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Paloma Aceitón
Badajoz
Martes, 26 de septiembre 2023, 21:01
José Vicente Moirón (Badajoz, 1966) es uno de los rostros más conocidos de la escena extremeña. En 1986 debutó en el teatro y desde entonces ... acumula más de cuarenta piezas teatrales, once cortometrajes, 18 series de televisión y ocho películas. Ha recibido ocho premios distintos y también fue candidato a los Goya como mejor protagonista en 2015. Ahora llega a Badajoz como intérprete de 'Maquiavelo', una obra que se estrenó en junio en el marco del Festival de Teatro Clásico de Cáceres.
–¿Cómo definiría la obra?
–Es un espectáculo de una hora, rápido, dinámico y que va directo al corazón y a la cabeza. Es absolutamente teatral y tiene una profundidad que hará que el público reflexione e interactúe con el personaje. Además es un texto sencillo para todos los públicos.
–¿Qué le ha supuesto participar en ella?
–No íbamos con ninguna pretensión. Nos hemos desnudado para hacerla y se nos ha olvidado que estábamos haciendo teatro. Era como estar dialogando sobre este fascinante personaje y descubriéndolo a la vez.
–¿Cómo ha sido meterse en la piel del autor de 'El príncipe'?
–Con mucha pasión, sin presión, desde la tranquilidad y el disfrute, algo que sucede muy pocas veces en teatro. Sabiendo que estrenábamos en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres y que era una coproducción con él. Teníamos el boceto del texto y este fue creciendo durante los ensayos. Era casi una creación colectiva en la que estábamos sumergidos Pedro Luis López Bellot —director y dramaturgo de la obra— y yo, e interactuamos con los productores.
–¿Qué recibirá el público con Maquiavelo?
–Visualmente verán un espectáculo muy potente por el videoarte que hay, por la música que acompaña y por el diseño de luz. Además, en el contenido van a encontrar algo más que citas de Maquiavelo. Verán lo que le ocurre a un presidente del Gobierno no siendo solo un profesional de la política, sino también un ciudadano de a pie, donde la parte humana es esencial para conocerlo. El personaje también interactúa con el público, intenta que los espectadores entren dentro de la 'cuarta pared' y que formen parte del ejercicio teatral sin invadirlo.
–¿Qué encontrarán los espectadores en el protagonista de la obra y en su 'alter ego' Maquiavelo?
–Podrán ver un personaje muy potente y poderoso en el aspecto político, y muy vulnerable en el aspecto humano. Esa mezcla es increíble y consigue que nos pongamos en los zapatos del político. El personaje deambula de la mano de la figura renacentista del Maquiavelo real, al que utilizamos como algo peyorativo. Pero hay que bucear para descubrir a este gran analista político que observó los fallos y aciertos de los gobernantes y del que más tarde otros beberían. Vamos más allá de lo profesional, nos detenemos en la parte vulnerable del personaje y eso es lo que hace crecer a la obra. El texto es muy actual, bebe de las fuentes del Maquiavelo original poniéndolo en boca de un personaje contemporáneo. El espectador se sentirá reflejado con muchas de las cosas que estamos viviendo, y podrá poner en alza lo que está bien y lo que está mal.
–¿Cómo interviene la actualidad en la obra?
–En la pieza hay temas de candente actualidad que han surgido de manera natural. Se tocan temas como la guerra, la prensa, la iglesia o las instituciones que inevitablemente se asocian al momento de ahora, pero no hemos querido ser oportunistas. No es un texto didáctico ni una dramaturgia masticada, todo lo contrario, está hecho para hacer pensar y muchos de los temas pueden ligarse a la situación actual.
–¿Qué supone este estreno en casa?
–Para mí, trabajar en Badajoz supone siempre una presión añadida, pero lo afronto con muchísima ilusión. La gente cree que cuando trabajas en casa estás más cómodo y es todo lo contrario, porque tiene mucha presión por los ojos que te observan y a los que no quieres defraudar. El año pasado estuve con la obra 'Jerusalem', y este año estoy agradecido de que nos abran las puertas del López en la antesala del Festival, donde hay una programación exquisita. Pero es una presión añadida.
–¿Puede contar alguna anécdota de los ensayos?
–En el montaje hay una escena en la que corro en una cinta deportiva y en un momento dado subió demasiado la intensidad, me relajé y la cinta me escupió de tal manera que casi me mato.
–¿Cuál es su objetivo personal con esta obra?
–El público es muy inteligente y no podemos darle algo vacuo, frívolo o vacío. Quiero que salgan del teatro satisfechos.
–¿Qué le diría a quienes duden de asistir?
–Que no se lo piensen. Creo que es el personaje peor conocido dentro de la literatura universal. Tiene muchas sombras, pero también muchas luces y quien se acerque no sólo verá buen teatro, sino que va a comprar el legado de 'El príncipe', que no solo es un manual político, también es un manual de vida.
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