Las lavanderas marcan la cuenta atrás para la romería de Bótoa
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Las 14 mujeres que cantan a la Virgen calientan sus voces para la romería, las rogativas por la lluvia no faltan del repertorio y tampoco la petición de nuevas vocesMaría Isabel Hidalgo
Lunes, 1 de mayo 2023, 07:43
En la calle Santa Lucía se escuchan desde hace semanas las panderetas, las sonajas y las voces de las 14 lavanderas que desde el mes de marzo se reúnen todos los lunes y míércoles en la casa de la Hermandad de la Virgen de Bótoa.
Este lugar se ha convertido en testigo del más de un siglo de historia que tienen estas mujeres. Entre sus paredes ponen a punto las voces que cantarán en la romería que se celebrará el próximo 6 y 7 de mayo.
A falta de unos días para que la dehesa situada a 17 kilómetros reciba a los pacenses que van a celebrar un día de campo junto a su copatrona, las lavanderas entonan cantos pidiendo lluvias a la Virgen de Bótoa. «Agua virgen santa, agua madre mía, madre mía agua», dicen en sus versos. El ritmo con el pandero lo marca una de las lavanderas que ha crecido en el grupo, Raquel Mejías. La joven de 29 años se hizo lavandera con diez, fue su madre quién le transmitió la fe necesaria para ser lavandera de Bótoa.
«Hay que tener fe y un gran compromiso porque nosotras hacemos un gran sacrificio por venir a ensayar», argumenta la hermana Mayor, Ana Cordero, que celebra su cuarto año al frente de las lavanderas y está un poco más nerviosa de lo habitual, porque los dos primeros años la pandemia no les dejó disfrutarlos y el año pasado aún cantaron con mascarillas.
Los nervios no faltan estos días de preparativos. «El ambiente de los días previos es muy bonito. Estamos ultimando las canciones del pregón y las del domingo», explica.
Este sentimiento que comparten mujeres de todas las edades está marcado por la tradición. Es por ello que la devoción por las lavanderas es algo que quieren que pase de generación en generación. Como Coral e Irene Gil, dos hermanas de 12 y 7 años que se han unido a las voces de las mayores del grupo gracias a su abuela, que las lleva a ensayar cada vez que puede. «Me gusta mucho estar aquí y cantarle a la Virgen con mi abuela, es algo que para mí es muy importante», cuenta Irene.
Por el mismo motivo entró Martina, hace 23 años. «Mi madre fue lavandera con mis tres tías y yo decidí seguir sus pasos», cuenta la más mayor del grupo. A sus 86 años, ni ella ni su andador faltan a los ensayos.
«Me tienen como una niña chiquitina, me cuidan y me miman». Martina cuenta que la romería es muy especial para ella porque es inevitable no acordarse de su madre que fue quién le transmitió la fe y pasión que siente por la Virgen de Bótoa.
Pese a que el número de lavanderas que cantarán este año a la Virgen es el habitual, «las lavanderas siempre han sido en torno a quince o así, pero es importante que entre gente nueva porque nosotras somos cada vez más mayores», afirma Cordero.
Este grupo espera que en un futuro se una más gente joven a cantar las letras de las tres canciones que llevan a Bótoa cada año. La canción a la dehesa que habla del campo, la Virgen, las amapolas y todo lo que los pacenses viven en su día de romería.
Otra de las letras que entonan estas mujeres es la de la lluvia, y por último el himno a la imagen, esta letra fue de las últimas que las lavanderas crearon para este día.
Ana cuenta que para ellas todas las canciones son especiales, al igual que la indumentaria. «Los dos trajes que tenemos son especiales. La bata negra porque las llevaban las lavanderas antiguamente, con el mandil azul marino y un pañuelo blanco. Y el del domingo porque es más alegre, como el color del manto de la Virgen».
Para la romería lucirán como siempre el traje celeste con el mandil blanco, una indumentaría con la que las lavanderas lavaban la ropa en los arroyos de Badajoz cuando comenzaron a sacar a la Virgen en procesión.
Una tradición que ha evolucionado con el tiempo, pero que este grupo de mujeres lucha por mantener intacta para que las futuras generaciones sientan la misma devoción que le transmitieron a ella, con unos cantos que trabajan en la calle Santa Lucía.
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