El helecho de agua forma un tapiz entre verde y rojizo sobre el río

Rocío Romero

Badajoz

Miércoles, 21 de abril 2021, 07:08

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Es un tapiz muy fino, de un tono a veces verde y otras rojizo, que cubre a manchas el río Guadiana. En algunas zonas aparece combinado con el nenúfar, en otras solo y visible.

Es la azolla o helecho de agua, que encuentra entre los 20 y 22 grados su mejor temperatura para reproducirse y que estos días está bien visible sobre el Guadiana a su paso por la ciudad.

Esta es la tercera de las plagas más visibles que perjudican el río, junto al nenúfar y el camalote. La azolla es perjudicial porque contribuye a estancar el agua, lo que impide que pase el oxígeno y favorece la cría de mosquitos en las orillas. Esto es, de las enfermedades asociadas a estos insectos, que lo mismo pican a personas que a otros animales a los que también contagian.

Como esta planta muere por debajo de los siete grados y no puede vivir con más de 42, es ahora en primavera cuando crece y se hace más visible para los pacenses. En las orillas de la margen izquierda se ve formando una balsa de agua entre los puentes de la Universidad y Real.

Esta especie es perjudicial porque afecta a la vegetación y a los invertebrados autóctonos del río por impedir el paso del oxígeno. Al descomponerse también reduce los niveles del oxígeno.

La Confederación sabe de su presencia en el Guadiana desde los años 90. Sobre todo, en el tramo comprendido entre Medellín y Badajoz. También es muy abundante en la cola del embalse de Villalba de los Barros y recientemente lo han encontrado en el río Ardila. Creen que se mueve de un sitio a otra en las patas de los animales y que llegó a España de forma accidental, bien por el cultivo del arroz o por sus cualidades decorativas. Su origen está, como en el caso del camalote, en América.

Estas invasiones de helecho de agua, explican desde la CHG, no tienen un patrón fijo. Se refieren a caudales bajos, altas concentraciones de fósforo y la presencia de numerosas esporas, principalmente, para que ahora se vea sobre el río una fina capa de musgo en tonos rosados, verdes y rojos que suponen otra amenaza.