¿Qué ha pasado hoy, 11 de abril, en Extremadura?
Así luce la calle Joaquín Costa tras el derribo del muro y el talado de árboles delante del Palacio Godoy. Hoy

La obra del Palacio Godoy de Badajoz está parada dos meses después del derribo del muro

El Ayuntamiento decidió dividir los trabajos en dos fases pero aún no ha contratado las obras para hacer el aparcamiento y la nueva plaza

Miriam F. Rua

Badajoz

Viernes, 13 de mayo 2022, 21:16

Hace dos meses cayó el muro de la avenida Joaquín Costa que ocultaba el Palacio Godoy. Parecía el principio del fin para darle realce a ... una zona que sirve de tarjeta de visita al Casco Antiguo. Dos meses después de tirar el muro y talar los árboles, los trabajos están en punto muerto porque la segunda fase, que es la que transformará la zona despejada y el patio del palacio en una plaza y un aparcamiento en superficie, aún no está en marcha.

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El motivo es que el Ayuntamiento decidió dividir el proyecto de reforma del entorno del Palacio Godoy, sede de la Escuela Oficial de Idiomas, en dos fases. La primera es la que empezó en noviembre y acabó en marzo y se centró en los derribos.

Estos trabajos no han estado exentos de problemas que han dilatado su ejecución. Los primeros derribos afectaron a las dependencias de la Escuela de Idiomas, pegadas al palacio pero sin formar parte del conjunto original de finales del XVII. Cuando comenzaron a tirar la sala de calderas, el almacén y la única aula accesible de la Escuela de Idiomas apareció amianto en los tejados, obligando a paralizar la obra dos meses para que una empresa especializada lo retirara.

No fue la única vez. Cuando reanudaron los trabajos para seguir despejando el palacio con la eliminación del edificio de asociaciones, volvió a aparecer fibrocemento. Durante estos trabajos se echó abajo la manzana de forma triangular que ha servido como sede de varios colectivos como la asociación de Arte Flamenco, la de belenistas o la Hermandad del Resucitado.

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Los trabajos de derribo culminaron a principios de marzo con la demolición del muro perimetral del Palacio Godoy y la tala de los árboles que había delante dejando a la vista los 'pies' del edificio histórico. El problema es que la eliminación del muro ha dejado visible el relleno de tierra en forma de terraplén y restos de cascotes que no ha mejorado la imagen de la que es una de las entradas a la ciudad.

El concejal Jaime Mejías espera poder sacar a contratación la segunda fase a principios del mes que viene

Con este aspecto, el final de la avenida Joaquín Costa lleva dos meses sin que se hayan vuelto a ver máquinas. El problema está en que aún el Ayuntamiento no ha contratado las obras de la segunda fase del proyecto.

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En estos momentos, explican desde la concejalía responsable del Gabinete de Proyectos, se está terminando de redactar el proyecto de obra de la segunda fase. «Esperamos tenerlo listo para ser presentado en contratación a principios de junio», concreta el responsable de la citada concejalía, Jaime Mejías.

Ya para verano

Esto significa que la parálisis se alargará más en el tiempo, porque una vez se convoque el concurso hay que esperar a que pasen los plazos legales de presentación de ofertas y después, valorarlas para su adjudicación. Esto significa que antes del verano no podrán reanudarse los trabajos.

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Esta segunda fase además es la más compleja y costosa, ya que si los derribos han costado algo más de 50.000 euros, para construir el parking provisional en superficie en lo que hoy es el patio del palacio –donde se prevé sacar unas 60 plazas– y hacer una nueva plaza que conecte directamente la avenida Joaquín Costa con la calle Porrina de Badajoz, hay un presupuesto de 600.000 euros. El dinero sale de los fondos europeos Edusi.

El Ayuntamiento, no obstante, quiere hacer un aparcamiento subterráneo bajo el patio del Palacio de Godoy, aunque de momento no tiene ni proyecto ni financiación para ello.

A la vista pero sucio y con un terraplén de tierra y cascotes

Hace dos meses Badajoz se sorprendía con la vista inédita del Palacio Godoy, ese edificio con casi cuatro siglos, que pasaba inadvertido porque lo tapaba el muro y los árboles que cerraban su patio. Pasada la sorpresa inicial y ante la parálisis de las obras, los pacenses empiezan a dudar si ha sido buena idea tirar el muro. La vista ahora no es mejor. Lo que se ve es un terraplén de tierra y cascotes y, de fondo, un edificio de arquitectura noble pero sucio y plagado de máquinas de aire acondicionado, que afean la redescubierta fachada. Para el terraplén hay remedio, porque en la segunda fase se eliminará definitivamente para hacer el aparcamiento. Para la fachada, sin embargo, no hay planes de darle al menos un lavado de cara.

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