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No tiene un recuerdo nítido de la primera vez que voló, aunque sabe, por lo que le cuentan, que fue sobre las rodillas de un amigo de su padre que tenía una empresa de vuelos de fumigación. La profesión de Fernando Carrasco Alonso (Badajoz, 1981) estaba cantada. Su padre es piloto privado y su hijo, que ahora tiene 37 años, es comandante de la compañía Emirates Airlines, que desde 2016 pone en sus manos uno de sus 108 Airbus A380, de dos plantas y considerado el avión de pasajeros más grande del mundo.
«En el aire se maneja como cualquier otro, pero sí es verdad que en pista debemos tener más cuidado con las maniobras porque hay que mover un avión que tiene setenta metros de envergadura», explica durante un receso en su actividad profesional que le ha traído a Badajoz, su ciudad natal y donde pasa unos días de vacaciones.
Fernando Carrasco, que en la actualidad reside en Dubai, se crio en la calle San Blas, estudió en el colegio Santo Ángel y después en el instituto Bioclimático. A esas alturas de su vida ya tenía claro que quería dedicarse a volar. Talleres de automodelismo y muchas tardes con sus padres en el bar Aeroclub, que cerró el año pasado tras más de cinco décadas congregando a los amantes de los aviones de la ciudad, forjaron en él una vocación previsible.
Según cuenta, «en Badajoz hay más afición a volar de lo que parece». Que en la base de Talavera la Real haya una escuela de pilotos de caza y ataque más la afición que existe gracias al aeródromo de El Manantío ha ido creando grupos de aficionados que se conocen entre ellos. A esto hay que sumar que la media de días con buen tiempo para volar es muy superior a la de la mayoría de capitales españolas. Precisamente este factor atrajo hasta Badajoz a American Fliers, una escuela de pilotos que un pacense montó en la ciudad. En sus aulas empezó su andadura Fernando Carrasco en el año 2000 y un año más tarde protagonizó ese ritual en aviación que se denomina 'la suelta', cuando vuelas solo por primera vez. «Fue un periodo duro para el sector porque poco después (en 2001) ocurrió el 11-S y esto afectó muchísimo. Se redujeron los vuelos y no había empleo, por eso me hice instructor», recuerda 10.500 horas de vuelo después.
Entonces necesitaba acumular experiencia en una profesión en la que no te puedes estancar, dice, porque las licencias caducan y hay que actualizar continuamente los conocimientos.
La necesidad de sumar horas de vuelo lo llevó en 2006 a Vueling y entonces tomó contacto con el modelo Airbus A320 antes de pasar a una compañía griega, Olympic. «Pasé seis meses viviendo en Atenas y ahí me di cuenta de que me adaptaba perfectamente a vivir en el extranjero». Pero a este pacense lo que le atraían eran los vuelos trasatlánticos y por eso apostó por intentar ingresar en una gran compañía.
«En octubre de 2010 estuve a prueba una semana en Dubai y en 2011 me llamaron. Al principio estuve un año y medio con el Airbus A330 y recuerdo que la primera ruta fue Dubai-Beirut. Ya en diciembre de 2012 hice el curso del Airbus A380, siempre como copiloto y después de varios cursos me convertí en comandante en agosto de 2016. Su primer vuelo al mando de este aparato fue Dubai-San Francisco.
La Wikipedia dedica una entrada al Airbus A380, la primera aeronave a reacción con dos cubiertas a lo largo de todo su fuselaje. Es el avión de pasajeros más grande con entre 407 y 840 pasajeros según la configuración. El primero se entregó en el año 2007 y dejó atrás en tecnología y capacidad a su principal competidor, el Boeing 747.
Fernando Carrasco se confiesa encantado trabajando para Emirates Airlines por ser una de las compañías más punteras del mundo. La empresa pertenece al gobierno de Dubai y es la aerolínea más grande en el Medio Oriente por ingresos, tamaño de la flota y pasajeros transportados.
Entre las ventajas dice que, además del sueldo, el trato y las facilidades, la compañía pone casa a sus pilotos. Él ahora mismo realiza entre tres y cuatro vuelos al mes y cubre rutas entre Dubai y cualquier parte del mundo, siendo la más larga la que realiza entre Dubai y Oakland (Australia). Sin embargo, sus destinos predilectos son Nueva York e Islas Mauricio, en cuyas playas puede practicar uno de sus deportes acuáticos favoritos, el kitesurf.
En cuanto a momentos especiales a bordo no pasa por alto cada vez que sobrevuela el Polo Norte, un itinerario que ahora se elige para viajar entre Oriente Medio y la costa oeste de Estados Unidos; o la cordillera del Himalaya, donde se pasa tan cerca de los picos de más de ochomil metros que muchos pasajeros reconocen y señalan cada cima desde la ventanilla. Este paisaje montañoso tan espectacular le cautivó hasta el punto de que no hace mucho programó unas vacaciones hasta el campo base del Everest, el cual alcanzó tras diez duros días caminando. «Soy de los pilotos a los que le gusta hablar al pasaje siempre que no estén descansando cuando sobrevolamos algún lugar especial, como las pirámides de Egipto o las auroras boreales en Noruega», dice el extremeño, al que le encantan las películas de aviones - 'Sully', dirigida por Clint Eastwood, es la última que ha visto-, aunque reconoce que «las escenas de cabina son muy fantasiosas. La realidad es de otro modo».
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