La actividad en la obra de la estación depuradora de aguas residuales de circunvalación ha ido en descenso progresivo hasta que esta semana no ... se han visto operarios ni máquinas. La actuación ha quedado parada para sorpresa de deportistas y paseantes, que desde este verano encuentran algunas zonas valladas en el parque del Rivillas por estas obras.
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El Ayuntamiento señala que existe una paralización por falta de suministro de algunos materiales. En la zona se puede ver un colector de grandes dimensiones a medio colocar, otra tubería descubierta y una hormigonera sin actividad. Senderos de tierra, un enorme foso en el suelo y vallas completan un escenario sin trabajadores. Los operarios han desaparecido en los últimos días, explican quienes hacen el seguimiento de la obra en cada paseo por la zona.
Esta actuación consiste en la ampliación de las bombas que lanzan las aguas residuales desde San Roque hasta la estación depuradora de Caya y es importante porque viene a paliar un problema de salubridad y de generación de malos olores. De ahí que crezca el miedo entre los vecinos a que no esté terminada este verano.
Las obras se adjudicaron en 2023 a la empresa Obras Públicas y Regadíos, que ganó el concurso frente a otras diez. El contrato supera el millón de euros y el plazo de ejecución era de ocho meses.
Pero el inicio de obras se retrasó un año y hasta julio de 2024 no se vio movimiento. Según el Ayuntamiento, la demora se debió a problemas burocráticos como lograr los permisos ambientales. En diciembre pasado, el Ayuntamiento confió que quedaran cuatro o cinco meses para terminar la obra y que pudiera estar acabada en primavera. Pero esta semana, como se indica, ha quedado parada y quieren esperar unos días antes de dar nuevos plazos.
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Esta inversión es relevante para los vecinos de Pardaleras y San Roque, que llevaban una década reclamando una solución a la generación de malos olores.
La inversión consiste en la mejora de la estación de bombeo de aguas residuales situada en el Rivillas (frente a la gasolinera de la Circunvalación Reina Sofía) y a la altura de Ronda Norte.
La infraestructura se había quedado pequeña para atender a la población de San Roque y se espera que la reforma evite el vertido de aguas residuales al arroyo.
Uno de los problemas de la estación de bombeo radica en que usaba el sistema de gravedad y no tenía suficiente pendiente. Así que carecía de fuerza para bombear las aguas sucias de San Roque hacia la canalización que las lleva hasta la estación depuradora que se ocupa de toda la ciudad, en Caya.
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Esa falta de impulso hacía que los residuos sólidos se quedasen en las tuberías, sobre todo en épocas sin lluvias como el verano. Entonces no suele haber suficiente agua para arrastrar desechos. De ahí los malos olores por los sedimentos acumulados y el riesgo de que se crearan tapones en las tuberías.
Por eso, cuando plantearon la obra, idearon un sistema para mover las aguas residuales en este punto. Se ha optado por un sistema mixto. Cuando llueva y exista suficiente caudal de agua, se aprovechará el sistema de gravedad, pero cuando no sea posible se usarán las nuevas bombas que se van a colocar. Así evitarán que vuelvan a producirse atascos, y con ello malos olores.
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La renovación de las bombas permitirá adaptar la capacidad de bombeo a los caudales reales y a la calidad de las aguas que se exigir ahora porque lo que llega al Rivillas termina en el Guadiana. Por eso tienen también que adecuar el canal que cruza de una margen a otra con el caudal máximo y evitar los vertidos.
Los operarios instalan un sistema de pretratamiento dentro de la estación de bombeo. Colocan elementos para extraer del pozo el material que arrastra el agua, así como un sistema de desodorización por carbón activo.
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Esta es una de las obras más destacadas de las que tiene el Ayuntamiento en marcha porque los vecinos llevaban años quejándose de los olores y los mosquitos. Poco después de inaugurarse estos parques, tras la riada de 1997, muchos vecinos dejaron de ir a pasear.
En principio se pensó que todo se debía a que el agua de los arroyos no corría con fuerza, pero un estudio de la Junta de Extremadura realizado en 2017 determinó que los problemas venían de la estación de aguas residuales. Desde entonces el Ayuntamiento ha realizado el proyecto, buscado la financiación y adjudicado las obras. Llevaban en marcha más de seis meses hasta que esta semana han quedado paradas.
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