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Ocho empresas que operan en la provincia de Badajoz han unido fuerzas para denunciar que la empresa que ha construido la planta solar fotovoltaica Augusto en las proximidades del Golf Guadiana, entre la autovía y la carretera de Talavera, ha entrado en concurso de acreedores cuando les adeudaba cerca de 1 millón de euros. Las firmas que han denunciado esta situación son ATEX Energías Renovables, Antolín, Conatex, MMP Energy, Sedinfra, Servex Ingenieros y Solar World Stain.
Según explican, a mediados de 2020 comenzaron a trabajar para la principal contrata de esa planta, Tozzi Sud SPA, que había recibido de Enel Green Power el encargo de levantar y poner en funcionamiento esta planta.
La instalación, que ya ha entrado en servicio, es propiedad de Enel Green Power, la filial de Endesa que se encarga de desarrollar proyectos relacionados con las energías renovables.
Sin embargo, las empresas que denuncian los impagos trabajaban para Tozzi SPA, que acumula con esas ocho firmas una deuda que supera los 880.000 euros. Esa cantidad se corresponde mayoritariamente con los sueldos que pagaban las empresas afectadas a su trabajadores. alrededor de 250 empleados en total.
De momento esos son los datos que manejan, pero los afectados por el concurso de acreedores están convencidos de que la deuda acumulada por Tozzi será superior puesto que en la fotovoltaica de Badajoz trabajaron otras muchas empresas.
«Nos sentimos totalmente indefensos. Enel Green Power es la propietaria de la obra y contrató a Tozzi Sud SPA, consciente de que las subcontratas iban a ser en su gran mayoría empresas locales y regionales, y en cualquier caso con mano de obra de nuestra tierra. El resultado final es que la planta está terminada, energizada, funcionando y en disposición de poder aportar beneficios a la propiedad. Es decir, Enel tiene su objetivo conseguido y nuestras empresas acumulan una deuda que se acerca al millón de euros».
Las ocho firmas que suscriben el comunicado denuncian que una vez realizados los trabajos, Tozzi tiene la intención de irse de la obra «y muy probablemente del país, sin cumplir con sus contratos y acuerdos económicos».
«Una de las cuestiones más flagrantes es que prácticamente la totalidad de la deuda corresponde a mano de obra, ya que el material lo ponía Tozzi, lo cual conlleva por una parte que afecta directamente al sueldo de los trabajadores, y por otra, que es la partida de obra que menor margen de beneficio da a las empresas».
«En medio de esta desagradable y lamentable situación, hasta el momento Enel ha permanecido impasible ante esta barbaridad y no está moviendo ficha para impedirlo. Nos atienden con diligencia y educación, pero hasta ahora soluciones no nos aporta», afirman los perjudicados, que recuerdan el contenido de uno de los documentos que firmaron para entrar en la obra. «Enel nos hizo comprometernos por escrito a que en caso de un posible impago por parte de Tozzi, no reclamaríamos a Enel cantidad alguna. Somos conscientes de que Enel no es quien tiene contraída la deuda, Enel no nos debe nada, es Tozzi, pero es indudable que los beneficios que reporte la planta en su funcionamiento durante toda su vida útil son para Enel».
Enel «no es responsable»
Desde Enel, la filial de energías renovables de Endesa, se ha indicado que Enel Green Power ya ha pagado la totalidad de los trabajos a Tozzi, por lo que es la firma italiana la que debe responsabilizarse de las deudas. «Tozzi España ha entrado en concurso de acreedores, nosotros no podemos intervenir. En todo caso, estamos intentando mediar y buscar soluciones buscando la posibilidad de facilitar nuevos contratos para las empresas locales, porque seguimos trabajando en la empresa Augusto».
Por tanto, Endesa no parece dispuesta a hacerse cargo de las deudas, algo que las contratas pacenses consideran injusto. «Como parte del monopolio de las grandes energías, Enel es otra más de las que apuestan a caballo ganador: pequeñas empresas locales y regionales que les montan su negocio 'gratis', pues no puede llamarse de otra manera que le dejemos una planta funcionando y pudiendo generar beneficios con un funcionamiento normal y óptimo, mientras nosotros no cobramos nuestro dinero, que es el pan de muchas familias de nuestra región».
«Las certificaciones que hemos conseguido cobrar siempre han sido previa exigencia tanto por parte de Enel como por parte de Tozzi de una confirmación y entrega exhaustiva de documentación que garantizase que nosotros estábamos al día del pago de las nóminas y salarios a nuestros trabajadores e impuestos, lo cual resulta kafkiano».
HOY ha contactado con Tozzi para saber en qué situación se encuentra esta empresa, pero no obtuvo respuesta.
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