Un padre ha vuelto a ver a sus hijos hace unos días después de apenas tener relación con ellos en cuatro años. El juzgado de ... Primera Instancia número 1 de Don Benito le ha otorgado la custodia, que le ha retirado a la madre por considerar que obstaculizaba el régimen de visitas que tenía el progenitor.
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La sentencia establece que la madre «ha incumplido deliberada y reiteradamente el acuerdo al que ella misma llegó en el procedimiento de divorcio obstaculizando las visitas de los menores con su padre, siendo apercibida en varias ocasiones».
Las visitas debían producirse en un Punto de Encuentro Familiar (PEF), pero en la mayor parte de las citas los menores (un niño de 13 años y una niña de 8) se negaban a entrar a ver al padre. El juzgado concluye que era la madre la que lo impedía por distintas actitudes como premiar a los menores yendo al cine si no entraban en la sala, haciendo comentarios negativos o incluso agarrando a la niña para que no accediese a la visita.
El caso más grave, según recoge el fallo, fueron los comentarios que le hizo al niño al que le aseguró que su padre había violado a su hermana. «Tal y como el menor afirma y su madre reconoce, que ella misma ha transmitido sus impresiones a los menores de forma, por definirlo de alguna manera, inapropiada (en concreto le dice a su hijo que su padre violó a su hermana, entre otras cosas)», establece el juez.
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El magistrado, además de otorgar la custodia al padre, le concede la atribución de la vivienda familiar y obliga a la madre a pasarle una pensión alimenticia de 300 euros al mes. La sentencia estima casi íntegramente todas las peticiones del padre, representado por el letrado pacense Fernando Cumbres. Además, el Ministerio Fiscal se adhirió a la solicitud de cambio de custodia. El fiscal consideró que «es la única opción posible» dado lo ocurrido.
En la vista por la modificación de la custodia el padre calificó el proceso como un «calvario». Narró que no había conflictos previos al divorcio, pero que tras este proceso había recibido diez denuncias de su exmujer que incluían maltrato, acoso y violar a su hija. Todas fueron archivadas según confirma la sentencia, que remarca que nunca ha sido condenado y que está en condiciones de sustentar la custodia de sus hijos.
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El padre aseguró que se veía obligado a llevar una cámara oculta para defenderse de otras acusaciones y que la única forma de ver a los niños era acercarse al colegio, pero que cuando lo hacía, su exmujer llamaba a la policía. El afectado contó al juez que nueve meses después de las Navidades seguía llevando los regalos de Reyes al PEF con la esperanza de poder entregárselos a sus hijos, pero estos no entraban en la visita. Por último indicó que solo quería normalizar la relación con ellos.
La madre, por su parte, mantuvo en el proceso que las visitas no se producía porque eran los menores los que no querían entrar. Indicó, además, que llamaba a la policía cuando su exmarido estaba en el colegio porque se sentía cohibida y que grababa vídeos en el punto de encuentro, aunque estaba prohibido, por sentirse amenazada.
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También defendió que no había premiado a sus hijos por no entrar a las visitas. El incidente, según la sentencia, recoge que la madre ofreció a los menores llevarles al cine si se negaban a acceder. La mujer asegura que es un malentendido, que los técnicos del PEF no lo entendieron bien ya que fue al revés, que ofrecía una recompensa a los niños por entrar.
En el proceso fue muy importante el informe del punto de encuentro. En el mismo se destaca «la falta de colaboración y actitud obstruccionista por parte de la progenitora custodia a que las visitas se realicen, quien ha mencionado en reiteradas ocasiones comentarios peyorativos acerca del progenitor no custodio y aspectos conflictivos relativos a cuestiones ajenas a las visitas en presencia de los menores».
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El PEF realizó un informe de cada una de las visitas, en todas el niño de 13 años se negó a ver a su padre y la niña solo entró unas pocas veces. Cuando vio a su padre, indican los técnicos, estuvo risueña y jugaron de forma relajada.
En una de las citas el niño dijo que se negaba a ver a su padre «porque nos pega e insulta y tocó a mi hermana».
Los informes también reflejan multitud de comentarios negativos de la madre. Por ejemplo: «Para pintar ya tienes cosas en casa, ten en cuenta que si entras a dibujar vas a entrar con Papá», «acuérdate que luego lloras al llegar a casa» o «los juguetes que ha comprado Papá también los puedo comprar yo y serán más bonitos y mejores que los que Papá te traiga».
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Uno de los sucesos que detalla el PEF fue el pasado mes de febrero. «La niña, voluntariamente, se dispone a entrar en la sala, impidiéndolo la madre agarrando a su hija, la cual se agarra al marco de la puerta mientras su progenitora les dice a sus hijos 'Tranquilos, que no vamos a tener que venir por aquí más'».
Tras este incidente, un informe del punto de encuentro sirvió para que la Fiscalía apercibiese a la madre para que cesase en la conducta impeditiva de las visitas, pero los siguientes meses no se produjo ningún encuentro porque los menores se seguían negando. Eso provocó la solicitud de cambio de custodia en la que el juzgado finalmente le ha dado la razón al padre.
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En sus conclusiones, el juez destaca que las grabaciones aportadas por la madre no son incompatibles con las evidencias, es decir, con que esta madre desincentiva a sus hijos para no hacer las visitas.
Además el magistrado, en el fallo, califica de «reprobable» la alegación de la abogada de la madre que insistió en el abuso sexual a la niña durante la vista. «Por mucho que diga que ha salido absuelto, son archivos provisionales», dijo la letrada. La sentencia recoge que el archivo es definitivo y que hay un informe del Instituto de Medicina Legal que apoya el cierre de la causa.
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En este proceso el Instituto de Medicina Legal también ha estudiado a los menores (por la denuncia de violación contra la niña) y establece que están influenciados. «Se concluye que se aprecia motivación secundaria en la denuncia» y que están «mediatizados y sugestionados, con conflictos de lealtades, provocando un rechazo absoluto de su progenitor. Adquiriendo un discurso poco detallista, encorsetado, sin consistencia y carente de resonancia emocional».
El juez también destaca que los niños emplean un lenguaje impropio de su edad y califica como inadmisible que la madre le haya dicho al niño que su padre violó a su hermana. Todos estos puntos, recoge el magistrado, le llevan a optar por cambiar la custodia de ambos menores, aunque el mismo fallo reconoce que la adaptación de los dos a su nueva situación será compleja.
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Contra la sentencia, que no es firme, cabe interponer recurso de apelación.
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