Calmado y de la mano de sus padres llegó el miércoles por la mañana Hugo Silva a la sede de la Apnaba, su nuevo colegio ... donde sus Sara López y David Silva han conseguido matricularlo después de denunciar públicamente la situación del pequeño, que pese a tener diagnosticado autismo severo estaba cursando educación infantil.
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«Estamos muy contentos y se nos hace mentira que nuestro hijo esté ya aquí porque este centro es el que el niño necesita», decían sus padres tras dejarlo Apnaba donde las primeras semanas solo estará unas horas por el periodo de adaptación.
Pese a que Hugo no era consciente que empezaba una nueva etapa, porque no comprende las cosas llegó contento al centro. Del cambio no se dará cuenta hasta que estar allí no sea un hábito diario y Hugo lo asocie a una rutina. «No se lo podemos explicar porque él no comprende, se adapta bien pero no deja de estar en un lugar nuevo para él con compañeros nuevos, profesores nuevos y otra dinámica diferente», subraya Sara, que asegura tienen esperanzas puestas en este lugar porque pasar en él cinco horas diarias con terapias permitirá a Hugo avanzar en su desarrollo.
Aquí Hugo comparte clase con cuatro compañeros más. Pendientes de ellos están una cuidadora y su tutora. «Ha pasado de estar un colegio en el que sus compañeros estaban aprendiendo a leer a estar en un centro donde aprenderá a ser autónomo», explicaba Sara.
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Musicoterapia, comunicación, piscina, autonomía serán las sesiones que recibirá a diario durante las cinco horas que permanezca en el centro. «El lo que necesita es aprender a relajarse y canalizar sus emociones», explica David que se emocionó al dejar a su hijo en el centro.
«No sabemos si algún día podrá hablar o sabrá leer pero tenemos esperanzas puestas en que a partir de ahora todo va a ser bueno para él», zanjaban aliviados porque la lucha que comenzaron hace algunos meses para escolarizar a Hugo en Apnaba ha dado sus frutos.
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El viernes pasado Hugo se despidió de su antiguo colegio, el San José de Calasanz. Pese a tener seis años allí cursaba tercero de Infantil, ya que a sus padres le aconsejaron dejarlo un año más en la guardería. Desde que cumplió los seis años sus padres lucharon por cambiarlo de centro.
Este miércoles comenzó una nueva vida para ellos, donde esperan que Hugo consiga mayor autonomía, de la que estarán pendientes sus padres, que lo llevaron al colegio acompañados de su abuela Mari Carmen, que dice estar orgullosa de los padres de Hugo.
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