«Ha sido durísimo, pero ahora soy muchísimo más feliz que antes»

Ha sido durísimo, pero merece la pena. Ahora soy muchísimo más feliz que antes». Quien habla es un hombre joven en una sala atestada de pacenses para oír al psicólogo Rafael Santandreu, que presentó su libro 'Sin Miedo' en el primer Aula de Cultura HOY tras la pandemia, en un acto patrocinado por Cajalmendralejo y organizado por la Fundación Vocento.

En un lenguaje muy cercano y un discurso ameno, el autor habló del método que ha creado para dejar atrás la ansiedad y el pánico, los TOC (trastornos obsesivos compulsivos) y la hipocondría. Aunque reconoce que no es fácil, ha estructurado cuatro pasos (afrontar, aceptar, flotar y dejar pasar el tiempo) con los que se puede caminar hacia un mejor estado emocional y, así, alcanzar la felicidad.

El testimonio del hombre que tomó la palabra al término de su charla demostró que es posible salir de los pensamientos negativos en bucle. En toda la charla, Santandreu fue proporcionando ideas que giran alrededor de un solo concepto: aumentar la fortaleza emocional para poder afrontar los reveses de la vida en mejores condiciones.

Entrevistado en directo por la responsable de la redacción de HOY los fines de semana, Marisa García, Santandreu comparó las experiencias de la pandemia. A aquellas personas que estaban fuertes y felices, el confinamiento les sirvió como un tiempo para hacer cosas distintas, pero dio la puntilla a aquellos con una situación delicada.

De ahí su consejo: «Conviene hacerse fuerte en la vida porque las adversidades llegarán». Dio algunas ideas para ello, como afrontar la muerte de quienes más queremos como un simple «hasta luego» aceptando que todos terminaremos en el mismo sitio, exteriorizar los miedos para comprobar que uno no es tan raro y bajar el nivel de autoexigencia. Incluso, apuntó que existe «una relación entre ser feliz y necesitar poco». Con ese «necesitar poco» no se refirió solo a lo material, sino también a las cosas inmateriales como «tener siempre la razón».

Su método, según explicaron dos asistentes a la charla delante de todo el auditorio, funciona. Reconocen que el camino fue difícil, pero también que después se sintieron más felices.

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