Berta Caro

Decana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud

«La Facultad de Medicina necesita más profesores para poder ofrecer calidad»

Berta Caro (Mérida, octubre de 1975) es profesora del grado de Fisioterapia, lleva trabajando en la Universidad de Extremadura más de 25 años y hoy tomará posesión como decana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Antes ha sido vicedecana de Estudiantes en este centro que agrupa tres carreras (Medicina, Enfermería y Fisioterapia) y que estrena instalaciones, una reivindicación que acaba de hacerse realidad.

–Será la primera decana que no es licenciada en Medicina y también la primera mujer que ostenta este cargo. ¿Eso le supone más presión?

–No lo llamaría presión. Lo asumo con responsabilidad, compromiso y mucha ilusión. Tengo mucha experiencia en gestión, así que tampoco tengo mucho vértigo al cargo.

–¿Qué le gustaría poner en marcha en los primeros cien días?

–Es fundamental que este nuevo edificio tan impresionante se abra a la sociedad extremeña para darlo a conocer. Está pensado para que todos se puedan beneficiar de nuestra facultad. Y por otro lado, en un corto plazo, queremos amueblar por completo dos dependencias, que son el paraninfo y el salón de grados, así como cerrar el nuevo concierto del Servicio Extremeño de Salud con la Universidad de Extremadura para las prácticas clínicas.

–Medicina es una carrera con una nota de corte muy alta por la elevada demanda. ¿Es una moda cursarla o los alumnos que entran lo siguen haciendo por pura vocación?

–Hay un poco de todo. El perfil del estudiantado que accede al grado en Medicina ha cambiado. Es un poco más competitivo y un poco menos vocacional. Es una tendencia que parece que se va revirtiendo, pero aún así hay que trabajar en ello. Eso sí, todos son muy comprometidos y alumnos excelentes. Además, la facultad cuenta con un Consejo de Estudiantes excepcional que funciona muy bien.

–¿Qué puede hacer la universidad pública para solucionar la falta de médicos en el sistema sanitario?

–La universidad tiene que responder como lo está haciendo, aumentando un poco los numerus clausus de las plazas que se ofertan del grado en Medicina. Nuestra universidad ya ha hecho un esfuerzo importante con el aumento del 10% de las plazas y no hemos recibido dotación económica por ello. Y lo que habría que hacer es llegar a un equilibrio entre todas las instituciones para que el problema se resuelva. No solo desde las universidades, sino también desde el Ministerio y las comunidades autónomas. Además de aumentar la plazas MIR, hay que intentar que los residentes, una vez que terminen, se queden en Extremadura. De todos modos, esto es un problema estructural actual, pero que va a mejorar en unos años.

–¿Cuándo?

–A partir de 2030. Hay que trabajar intensamente en ello, pero sí, a partir de ese año estaremos en un escenario más positivo.

–¿Faltan médicos también para dar clases en la Facultad de Medicina?

–No se trata de ingresar a muchos alumnos a cualquier precio, sino de formarlos con la mejor calidad. Necesitamos más docentes y se está haciendo un esfuerzo muy importante y creo que vamos a tener una realidad muy positiva en ese sentido, pero hay dificultades para dar con esos profesores porque la acreditación de los compañeros médicos es complicada. Los criterios para acreditarse son muy exigentes, tienen mucha tarea asistencial y poco tiempo para poder hacer otras labores más académicas que les permitan lograr la acreditación. Además, hay que aumentar los recursos económicos para dotar esas plazas. Y eso ya no depende de nosotros. Ahora mismo tenemos dos frentes abiertos: intentar conseguir el mayor número de personal docente y que se termine el nuevo edificio de la Facultad de Medicina en la fase dos, que es donde están ubicados los despachos y los laboratorios de investigación.

–¿Qué porcentaje de aumento de plantilla es necesario?

–Contamos con 264 profesores entre los tres grados de la Facultad, pero se necesita un 10% más de plantilla académica, es decir, los docentes que imparten clases, y un 20% más de profesionales para que los alumnos realicen las prácticas clínicas. Todo lo está estudiando una comisión, y se está moviendo en ese porcentaje. Necesitamos más profesores para poder ofrecer una docencia de calidad.

–¿Y en cuánto tiempo se podrá lograr?

–Se está trabajando y se va a conseguir. Estamos todos de la mano, desde la Consejería hasta la Universidad, para que esa plantilla docente, que no creo que tarde mucho, pueda verse aumentada.

–Los resultados de acceso a la formación MIR colocan a la Universidad de Extremadura en los últimos puestos. ¿Qué se puede hacer para mejorarlo?

–Ya se está trabajando en eso, pero influye no tener la plantilla docente adecuada y, además, las academias de formación de alto prestigio para preparar el MIR son caras y no todos los estudiantes disponen de los recursos económicos para acceder a ellas.

–¿Y por qué Extremadura suele estar entre las comunidades que eligen los médicos internos residentes como última opción?

–Creo que eso tiene mucho que ver con las comunicaciones a nuestra región, que todavía hay que impulsarlas mucho más para que la gente de fuera quiera venir a cubrir plazas aquí.

–En los últimos tres años han quedado desiertas plazas de Medicina de Familia. ¿Por qué los alumnos ya no quieren ser médicos de cabecera?

–Ahora preguntas a alumnos de último curso y muchos de ellos dicen que harán Medicina de Familia, pero luego no se refleja en la realidad. Entre las razones está la dispersión geográfica y que los estudiantes prefieren trabajar en grandes hospitales. Quizás sí haya una desafección hacia la Medicina de Familia y hay que potenciarla desde la facultad para que eso cambie. Es muy importante dar visibilidad a esta especialidad médica.

–Cada año aumentan las agresiones a sanitarios. ¿Cree que este colectivo atraviesa una crisis de prestigio?

–No lo creo. La sociedad ha cambiado mucho y cada vez es menos tolerante, quizás. Estamos teniendo problemas graves y cada vez mayores agresiones a sanitarios. Desde todos los organismos tenemos que luchar dando formación e información para que esto no ocurra, pero no creo que haya un desprestigio social de la profesión, sino que la sociedad en general está cambiando.

–¿Cree que la universidad privada Uninde, que pretende asentarse en Extremadura con los grados de Enfermería y Fisioterapia, entre otras carreras, supone un peligro para la facultad pública?

–No se trata de dar una solución a través de una universidad privada, sino de que la universidad pública responda a esas necesidades dotando a las titulaciones con mayor número de plazas docentes y con más recursos sanitarios.

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