjudicó el último con un importe de 280.000 euros y una duración de 14 meses. Pero este contrato está a punto de caducar, por lo que la nueva convocatoria pretende que la ciudad no se quede sin el trabajo de esta cuadrilla.
El pliego establece una serie de trabajos que los operarios deben realizar de forma periódica y otros que solo se dan con una programación determinada o bajo demanda de los responsables municipales cuando se detecten distintas necesidades.
De forma periódica el equipo de mantenimiento de las murallas debe inspeccionar las fortificaciones, limpiarlas y también adecentar las señales turísticas que hay en estas áreas. Además, deben retirar a mano (para no dañar los monumentos) la vegetación que crezca en las murallas y segar y desbrozar las zonas cercanas. Por último, deben limpiar y pintar la carpintería metálica y la madera.
Además, en determinados momentos, pueden realizar pequeñas reparaciones, llevar a cabo acciones preventivas para evitar daños, eliminar manchas y pintadas y también aplicar un tratamiento antipintadas a las murallas pacenses.
Según el pliego de condiciones, cada mes la empresa responsable debe elaborar un informe sobre las labores que ha realizado el mes anterior y con el visto bueno de los servicios arqueológicos.
En los años que lleva en marcha este nuevo servicio la situación de las fortificaciones ha mejorado y se han reducido los incendios que afectaban a las murallas. El número de pintadas se ha reducido, entre otros motivos, porque ahora se cierra la Alcazaba las noches de los fines de semana. Además, las que aparecen se eliminan rápidamente, por ejemplo en puerta Pilar o en puerta Trinidad.
La cuadrilla también ha desarrollado algunas acciones especiales. Ellos fueron los encargados de colocar en la muralla del Baluarte de Santa María las 24 bolas de hierro de la inscripción '1812'. Estos proyectiles desaparecieron y han sido repuestas. Han sido adaptadas y fijadas con resina con recursos del equipo de mantenimiento y conservación de fortificaciones.
En el pliego de condiciones del contrato se detallan no solo las tareas, sino también los lugares dónde deben llevarlas a cabo. Hay dos áreas distintas: la Alcazaba y la fortificación abaluartada. En la primera se incluye la muralla, las distintas puertas, las laderas y ahora también el camino cubierto que se acaba de rehabilitar. En cuanto a la muralla abaluartada, se incluyen los distintos baluartes, cortinas y puertas, así como elementos auxiliares como los fuertes de la Picuriña y San Cristóbal y el Hornabeque del Puente de Palmas. Está incluido igualmente el llamado corredor verde, la muralla que ahora ha quedado despejada en la calle Stadium.
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