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Un incendio en el Polígono El Nevero, visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, arrasó ayer el bazar chino 'Tres banderas Garden' y calcinó el 30% de los 5.000 metros cuadrados de la Panificadora Nevero, la fábrica de pan más grande de Badajoz. Este es el balance de un fuego, escandaloso por la enorme columna de humo negro, pero en el que no hubo que lamentar daños personales.
Las llamas obligaron a desalojar tres naves, a cerrar la gasolinera ADS y a cortar el tráfico en tres manzanas del polígono industrial durante casi ocho horas. Casi un centenar de efectivos se movilizaron, coordinados por el alcalde, Francisco Fragoso, que se puso al mando tras activar el Plan de Emergencias Municipal, dado el carácter industrial del fuego.
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Al mediodía, el incendio se daba por controlado. Desde la media tarde, los bomberos empezaron con las tareas de enfriamiento para evitar que se reavivaran las llamas.
Está previsto que un retén vigilara durante toda la madrugada que no hubiera rebrotes, y a primera hora de hoy volverán los bomberos para tratar de extinguir el fuego. También se espera a primera hora a la Policía Científica para que recoja pruebas e investigue el origen del fuego.
Habían pasado ocho minutos de las 11.30 horas de la mañana cuando se dio el aviso al 112. Panificadora Nevero, la fábrica de pan más grande de Badajoz y fundada hace 25 años, estaba ardiendo. Los trabajadores que estaban dentro de la nave del polígono industrial, muy próxima a la carretera de Campomayor, habían intentado apagar las llamas con los extintores, pero al ver que el fuego se propagaba salieron corriendo. «Aquello empezó a arder como si fuera una caja de cartón», decía uno de ellos.
El foco estaba en la planta de arriba, en el sector de congelación. El fuego, según relatan los propios trabajadores, se originó en la llamada espiral de congelación, una especie de túnel mecánico donde se mete el pan precocido y sale congelado. La maquinaria estaba sin estrenar, había sido adquirida recientemente. «La estábamos preparando para ponerla en marcha», asevera Juan Carlos Moreno, encargado de la línea de congelación de Panificadora Nevero.
Esto mismo lo confirma el gerente, Carlos Monje: «Habíamos automatizado toda la planta de congelación con tecnología de última generación. Llevamos cinco meses en pruebas y ayer por la tarde -por el domingo- arrancamos pero nos recomendaron hacerle una mejora a la espiral. Vino el herrero a soldar una pieza y se formó el incendio. La máquina se convirtió en una chimenea de cinco metros de altura en llamas».
La nave de pan se vació rápidamente. Los casi 50 trabajadores que estaban dentro abandonaron las instalaciones sin que ninguno sufriera daños. Más trabajo le costó a la Policía Local desalojar la nave de las Tres Banderas Garden, donde con el incendio ya declarado los clientes seguían comprando con normalidad. La tercera nave en vaciarse fue la de metal ArcerlorMitta Distribución. Estos dos negocios están pegados a la panificadora mirando para la carretera de Campomayor, la misma dirección que tomaron las llamas.
A las 12 del mediodía, dado el carácter industrial del foco y la propia configuración del polígono El Nevero, el alcalde, Francisco Fragoso, activó el Plan de Emergencia Municipal para coordinar al casi centenar de efectivos movilizados. Es la segunda vez que se pone en marcha este plan, la primera fue por el incendio en Caya.
El miedo no solo era el avance de las llamas, también la posible toxicidad del humo si bajaba. No ocurrió, el viento jugó a favor de los 22 bomberos del parque de Badajoz -uno de ellos, de 43 años, sufrió una lesión en la espalda durante los trabajos de extinción pero pudo reincorporarse- y de la unidad del CPEI de la Diputación llegada desde Puebla de la Calzada. No fue aliado, sin embargo, de los pilotos de los dos helicópteros del Infoex, uno descargando agua y otro informando en tiempo real de dónde estaban las llamas, que tuvieron que adentrarse una y otra vez en la densa nube de humo.
A esa misma hora era el cambio de turno en la fábrica de pan. Los trabajadores que entraban a las 12 horas acudían uniformados y se llevaban la manos a la cabeza observando el fuego. «Sentimos mucha impotencia. Somos muchos padres de familia los que estamos aquí, con hijos y con hipoteca».
En ese momento, el perímetro de seguridad establecido en torno a la panificadora era de 50 metros. Poco después, se amplió a los 200, ocupando tres manzanas completas que se cerraron al paso de personas y vehículos. Las llamas ya habían saltado de nave y consumían con virulencia el bazar chino de las Tres Banderas.
Dentro, se escuchaban continuas explosiones. La nave estaba dedicada a productos de jardinería, con mucho material plástico e inflamable. Desde fuera, mucha expectación, sobre todo de los vecinos de Los Colorines, que tenían de frente el fuego.
Según el relato de los propios trabajadores de la panificadora, las llamas pasaron de la zona de congelación a donde se almacena el cartón para la distribución de los panes en los bajos del bazar chino, por donde prosiguieron. «Fehacientemente no podemos asegurar nada. La Policía Científica hará las averiguaciones partiendo de esas informaciones que han dado los trabajadores», decía cauteloso el jefe de los bomberos, Basilio González. Por momentos, parecía que las llamas también habían llegado a la nave de metal, pero en este caso, solo se coló humo sin más daños en su estructura.
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Peor suerte corrió las Tres Banderas. La nave, confirmó ayer González, ha quedado completamente calcinada. Su estructura metálica acabó viniéndose abajo. Los bomberos se lo temían por eso no llegaron a entrar dentro y trabajaron con la autoescala arrojando agua desde arriba. Esta nave también es propiedad de la panificadora, que la tenía alquilada al bazar.
En la panificadora los daños son menos de lo que se temían los trabajadores inicialmente. El 70% de la fábrica de pan se ha salvado ni siquiera está afectada por humo, tanto es así que el propio jefe de bomberos reconocía que, curiosamente, cuando han accedido a su interior «había zonas donde seguía oliendo a pan».
No en vano, la zona de congelación, que es la que han dañado las llamas, era donde había invertido recientemente la panificadora para renovar la maquinaria. Fragoso desveló que «los directivos estaban decaídos y derrumbados porque acababan de inaugurar una inversión millonaria para intentar ganar más mercado nacional».
Con el fuego ya controlado y un primer balance, Monje confiesa que están más aliviados y dispuestos a seguir adelante. «Si mañana -por hoy- nos dicen que podemos entrar, empezaremos a fabricar por la noche, queremos arrancar cuanto antes. Nosotros tenemos ganas y los trabajadores también».
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