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El pasado fin de semana la ciudad vibró recordando las batallas de la Guerra de la Independencia que ocurrieron en la capital pacense pero hace ... más de 200 años. Hay un proyecto pendiente, sin embargo, que se resiste. Un museo de las fortificaciones de la ciudad que iba a ubicarse en el Hornabeque del Puente de Palmas hace cuatro años.
Este monumento se recuperó en 2012 con motivo de las obras de creación del parque de la margen derecha del río. Pero nunca se le dio utilidad, por lo que es bastante desconocido y se ha deteriorado al sufrir humedades.
En 2021 el Ayuntamiento de Badajoz anunció que daría uso al Hornabeque del Puente de Palmas. En concreto avanzó que sería un Museo de la Guerra de la Independencia e incluyó este proyecto en el Plan de Impulso de la Economía de 2022.
Los responsables municipales anunciaron que la exposición ocuparía las tres salas de esta estructura, que hasta ahora estaban en ruinas. Tienen 70 metros cuadrados y contarían con pantallas con vídeos, paneles y maniquíes para que los visitantes pudiesen ver cómo era esta fortificación cuando estaba en uso, por ejemplo funcionando como cuerpo de guardia o como aduana, ya que se usó para este servicio durante años. Se trata de espacios pequeños, pero vistosos en los que se aprecia rápidamente su utilidad como protección del puente.
Paralelamente se rehabilitó de nuevo el monumento porque el enfoscado se había caído por las humedades. Una vez reparado el Hornabeque, el siguiente paso era crear el museo, pero la inversión no llegó.
Tras el anuncio de 2021 la concreción sobre el proyecto se fue desvaneciendo. En las últimas declaraciones sobre el Hornabeque, los responsables municipales han mantenido su interés por darle uso, pero han indicado que se estaba estudiando qué utilidad darle, lo que abriría las posibilidades. Sea como fuere, no se ha avanzado en este sentido.
HOY ha consultado al Ayuntamiento si hay novedades sobre este elemento, pero no ha obtenido respuestas.
El Hornabeque del Puente de Palmas de Badajoz tiene casi 400 años de historia y fue un elemento fundamental en la protección de la ciudad. El puente era la única comunicación directa desde la margen derecha hacia la ciudad. Por tanto era un paso idóneo para un ataque de los enemigos. Por eso se construyó en su entrada una fortificación llamada Hornabeque.
Gracias a ella los que cruzaban el puente no podía pasar directamente. Debían bajar por el lateral hasta la puerta de San Vicente (la que se ve al bajar al quiosco que hay en el parque del río, enmarcada en columnas). Una vez allí los visitantes debían entrar en la fortificación y pasar los controles militares antes de poder subir a la pasarela y caminar en dirección a la puerta de Palmas, donde había otro control de seguridad.
El Hornabeque se construyó a mediados del siglo XVII junto con las primeras defensas modernas de la ciudad (como por ejemplo el cercano Fuerte de San Cristóbal). De la puerta de San Vicente partían los caminos que conducían a Cáceres, Alburquerque y Elvas. También salía de este punto un camino cubierto de comunicación con el Fuerte de San Cristóbal, prácticamente desaparecido, aunque algunos restos pueden observarse cerca de la entrada al fuerte.
Darle uso al Hornabeque no es la única cuenta pendiente en las fortificaciones abaluartadas de la ciudad. También queda pendiente reabrir el Revellín de San Roque como albergue municipal, que ya tuvo este uso, pero que cerró y no se ha recuperado.
Así mismo está pendiente la rehabilitación del fuerte de la Picuriña, en San Roque, una de las estructuras más abandonadas y a la espera de recuperación.
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