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Al final hay acuerdo. La Junta y el Ayuntamiento han buscado destino a los gansos del río Guadiana. Al menos, a parte de ellos. Los animales serán trasladados al centro de Sierra de Fuentes, tal y como anunció el Ayuntamiento en enero y la Junta rechazó al día siguiente.
Esta propuesta fue la que acordaron ayer en la reunión entre responsables del Ayuntamiento y de la Junta de Extremadura, donde acordaron seguir estudiando más medidas para reducir la colonia, que se calcula en torno a 400 animales y sigue creciendo porque aún no han tomado medidas para su control.
Esta reunión sigue al desencuentro entre administraciones que tuvo lugar a principios de enero. Entonces, el Ayuntamiento probó a meter varias ocas en una jaula enorme con el objeto de derivar estos animales al centro autonómico de Sierra de Fuentes. El anuncio que entonces realizó el concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, apuntaba a que derivarían entre 60 y 70 animales. Para ello explicó que iban a contar con un camión especial y que ese día acudirían agentes del Seprona y de la Junta de Extremadura. Ese vehículo tiene un coste de unos 600 euros, por lo que el Ayuntamiento quería contratarlo un solo día y lograr que entrara el mayor número de animales posible. Habló de este anuncio como de un acuerdo cerrado con la Junta para el que estaba cerrando todos los flecos.
Sin embargo, al día siguiente, desde Medio Ambiente aseveraron que el centro tiene por objetivo «la recuperación de fauna silvestre amenazada, y en este caso se trata de ejemplares de fauna doméstica asilvestrada». Se comprometieron a estudiar una solución, pero señalaron que la del traslado a Sierra de Fuentes no era la más acertada. Ahora, no obstante, el acuerdo lo da a conocer la propia Junta de Extremadura, así que no se esperan más problemas.
Ambas instituciones estudiarán, además, cómo trasladar los ejemplares. Como ya se ha indicado antes, el Ayuntamiento probó la jaula y buscó un transporte adecuado para su traslado, algo en lo que también colaborará la administración regional.
Tanto desde Medio Ambiente como desde el Ayuntamiento inciden en que continuarán buscando medidas para reducir la población. Una de las que se baraja desde hace tiempo es la retirada de los huevos puestos antes de que nazcan las crías.
El Consistorio, por su parte, lleva ya más de un año buscando una forma de reducir la población de patos que se ha adueñado del parque. Antonio Ávila llegó a plantear que las aves fueran derivadas a una finca de una empresa dedicada a hacer patés, algo que generó cierta polémica hace unos meses. Después, la Sociedad Española de Ornitología propuso la adopción de estas aves por parte de los pacenses. Pero la idea no ha encontrado padres.
Así que las esperanzas estaban puestas en la reunión de ayer, donde los representantes de las administraciones refrendaron la idea de llevar los animales a Sierra de Fuentes y dejaron en el aire estudiar otras medidas. Tanto la Confederación Hidrográfica del Guadiana como el Colegio de Veterinarios han colaborado en los últimos meses.
El problema de la masificación de estos animales va más allá de las molestias que causan a los usuarios del parque, donde han tirado a varios ciclistas, se acercan a los niños y se cuelan entre las mesas de los quioscos de bebida y comida. Esta presencia masiva puede tener repercusiones en el ecosistema del río. Sobre todo en el resto de especies de aves, de las que existen 180 en el río y su entorno. Las ocas son una especie introducida. Es decir, que no es salvaje, pero su comportamiento es agresivo y compite tanto por el espacio como por la alimentación con el resto de pájaros. Hay que tener en cuenta que la del río es la única zona de especial protección para las aves (ZEPA) acuática dentro de una ciudad que existe en España, lo que demuestra su riqueza ornitológica.
Los expertos han alertado de que se pueden convertir en un problema sanitario a la larga porque las aves pueden transmitir enfermedades o convertirse en transmisores de algunas. También está en riesgo la salud de estas aves. Hace ya más de un año que la bióloga Rocío Salgado hizo un trabajo en el que desvelaba que están naciendo gansos con problemas en sus alas derivados de la cantidad de carbohidratos que comen. Esto se debe a los gusanitos y el pan duro que los usuarios del parque siguen dándoles a pesar de que está prohibido alimentarlos.
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