En el pueblo corría el rumor de que el incendio había sido intencionado y todos los dedos señalaban a un hombre que varios años atrás había sido condenado por talar los olivos centenarios de una familia. Pero ninguna de las personas con las que ... habló la Guardia Civil denunciaron haber sido amenazados directamente por el sospechoso. «Ninguno de los testigos habló de él como causante de los fuegos», añadió uno de los agentes en el juicio que desde el martes sienta en el banquillo al procesado.
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De este modo confirmaba lo avanzado por Isidro González, el abogado que defiende al hombre que se enfrenta a una petición de diez años y medio de prisión por prender fuego a un paraje que calcinó más de 300 hectáreas.
La pregunta del presidente del tribunal fue clara: «Alguno de los testigos habló de algún incendio causado por el procesado?». «No», respondió el guardia civil. «Amenazas concretas no hubo, a nadie le dijo te voy a quemar el campo, pero sí les decía que el pasto estaba muy alto, que se aproximaba el verano, que en verano había incendios...».
Tan sólo la última testigo del juicio, una mujer afincada en Cataluña que habló por videoconferencia, refirió un episodio protagonizado por el sospechoso. «Seis o siete años antes de ese incendio a nosotros nos cortó una finca de olivos centenarios, no sé cuántas toneladas de leña sacó. Lo cogieron cuando lo estaba haciendo y lo condenaron. Estuvo tres meses en la cárcel y tenía que darnos un dinero, pero nunca nos lo dio».
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Esta testigo no dudó en calificar la tala de encinas como «una animalada» y reconoce que a partir de ese momento «nos daba miedo decirle nada porque podía hacernos daño otra vez».
«Después de aquello él no me amenazó pero su mujer sí me llamó para decirme que cómo habíamos metido a su marido en la cárcel. Yo después no he hablado más con él pero ella siempre que íbamos a Puebla del Maestre estaba como tirándonos indirectas y todo el mundo en el pueblo le tenía miedo a su marido porque era una persona dañina. Lo mismo que nos hizo a nosotros podría hacérselo a cualquiera, pero la gente no quiere decir nada porque este hombre es un demonio».
Esta afectada añadió que cuando se produjo el incendio de 2017 todo el pueblo señaló la procesado, aunque no pudo aportar datos concretos que apuntalasen esa sospecha. «Conozco a un señor que le quemaron el corral con las ovejas dentro y también decían que había sido él».
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Sí aportó información otro de los agentes de la Guardia Civil. Dijo que desde que en 2017 se dictó una orden de alejamiento que impide al procesado ir a Puebla del Maestre los incendios se han reducido. «Si antes había 25 ahora son 10 y tienen causa conocida».
Sobre lo ocurrido en agosto de 2017 el informe del Seprona indica que hubo tres focos distintos que fueron apareciendo cada 20 minutos. «Aseguro que no se produjeron por causas naturales porque no cayeron rayos y tampoco había tendido eléctrico», dijo un miembro del Seprona.
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El último dato relevante hace referencia a dos menores a bordo de una motocicleta que fueron vistos por una patrulla de la Guardia Civil cerca de uno de los focos y huyeron del lugar tras observar la llegada de los agentes. Sus padres cayeron en ciertas contradicciones al explicar dónde se encontraban y fueron investigados, pero finalmente la causa contra ellos se archivó.
Con estas explicaciones, queda visto para sentencia un juicio en el que la Fiscalía mantiene la petición de diez años y medio de prisión mientras que la defensa solicita la absolución.
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