La Junta hablará con los okupas del José Pache para tratar de desalojarlos

La intención de la Junta es demoler todas las estructuras y dejar limpio este espacio frente al Cerro del Viento. Fueron los vecinos de este barrio los que exigieron una solución tras denunciar peleas y menudeo de drogas en el entorno del estadio.

Tras finalizar con la demolición del cerramiento, desde la Consejería de Movilidad, Transporte y Vivienda indican que realizarán una intervención social en el José Pache. Si es necesario, añaden, también se realizará una intervención de seguridad, por lo que no descartan desalojar a los okupas.

Los vecinos del Cerro del Viento esperan que la situación se desbloquee lo antes posible. Por el momento el derribo del muro exterior ha sido muy bien acogido por los residentes. «Han tardado porque llevamos años en esta situación, pero estamos contentos. Espero que desaparezca entero y que aprovechen el sitio para algo bueno», asegura Carmen Ríos, vecina del barrio.

Ríos añade que ha habido épocas en las que se han celebrado fiestas a diario en el José Pache y que el ruido era insoportable. Lo sabe bien porque su terraza da a la avenida Jaime Montero de Espinosa. Desde que comenzaron los derribos, asegura esta vecina, no hay tanto ruido aunque añade que los okupas siguen en la zona.

La tensión entre las personas que viven en el estadio abandonado y los vecinos del Cerro del Viento ha ido aumentando. El campo de fútbol se quedó abandonado hace ocho años, tras la desaparición de la AD Cerro de Reyes. El campo estaba en buenas condiciones y estaba cedido a la Federación Extremeña de Fútbol, pero quedó abandonado, sin uso. El estadio volvió a manos de la Junta de Extremadura, su propietaria, y se fue deteriorando.

El cerramiento, antes de ser demolido, ha sufrido varios derrumbes y la cafetería ardió hace dos años. Desde hace unos cinco años, además, está ocupado ilegalmente. Primero por dos o tres personas y posteriormente por dos grupos más numerosos que viven en las antiguas oficinas del club deportivo.

Además del ruido y la mala imagen por el abandono, los vecinos se quejan porque se producen hogueras y aseguran que hay movimiento de drogodependientes en la zona. De hecho afirman que el menudeo de drogas se ha extendido a otras zonas del barrio.

Uno de los incidentes que desató el enfado de los vecinos fue cuando varios sintecho durmieron en una cabaña de los juegos infantiles. Este problema se ha repetido en varias ocasiones a pesar de las denuncias vecinales.

Mariano Gordillo, vecino de Condes de Barcelona, se muestra aliviado por el derribo del José Pache. «Es una pena que no se aprovechase cuando estaba bien porque en Badajoz hacen falta campos de césped, pero tal y como está debe desaparecer», asegura este vecino que añade que en este barrio también necesitan una reforma de los juegos infantiles, que están deteriorados por el paso del tiempo.