Multan en una noche a un centenar de vecinos del Cerro Gordo de Badajoz por aparcar mal

Natalia Reigadas

Badajoz

Miércoles, 18 de abril 2018, 07:55

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Juan Carlos Oregón tiene dos multas. 80 euros cada una por aparcar en línea amarilla. Su vecino Gregorio Andreu otras dos y Ana Isabel Rodríguez, que vive al lado, tres. Es decir, a ella le toca pagar 240 euros por sus tres turismos. El día de ayer no comenzó muy bien para estos tres residentes de la calle Batalla de Bailén porque salieron de sus casas y se encontraron los temidos papeles amarillos de la Policía Local en todos sus vehículos. No fueron los únicos. Solo en su calle multaron a 40 coches y en el Cerro Gordo a un centenar en una sola noche.

Ayer no se hablaba de otro tema en esta urbanización. Prácticamente todos los vecinos de cinco calles de chalets adosados fueron sancionados. Las multas, todas por aparcar mal, revelan que fueron impuestas entre las 01.30 y las 03.00 horas.

Los vecinos están indignados. Todos admiten que cometieron la infracción, pero rechazan la actuación policial, a altas horas de la madrugada y en una zona, argumentan, en la que los coches no molestan aunque estén mal colocados. De hecho los residentes defienden que las líneas amarillas se pintaron durante la obra de construcción del Cerro Gordo, pero que actualmente no tienen sentido y solicitan que se eliminen.

«No se trata de una excusa, pero es una calle ancha y no se permite aparcar. Esas son líneas de obra y lo que no tiene sentido es tener que aparcar a un kilómetro de tu casa», argumenta Gregorio Andreu, uno de los sancionados.

Las calles afectadas son las de los unifamiliares. Las líneas amarillas recorren toda la vía. No se permite aparcar en ningún punto de la acera ni tampoco en los vados que pagan los propietarios para acceder a sus garajes. En la práctica, sin embargo, siempre hay coches estacionados y por la noche la calle está al completo.

En lugar de dejarlo indebidamente, los residentes deberían llevar sus coches a las traseras de sus chalets, pero estas zonas se llenan. La otra opción es marcharse a estacionar lejos, y luego caminar, pero no entienden porqué deben hacerlo en una zona residencial. «Sé que estoy infringiendo la norma, pero es que no tiene sentido. Lo normal en una zona residencial es dejar el coche junto a las casas. Queremos una solución», solicita Ana Isabel Rodríguez, otra de las sancionadas.

El problema de fondo, explican, es que en el Cerro Gordo la inmensa mayoría de las familias tienen dos coches y algunas incluso tres. Es por necesidad. Deben desplazarse para todo, ya que están a ocho kilómetros del casco urbano. «Tenemos coche mi mujer y yo. Trabajamos fuera y además tenemos que ir a Badajoz mucho, vivimos en Badajoz en realidad, vivimos en el coche», explica Juan Carlos Oregón, que ayer se encontró multas en sus dos vehículos.

Este vecino también lamenta la forma en la que ha actuado la Policía Local. «Saben que es una ciudad dormitorio. Todos llegamos al barrio a la misma hora a aparcar y no hay suficiente espacio y han venido en plena noche cuando saben que las calles estarán llenas». Esta también es la opinión de Gregorio Andreu. «Se ha venido con maldad. Es abusivo». Este vecino cree que en el barrio, al menos, hay unos 7.000 turismos y eso que aún no está al máximo de su capacidad. Pronostican que el problema de aparcamiento será aún más grave en el futuro.

La indignación de los vecinos del Cerro Gordo llegó ayer a oídos del alcalde de Badajoz, Francisco Fragoso, a través de las redes sociales. El regidor contestó a los indignados por Facebook que la Policía Local solo había actuado para responder a la denuncia de varios vecinos. HOY consultó ayer al Ayuntamiento sobre las razones de la campaña policial, pero no hubo respuesta.

Los afectados rechazan la explicación del alcalde. Alegan que los agentes solo habrían multado a los coches que molestasen, por ejemplo, en un vado o una salida, y no a todos los turismos de una calle. De hecho creen que en la actuación de la Policía Local hay afán recaudatorio.

«No se entiende porque los coches no molestan, no hacemos daño a nadie. Nos indigna que respondan así por esto y nos ignoren en los problemas de verdad del barrio», indicó ayer Yolanda Costa, otra de las vecinas que se encontró con dos multas ayer.

Este argumento se repite entre los residentes de la urbanización. Recriminan al Ayuntamiento que actúe con celeridad para multar, pero no responda a las quejas por falta de mantenimiento. En la misma calle Batalla de Bailén, señala Gregorio Andreu, hay una zona de la acera donde los adoquines han desaparecido. «Lleva así tres años y hemos hecho llegar fotos al alcalde, pero sigue así».

A solo unos metros de esta vía hay un parque infantil que también presenta numerosas deficiencias. Los tablones de los columpios están sueltos, se asoman los clavos y el suelo está roto. Además en varias zonas solo hay piedras en lugar de suelo. «Está llegando el calor y estamos rodeados de solares que tienen que desbrozar», añade Andreu, que también pide al Consistorio que aumente las actuaciones de fumigación porque cada año sufren plagas de cucarachas.