El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, inaugura su paso al PP repartiendo cargas y liberándose de dos delegaciones de la cara a la ... carrera electoral que ya ha comenzado con el partido de Núñez Feijóo. Solo un día después de anunciar el abandono de Cs y su militancia por los populares, Gragera publicó los cambios.
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Así, el concejal de Hacienda Eladio Buzo se hace ya cargo de la delegación de Compras y Contratación. Esto es, todo lo que tiene que ver con los contratos del Ayuntamiento. De esta manera, completa las atribuciones económicas y administrativas del edil del PP con unas delegaciones relacionadas con las que este desarrolla desde inicios de legislatura.
Por otro lado, otorga al concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, la delegación de Aguas. Esto es, las relaciones con Aqualia. Urueña es también concejal de Vías y Obras, por lo que tiene sentido esta nueva atribución debido a las continuas obras que es necesario realizar en la red de aguas. En ocasiones, son actuaciones que realiza la empresa concesionaria, en otras son responsabilidad de la ciudad.
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Así, el concejal de Cs completa las concejalías relacionadas con obras en Badajoz. Tanto Urueña como sus dos compañeras, Hitos Mogena y Lara Montero de Espinosa, continúan formando el grupo municipal de Cs. Aunque el alcalde se haya marchado de la formación naranja y haya quedado como edil no adscrito a ningún grupo municipal.
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Ignacio Gragera mantenía estas dos concejalías (Contratación y Compras, y Aqualia) desde que cesó a la exconcejala del PP María José Solana de todas sus atribuciones en julio. Lo hizo en respuesta a la negación del PP a firmar el acuerdo salarial ya pactado con la Policía Local. Ese cese por «falta de confianza» abrió una crisis en la coalición que finalmente no ha pasado factura al alcalde con el PP, dado que el partido le ha confiado su candidatura a las elecciones del 28 de mayo.
Sin embargo, de momento, el alcalde mantiene el mando político de la Policía Local. Solana era la responsable del cuerpo y, tras su cese, Gragera quiso que el PP lo recuperara. Pero los populares insistieron en poner sobre la mesa el nombre de Solana, algo a lo que el alcalde se negó hasta que finalmente esta presentó la renuncia a su acta de concejal y se marchó del Consistorio.
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Hasta el momento, el alcalde no ha entrado en polémicas con los agentes y ha tratado de calmar las aguas tras el infuctuoso acuerdo que puso en pie de guerra al resto de funcionarios municipales. Estos últimos reclamaron un subida salarial similar a la de los agentes, que en su caso iban a percibir unos 6.000 euros anuales más al año a finales de 2024 para equiparar su salario con el de la Policía Nacional.
Con la firma de aquel acuerdo en papel mojado y el PP sin ofrecer una alternativa a Solana, Gragera conserva de momento la Policía Local.
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