La mujer que se enfrenta a las llamas
Tamara Morato. ·
Bombera interina en el Infoex.Tamara Morato. ·
Bombera interina en el Infoex.Hace unas semanas fue la última vez que Tamara Morato, (Valencia de Alcántara, 1996), se enfundó su traje amarillo para plantarle cara a las llamas. Lo hizo en el incendio que hubo en Pozuelo de Zarzón y Santa Cruz de la Sierra. No era el ... primer incendio al que acudía esta bombera del Infoex, que puede presumir de ser una de las pocas mujeres de Extremadura que se acerca al fuego para terminar con él. Una tarea que nunca entró en sus planes, pese a que le encanta el campo y la naturaleza.
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«Mi intención siempre fue trabajar en el campo, estudié para ser guarda forestal, pero se me atascaron las oposiciones y mi pareja, que también es bombero me animó a darle esta salida a mi formación», cuenta.
Su pasión por la naturaleza, los animales y el destino la llevaron a buscar un hueco entre una profesión en la que predominan los hombres y donde está interina desde hace cinco años, el tiempo que lleva trabajando para conseguir una plaza fija.
«En 2019 hubo un llamamiento extraordinario porque hacía falta personal de refuerzo y fue entonces cuando entré. Pese a la dureza de las pruebas no fueron muy exigentes», explica Morato que transformó esta oportunidad en un nueva vía laboral en la que se ha reencontrado su pasión. Desde entonces ha recorrido tanto a pie como con los camiones de la flota del Infoex, los cuales pilota, las zonas más abruptas de la geografía extremeña.
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Trabaja en Las Mestas, lo que le ha permitido estar en primera línea en los incendios más grandes que los últimos años han azotado el norte de la región. Como el de Piornal, las Hurdes o el de Sierra de Gata. Es en estas situaciones en las que Morato descubrió que había nacido para enfrentarse al fuego, pues el día a día en la base es mucho más calmado y, no fue hasta el incendio de Pinofranqueado en el año 2020 cuando Tamara tuvo que aprender a controlar los nervios para poder hacer frente a una situación complicada.
«El trayecto desde el retén hasta el punto donde estaban las llamas se me hizo eterno, iba muy nerviosa, era de noche y las llamas impresionan más. Además, no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar».
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Fue en esta primera salida donde Tamara descubrió la importancia de mantener la mente fría, lo que les permite tomar decisiones acertadas y saber actuar.
La ayuda de sus compañeros fue esencial para ella en esta primera salida. Cuenta que su ayuda fue fundamental, no solo en esta situación sino cuando entró a formar parte del retén. «Me han ayudado con las herramientas, con las prácticas en el camión, en las pruebas físicas», señala orgullosa por la labor que desempeña, donde según ella no se siente una extraña. «He crecido en ambientes rurales, rodeada de naturaleza en el campo. Para mí ser la única mujer en mi trabajo es algo normal y me encuentro muy cómoda», subraya.
Entre las dificultades que ha tenido que superar para ser parte del cuerpo, y a las que se sigue enfrentando para conseguir una plaza fija están las caminatas por la sierra con mochilas que superan los 25 kilos o correr grandes distancias. «La parte física es muy importante en este trabajo, quizás nosotras necesitamos más preparación que un hombre, pero conseguimos podemos hacerlo igual. De hecho, la mujer que no llega hace este trabajo es porque no le gusta, no porque no sea capaz», subraya orgullosa.
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Tamara encuentra la motivación no sólo en sus ganas de salvar animales cuando hay fuego, también en su familia, ya que gracias a su hermano se hizo agente forestal. Y, entre sus amigas se ha convertido en referente. «Hay gente que me concoce que me dicen que les gustaría hacer lo mismo, yo les animo a que se preparen me gustaría tener más compañeras en el Infoex».
Entre sus admiradoras también está su abuela, que desde su casa en Valencia de Alcantara está pendiente de todo lo que hace Tamara. «Cada vez que hay un incendio me llama preocupada para decirme que tenga cuidado, su preocupación es que vuelva a casa tras cada salida», apunta.
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Por el momento este verano está siendo un verano tranquilo, algo que agradece la joven, pues aunque reconoce que el fuego es lo que les hace trabajar y la razón de ser de todo el esfuerzo que hacen a diario para estar bien físicamente, lo mejor es no tener que salir al campo. «Lo que peor llevo es ver las zonas calcinadas y pensar en los animales que mueren en el incendio, es desolador y salvar todo esto es lo que me mueve. Pero lo ideal es que el verano continúe así», relata.
Pero el verano no es la única época de trabajo que tienen, pues durante el invierno su labor consiste el preparar el campo para que los posibles fuegos sean lo menos virulentos posibles. «Nos dedicamos a desbrozar y a limpiar las zonas más abruptas donde es más difícil acceder en caso de que haya que apagar las llamas», relata.
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Mientras espera a que suene la sirena del retén, Tamara aprovechar sus jornadas laborales para entrenar, lo hace a diario con el objetivo de hacer suya una de las próximas plazas que convoquen en la bolsa, a ser posible en Caminomorisco.
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